jueves, 21 de marzo de 2013

EL SÍNDROME DE CHIPRE

Cristina Krichner, presidenta y ex primera dama de Argentina (dama, dama, de alta cuna, de baja cama...), quien una vez llegada a Roma nos regaló una frase muy mediática, 'Nunca me había besado un papa', que también podría interpretarse así, 'Me ha besado todo dios, menos el papa', tuvo que dar un rodeo con su avión presidencial en su visita papal, por si, al tocar un aeropuerto equivocado, se lo embargaban, el avión. ¿Porqué?.

Al parecer, todavía quedan flecos por ahí de cuando Argentina decidió no pagar la deuda pública en su integridad. Antes de aquello, Argentina se hizo famosa por haber inventado el 'corralito', un procedimiento por el que se bloquean los depósitos bancarios sin que sus legítimos titulares puedan acceder a ellos, aunque no fue exactamente como ahora ha sucedido en Chipre.
(...)
En su momento, el 'corralito' de Argentina se caracterizó porque los políticos, financieros y grandes empresarios argentinos se llevaron la pasta del país, justo antes del decretazo que privó de su dinero a las gentes de a pie. 

Aquella fue una situación tan dramática que, buena parte de los argentinos que residen ahora entre nosotros, emigraron obligados por aquel desastre. La suspensión de pagos de la deuda argentina provocó grandes sufrimientos, pero lo cierto es que, ahora, superadas aquellas dificultades, expulsados a patadas de los centros decisorios de su economía el FMI, el Banco Mundial, y demás instituciones de parecida catadura, la economía argentina funciona con unas tasas de crecimiento que ya quisiera Rajoy para sus presupuestos revisados.

En Chipre, ahora, está sucediendo exactamente lo mismo que sucedió en Argentina, en un aspecto, los bancos siguen cerrados y los titulares de sus depósitos no pueden acceder a ellos. En cuanto a los motivos y las consecuencias del síndrome chipriota, no se pueden asimilar, de un modo simplista, al caso argentino, si nos atenemos a fuentes periodísticas mas o menos rigurosas.

En cuanto a la arbitrariedad e ilegalidad de esa medida, el bloqueo de las cuentas, sin prejuzgar lo que vaya a suceder después, es muy ilustrativo leer el artículo de Xavier Vidal Folch en la 22 de El País de hoy, quien, en base a argumentos económico jurídicos, que citan diversas directivas europeas y su articulado con detalle, concluye que toda la verborrea empleada para justificar esta aberración es una venenosa patraña, ajena a una interpretación correcta de la legislación europea. 

Otra singularidad de esta operación de bloqueo, de este corralito, es que ha pillado a una considerable nómina de inversores rusos dentro del círculo de hierro trazado para impedir la fuga de depósitos, lo que sugiere que bastantes representantes de la mafia rusa y políticos chipriotas, podrían tener intereses comunes en esta isla, cuya capital, Nicosia, ha vivido una espectacular burbuja inmobiliaria, si atendemos a las declaraciones de Yannis Ioannu, cineasta chipriota, en una entrevista de la última de El País, en la que se dice que ha dejado una ciudad nueva, escindida de la antigua.

Nada nuevo bajo el sol, si consideramos el proyecto que llegó a acariciar Urdangarin de urbanizar nuestro humedal mas importante, La Albufera. El mundo está lleno de chorizos, como lo fueron los prebostes argentinos que dictaron el primer corralito, la actual asociación entre mafiosos rusos y peces gordos de Chipre, los comisarios europeos que se saltan a la torera sus propias leyes, poniendo en peligro la estabilidad financiera de toda la Unión, Urdangarin y todo el resto de la tropa que se cuenta por centenares, si consideramos solo a los políticos españoles implicados en procedimientos judiciales. 

Lo peor del síndrome de Chipre es que, a los que creíamos que el cáncer de la corrupción era un problema, sobre todo local, nos muestra ahora con toda su crudeza la extensión, la metástasis de un mal que afecta a buena parte de los países europeos, ante la incompetencia, o la mala fe, de sus políticos irresponsables, que no dudan en exigir medidas que van en contra de la propia legislación europea, ¿porqué?, si atendemos a la opinión del cineasta chipriota, 'Chipre es una guerra entre Alemania y Rusia'. El sabrá.

Puestos a elegir una isla para vivir en un paraíso, como al parecer han hecho parte de los capitales rusos, yo no habría elegido Chipre.

Prefiero un islote de algún archipiélago mas lejano, solo habitado por monos y cocoteros, un lugar desierto, donde yo fuera el único humano, creo que es el último reducto que nos queda a quienes vivimos, indefensos, sujetos a las veleidades de los chorizos y los corralitos. 

Otra opción es algo que he visto en la tele mientras tomaba café en un bar de Monteolivete. Un espabilado emprendedor ofrecía su producto, un cómodo colchón provisto de una arqueta para atesorar los escasos ahorros. Mi mujer, piensa lo mismo, se ha ido al banco con su libreta de ahorros (tenemos cuentas separadas) para limpiar el saldo y guardarlo en casa. 

Le he dicho que es un error. Anoche salió en un programa sobre Brasil la información de que hay bandas organizadas que desvalijan edificios enteros, planta por planta. ¿Entonces?. 

Lo mejor es no ahorrar, gaste todo lo que ingrese, a ver si así reactivamos la economía y mejoramos los lúgubres pronósticos que nos dará Rajoy cuando revise los presupuestos. 

En fin. El Síndrome de Chipre. 

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 21/03/13.

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