lunes, 18 de marzo de 2013

CRÓNICA DE FALLAS

Esta mañana no pensaba escribir nada, pero el aviso de que van a venir mis nietos, en especial el que no tiene aún cuatro años, que apenas entra por la puerta se acomoda en el ordenador y ya no lo deja hasta que no ha exprimido todos los juegos de Minijuegos.com., en especial los de las motos, me ha hecho reconsiderar el plan del día, así que intentaré una crónica de estos días falleros, a ver si puedo acabarla antes de que llegue la plaga infantil.

La tarde noche del viernes fuimos con Antoni y Lola a ver el encendido del alumbrado de Sueca/Literato Azorin. Tuvimos la misma idea que una muchedumbre que acudió a ese acto y allí, empanados entre otros visitantes, ocupando los veinte centímetros cuadrados que nos fueron asignados, disfrutamos del espectáculo de luz y sonido, que estuvo francamente bien.

Luego acudimos a ver las luminarias de Cuba/Literato Azorín, que este año ha ganado el primer premio, gracias a la imponente esfera luminosa que remata la instalación. Dimos un paseo entre los chiringuitos que se dedican a vender cosas de lo mas absurdas, que algunos curiosos incluso compraban.
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Terminado el espectáculo luminotécnico, fuimos andando, a ver un par de fallas, las de Almirante Cadarso y Duque de Calabria. No se en cual de ellas, vimos un grupo de ninots muy gracioso. Merkel enseñaba, ayudándose de una pizarra, el ABC de las políticas económicas y financieras que debemos aplicar, como si fuéramos analfabetos, iletrados en esas materias, y asistían a sus enseñanzas con una actitud aplicada y sumisa, Rajoy, Guindos, Montoro, Fátima Báñez, me pareció una escena, mas que fallera, realista.

Después fuimos a buscar un sitio para cenar, por Cánovas, y dimos con el Rincón de Roberto, donde nos dieron francamente bien de cenar. Una ensalada de magníficos tomates con atún de tronco escabechado de modo artesanal, una gran bandeja de verduras, con unos excelentes espárragos, berenjenas que estaban en su punto, cosa rara, magníficos champiñones de tamaño grande grande, unos pimientos que, aunque no eran de Padrón, sino de Murcia, daban muy bien el pego, y una sensacional fritura de pescaíto fresco, molleras, boquerones, salmonetes, absolutamente deliciosos, y cerramos la cosa con unos huevos rotos con embutido de Onteniente, morcilla de Burgos y chistorra. Sensacional, todo por trece euros por barba.

Luego nos tomamos un mojito en una zumería próxima, mas que nada para hacer tiempo hasta la hora de los fuegos que, esa noche, se disparaban a las doce en punto. Me gustaron los fuegos. Un ritmo clásico y pausado que me hizo disfrutar con ese uso del tiempo que permite degustar cada combinación de geometría y color con el placer de quien no tiene prisa. En alguna de esas pausas, caí en la cuenta de que estábamos en Jacinto Benavente, y el nombre de esa calle me hizo evocar una escena de su obra teatral, 'Los Intereses Creados', en la que el autor, valiéndose de sus personajes, expresa su hostilidad hacia abogados y jueces (en su vida personal, Benavente se vio perseguido por los pleitos que le ponían sus acreedores), critica lo maleable que es la justicia en un diálogo en el que se dice que, quitando una coma aquí, y poniéndola allá, se puede condenar a un inocente o liberar a un culpable.

La noche del viernes, fue una noche perfecta, fallera, pero, sobre todo, compartida con dos de nuestros mejores amigos.

A la mañana siguiente, tomamos el bus y nos fuimos a ver varias fallas. La de Convento Jerusalén me pareció que tenía una característica que recordaba los encuadres cinematográficos de Peter Greenaway (El Cuaderno del dibujante...), la simetría perfecta, pues los volúmenes de esa falla que ha merecido el premio absoluto de este año están tan simétricamente dispuestos alrededor del eje central, que parecen diseñados por un maestro renacentista, alguien que, además de dominar el arte del modelado, tiene un conocimiento profundo de las matemáticas. La multitud que la visitaba era la misma que nos había empanado la noche anterior en Sueca L. Azorín, o eso me pareció.

Hablando de arte, en la plaza de la Merced pudimos admirar una falla que no es exactamente eso. Me pareció, mas bien, una exposición de escultura al aire libre. La simplicidad de sus formas, paneles rectos, habitados por unas pocas figuras, realmente escultóricas, no falleras, y la ausencia de humor, solo un mensaje de la artista, eso si, trascendente, le dan al conjunto ese aire tan raro entre el resto de los monumentos falleros que pueblan las calles de la ciudad. Me gustó, justo por eso, por su rareza.

Luego nos acercamos a la plaza del Pilar. Un amigo con quien he tomado café hoy es de la opinión de que el nivel artístico de esa falla merece un premio mejor que el que le han dado. También nos acercamos hasta Na Jordana que este año ha marcado, con el uso de varillas de madera para construir su caballo de Troya, una tendencia, seguida por alguna otra falla, que consiste en prescindir del poliuretano expandido como materia artesana fundamental para construir la falla, porque en el momento de quemarla, ese material produce una contaminación ambiental, ausente cuando se usan materiales mas naturales.

Estos días nos hemos conformado con asistir a la mascletá del barrio, el menor número de kilos de pólvora que aquí se queman, respecto a la plaza del Ayuntamiento, queda sobradamente compensado con la mayor proximidad al contemplar el espectáculo, y con la ausencia de la muchedumbre que estos días nos ha empanado, cada vez que hemos asistido a un acto multitudinario.

Podría ampliar esta crónica con muchos mas lugares visitados, con mas experiencias, todas agradables, de las que hemos disfrutado con motivo de las fiestas falleras, pero escucho el timbre de la puerta, y debo dejar libre el ordenador para que mi nieto se emplee a fondo con los Minijuegos. com

En fin. Crónica de Fallas.

LOHENGRIN (CIBERLOEHNGRIN) 18/03/13.

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