viernes, 25 de octubre de 2013

LA VACUNA

Yo, como la mayoría, me siento en deuda con Louis Pasteur, uno de los grandes hombres de la historia de la Medicina y de la Ciencia. Dicho esto, he de añadir que declaro mi preferencia por uno de sus inventos, la llamada pasteurización, en honor suyo, un procedimiento por el que los líquidos alimentarios, el vino, la leche, los caldos, se limpìan de virus al ser tratados en grandes recipientes estériles a la temperatura adecuada.

No tengo tan claro lo de la vacuna, si bien en tiempos de Pasteur ese procedimiento inverso a la pasteurización, meter virus en el cuerpo de la gente, pudo ser un progreso que salvó muchas vidas, el paso del tiempo ha convertido esa práctica, al masificarla y hacer de ella una rutina sanitaria, en algo muy raro, que consiste en depositar millones de raciones víricas en el entorno de un país.

Si lo piensas, al sátrapa de Siria lo han empapelado por menos de eso. Digo esto porque hace unos días fui a pedir hora al ambulatorio para vacunarme de la gripe y, antes de poder someterme a ese procedimiento preventivo, ya la había pillado, la gripe.

Sospecho que el ambulatorio estaba petado de virus, no solo encerrados en sus dosis terapéuticas, sino en el ambiente, y en los pulmones de los usuarios. Ya lo decía mi abuela, si quieres conservarte sano, no pises un puto ambulatorio en tu vida.
(...)
Es urgente la práctica de un análisis de coste beneficio sobre los modos de vacunación indiscriminada, aunque es fácil suponer que los costes son para los usuarios, y los beneficios para las farmacéuticas. Solo hay que recordar el escándalo que se formó no hace mucho al descubrir la connivencia entre una alta funcionaria de la Onu, o algo similar, de origen oriental, y el sector farmacéutico, cuando lanzó una campaña desmesurada para colocar sus productos de vacunación. 

Tengo dudas de si esto que digo es una percepción racional del asunto, o con los años me estoy volviendo tan maniático, tan hipocondríaco, como Woody Allen, pero sin alcanzar los niveles de su humor judío.

Lo cierto es que esta mañana, cuando he ido al ambulatorio para que me sacaran una muestra de sangre, para medir la cantidad de litio que pulula por mis erráticas venas, así las ha calificado la enfermera, he sido testigo de que han llamado a unos cuarenta usuarios que tenían cita en el laboratorio, y solo se han presentado tres, entre ellos yo, lo que parece un indicio de que no soy el único que desconfía de la calidad del ambiente en los ambulatorios, en esta época de vacunaciones masivas. 

En fin, si es usted paciente de riesgo, si tiene alguna dolencia que combinada con la gripe podría derivar en algo peor, no haga caso de mis manías, y vaya a vacunarse 'per si de cas', ahora bien, si está sano como una fruta de manzano, si no suele pillar resfriados ni cosa parecida, si aguanta igual el frio que el calor, por favor, no corra riesgos. 

Someterse al ambiente infestado de virus de un laboratorio, de un ambulatorio, de un hospital, solo es inocuo para su personal que, después de tantos años, ya está inmunizado.

Dicho esto, he de reconocer que estamos en deuda con Louis Pasteur, sobre todo porque gracias a el podemos tomar un Rioja, o un Verdejo, sin temor a enfermar.

En fin. La Vacuna

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 25-10-13.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios