Hoy me apetece jugar a la numerología, esa disciplina que está entre las matemáticas y la magia, y he elegido para ello el número treinta y uno, no solo porque siete de los doce meses del año se cuentan con treinta y un días, o porque los treinta y un años de edad de los humanos suelen ser un hito en la vida de las personas, en el que toman conciencia de que comienzan a abandonar la etapa mas, digamos, energética, de la juventud, sino porque 31, recuerdan?, fue la cifra que usó nuestro imbécil presidente de un gobierno imbécil, el Sr. Rajoy, argumentando que el número de desempleados comenzaba a disminuir y que eso significaba el fin de la recesión económica.
Aquella tontería fue rebatida por todo el mundo y hoy, la prensa divulga que los datos a 30 de septiembre informan de mas de cien mil contrataciones menos que el pasado año, confirmando que la supuesta mejoría de nuestro mercado de trabajo se debió, sobre todo, a factores estacionales, y que las declaraciones de nuestros políticos imbéciles se apoyan, sobre todo, en la magia, nunca en la realidad.
No me alegro de que la realidad confirme mis argumentos, preferiría ver argumentos políticos que actúan sobre la realidad, para transformarla, en lugar de intentar, simplemente, manipularla.
(...)
Hemos llegado a un punto en el que todo el país, no solo Baleares, debería salir a la calle para exigir
el cese de ese puto gobierno que dice que tiene mayoría absoluta, cuando lo que debería decir es que tuvo mayoría absoluta, algo que a día de hoy desmienten las encuestas.
En un alarde de cinismo, nuestro gobierno imbécil, en lugar de tomar nota de las protestas populares se ampara en una mayoría silenciosa que no se manifiesta, como si ese silencio, por ahora resignado, fuera un plebiscito a su favor. Imbéciles. Cínicos. Incompetentes. Eso es lo que son, y lo digo desde mi silencio doméstico, pues no estoy en la calle.
Una vez defenestrado ese gobierno de inútiles, todas las fuerzas políticas han de unirse en un objetivo común, proponer un gobierno amplio en el que estén representados no ya tres partidos, sino los mejores de todos los partidos, a ver si entre toda la canalla que habita la clase política somos capaces de elegir personas que sepan dirigirse a la gente sin eufemismos ni mentiras, y crear un programa de gobierno para la recuperación, exento de mezquindades y falsas promesas, capaz de ilusionar al pueblo otra vez para dejar atrás, esta vez si, las miserias de la crisis, refundando un Estado que a la vista de todos aparece ahora como un remiendo de la transición, que ha quedado hecha unos zorros.
En otro tiempo, a la vista de lo que han hecho Rajoy y su gobierno en lo que llevan de legislatura, también de lo que no han hecho, se les habría mandado ya al ostracismo, es decir, como en el mundo antiguo, el pueblo reunido en la plaza pública, cada uno con una concha de ostra en la mano, se hubieran contado y si su número hubiera alcanzado para ello, se les habría confinado en el destierro, de por vida.
Como no estamos en ese tiempo, ni en ese mundo, lo que procede, ya, es convocar elecciones generales anticipadas. Es urgente, o estos nos liquidan a todos, a nuestros derechos. Las encuestas de opinión y de intención de voto, están para eso, para pulsar y medir las opiniones de quienes no se manifiestan.
Mienten, otra vez, los imbéciles que nos gobiernan, cuando afirman que quienes permanecen en silencio
los apoyan. Las encuestas de intención de voto desmienten esa falsa afirmación.
Esta página es solo una muestra de ello.
En fin. Treinta y uno.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 2-10-13.
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