lunes, 20 de enero de 2014

EL DISCURSO DE RAJOY

Anoche, cuando anunciaron la entrevista de  Lomana a Rajoy, dejé la pantalla de la tele encendida, pero quité la voz. Soy estudiante de Comunicación y quería comprobar algunos aspectos de la comunicación no verbal, algo que las palabras a veces no dejan percibir, porque distraen de la percepción de la verdadera naturaleza del hablante.

A Rajoy lo sentaron para la entrevista de tal modo, que la cámara no captaba con claridad su perfil izquierdo, sin duda para evitar que los espectadores percibieran algo que ya es del dominio público en todo el país.

Cuando Rajoy miente, que suele ser en algún momento de todas las entrevistas que se le hacen, se produce un movimiento involuntario en su párpado izquierdo. Si las mentiras que ha dicho Rajoy desde que comenzó la legislatura, y por extensión sus ministros y portavoces, en todos y cada uno de los actos de comunicación en que han participado, cotizaran en bolsa, el Ibex 35, el índice que mide la cotización de las acciones de las empresas mas significadas del país estaría en 20.000 puntos.

(...)
Esa sarta de mentiras comenzó cuando uno de sus portavoces, Esteban González Pons, en plena campaña electoral, se atrevió a afirmar, cuantificándolo, que ellos reducirían el desempleo, creando 3.000.000 de nuevos puestos de trabajo. Nada menos que 3 millones, dijo. 

Anoche, aunque no escuché el discurso de Rajoy, si vi luego una noticia que lo recogió parcialmente, y se veía a Rajoy afirmar que cuando termine la legislatura, 'habrá menos parados que cuando terminó la de Zapatero'. Observen la enorme diferencia en cuanto a la dimensión cuantitativa de una y otra afirmación, una efectuada cuando se buscaba convencer al electorado para poder formar gobierno, y otra a los dos años de haberlo conseguido. 

En la entrevista 'muda' que seguí, observé algo curioso. Si bien no alcanzaba a ver el ojo izquierdo de Rajoy, si que observé como el derecho se abría en un movimiento involuntario, y no me parece descabellado suponer que ese movimiento se correspondía con la contracción de su ojo izquierdo que, en el mismo instante, sufría ese tic característico cada vez que la pregunta formulada le aconsejaba mentir.

Es corriente que los políticos mientan alguna vez, no es eso lo que nos debe inquietar, ahora bien, cuando se hace de la mentira un instrumento político habitual, tan habitual que termina por incidir en la anatomía del que miente, la cosa ya es para empezar a preocuparse. 

Lamento no tener aquí delante el programa electoral del PP, pero recuerdo lo que no aparecía en el cuando se dio a conocer. Tengo muy presente la política que han practicado en estos dos años de legislatura y puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que si las leyes y decretos que han promovido y firmado hubieran sido parte de ese programa, jamás habrían ganado las elecciones.

Nos encontramos, entonces, ante una mentira monumental, que ha estropeado la vida a millones de españoles, que no es cualquier cosa, no es una tonteria, es un hecho que en cualquier democracia madura habría obligado al gobierno, como mínimo, a revalidar su legitimidad democrática mediante unas nuevas elecciones. 

Estamos a punto de que nos cuenten una nueva mentira. Cuando se publique la última encuesta de población activa, se van a contar como nuevos puestos de trabajo, como si fueran de jornada de ocho horas, empleos de mierda de veinte horas al mes o menos, y toda la artillería triunfalista al servicio de la mentira volverá a disparar sus salvas.

Rajoy volverá a salir para sacar tajada de esa cifra coyuntural, sin entrar en el fondo del asunto, pero seguramente ya no veremos su perfil izquierdo para darnos cuenta de que miente, ahora lo sacarán del perfil derecho, y esa es toda la mejora que se puede esperar en este país, a menos que echemos a los grandes mentirosos que lo desgobiernan.

En fin. El Discurso de Rajoy. 

LOHEGRIN (CIBERLOHENGRIN) 21-01-14.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios