viernes, 10 de enero de 2014

JON

"Me llamo Jon, soy de Bilbao, pero hace veinte años que vivo en el trullo. Maté a mi jefe, porque abusó de mi novia, y no estoy arrepentido. Ahora he de tomar una decisión importante, tengo aquí un papel, una petición de indulto, si lo firmo, el director de la cárcel me asegura que en un mes estaré fuera.

Parece fácil, esta disyuntiva entre reclusión y libertad, ¿no?, sin embargo, aún no lo tengo claro porque, ¿que es la libertad? ¿No será pasar de unas rutinas a otras?. Incluso si se trata de salir de unas rutinas a la falta de rutina, ¿la ausencia de esa rutina no es tambien una forma de rutina? No sé.
(...)
Supongamos que firmo. Fuera no me espera nadie, ni familia, ni amigos. Aquí estoy rodeado de amigos, casi todos estudian. Carlos, estudia ingenieria aeronáutica, Paco estudia leyes, yo empecé a estudiar filosofía, pero me cansé de formularme preguntas que no tienen respuesta y lo dejé. 

Ahora hago una vida mas física, 150 flexiones cada día, tomo el sol en el patio, y, cuando me apetece, solicito la visita de una voluntaria en mi celda y ambos nos gratificamos con el placer mútuo. El director de la prisión dice que desde que autorizó esas costumbres hay menos peleas en el patio, pero no es eso lo que me incita a quedarme aquí una temporada mas.

Es que percibo que la vida es igual en todas partes. ¿Acaso las hojas secas de los árboles que revolotean en el patio no son idénticas a las que vuelan por las aceras de cualquier ciudad en un día ventoso? ¿Acaso a una ola no le sigue otra en el mar, y en eso consiste el renacimiento permanente del mar que cita Valèri, 'la mar, la mar, siempre recomenzada..' 

¿No sale el sol cada día, siempre?, aunque no siempre lo percibimos, y a un otoño le sigue otro otoño, en una repetición constante del marco de la vida, y, si eso es así, que ventajas voy a encontrar fuera, que no tenga ya dentro, sobre todo porque si hay algo irrepetible, único, soy yo mismo, y a ningún lugar he de ir para encontrarme, porque hace ya tiempo que me reconozco y me aprecio en mi naturaleza única, como la de cualquiera de ustedes, si la buscan, si la encuentran, en medio de la inmensidad del mundo. 

Así, siguiendo mis propios argumentos, no siento ninguna necesidad de firmar ese papel, de recobrar una libertad que es pura teoría, porque la libertad está dentro de cada uno de nosotros, no fuera. Y, sin embargo, dudo.

No se si firmar o no ese papel, porque además del carácter único de la personalidad propia, está esa otra cosa, de la que no he hablado. La incertidumbre. Si hay algo que me impulsa a firmar es, precisamente, ignorar lo que podría suceder si lo firmara, ese no saber, esa curiosidad de algo que no conoces, que no sabes como va a afectar la vida que te queda, es un impulso tan fuerte, como el de la duda y la creencia en la repetición de las cosas humanas. 

¿Y si fuera, en la calle, esa incertidumbre se convierte en frio?, no ese frio polar que ha obligado a regresar a su celda a un preso huído en Estados Unidos, sino ese otro, mas mortal, la ausencia de amigos, de familia, de trabajo, de interlocución con mi pensamiento y mi modo de ser. 

No sé. Creo que, hoy, no voy a firmar. Me tomaré un tiempo mas para decidirlo, aunque a otros les parezca una elección fácil, Reclusión/Libertad, para mi, en este momento, no es nada fácil. En fin."

 En fin. Jon.

 LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 10-01-14.

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