viernes, 24 de enero de 2014

LA PROTESTA

Este viernes, como casi todos, he acudido a la tertulia frecuentada por tertulianos algo ilustres, de los que no voy a dar pistas por una cuestión de elemental discreción. Al terminar, he acompañado a mi amigo Miguel a la plaza de Manises, para unirnos a la protesta que se escenifica allí, cada viernes, desde que nuestro presidente sobrevenido, no votado, Fabra, tuvo la ocurrrencia de dejarnos sin televisión autonómica, para salvar, según el, la sanidad y la educación.
(...)
Pues bien, hoy la plaza de Manises estaba a reventar de gentes que protestaban a Fabra, porque a las protestas habituales de personal despedido/readmitido/despedido? de Canal 9 se ha unido una multitud de personas que protestaban contra el copago sanitario. Y digo yo, si es verdad que Fabra ha sacrificado Canal 9 para salvar la sanidad ¿cómo es que la mayoría de las protestas hoy se referian no ya al copago, que también, sino a la falta de pago por parte de la institución que Fabra preside, al parecer solo a los efectos de hacer discursos, a multitud de centros y servicios cuya función es atender a discapacitados y otras personas que necesitan de su asistencia, muchas de ellas presentes en ese acto de protesta? 

En los parlamentos que se han escuchado en la protesta, ha quedado claro que el abandono deliberado de la financiación de esos centros tiene su origen en el deseo de privatizarlos, que es la misma causa que está detrás del cierre de Canal 9.

¿Mintió Fabra al justificar el cierre de Canal 9 por las necesidades de sanidad y educación?. Si, mintió, al menos eso se desprende de los parlamentos, bien fundados y argumentados, que se han escuchado hoy en la plaza de Manises.

Al propio tiempo, se da la paradoja de que el coste actual de Canal 9, cerrado, no es inferior al que debería soportar la Generalitat si estuviera funcionando, incluso podrá ser mayor cuando se activen los pleitos por la interrupción de contratos de servicios en vigor, al margen de los de personal. 

Cualquiera con deseos de informarse podría haber acudido a este acto para conocer los puntos de vista de quienes están muy cercanos a estos conflictos. A nadie se le prohibe asistir, pero, claro, la mayoría tiene otras cosas que hacer. Así, un vecino mío, a quien no voy a nombrar, se congratulaba el otro día del cierre de la televisión autonómica, porque así tendremos mejor sanidad y educación, ignorando que ambas cosas se están deteriorando rápidamente para justificar su privatización. Este vecino creyó ingenuamente la explicación de Fabra. Con vecinos así, y otros como el, aún nos pasa poco. 

Sin embargo, la afluencia masiva a la protesta de hoy, parece indicar que el nivel de conciencia ciudadana crece, y es probable que si sigue así, termine por hacer mella en la actitud imperturbable, hasta ahora, de quienes ya se sabe que no nos representan, pero siguen en su sillón como si la cosa no fuera con ellos. 

La respuesta a la protesta de hoy no ha sido la salida al balcón del tirano para conocer las demandas del pueblo, eso solo pasa en las películas, y dicen que al parecer ha sucedido algo parecido en Burgos, pero si no se da satisfacción a las masas descontentas y éstas terminan por organizarse, coordinarse y extender sus fuerzas cívicas, algo que también sucede en las películas podría hacerse realidad, el derrocamiento del tirano por el pueblo enfurecido, y ninguna ley retrógrada de seguridad podrá impedirlo. 

De momento, la única respuesta institucional ante la protesta de hoy ha sido entreabrir discretamente una cortina del Palau de la Generalitat, para observar desde allí la magnitud de la protesta. Alguien ha comentado que la única actividad que se adivinaba dentro, era la de Esther Pastor, jefa de Presidencia de Fabra, haciendo un cocidito con las viandas que pagamos todos. Habrá sido un comentario malicioso. Yo no he visto salir humo de las cocinas del Palau. 

En fin. La Protesta.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 24-01-14.

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