martes, 14 de enero de 2014

LA TRINIDAD

El tema de hoy no tiene que ver con Rajoy, Montoro y Cospedal, la santísima trinidad del PP, aunque sí algo mas con Athos, Porthos y Aramis, los tres mosqueteros cuyas aventuras transcurrían a la sombra de un cardenal, Richelieu, porque es otro eclesiástico, el arzobispo de Valencia, el que introduce cierta zozobra en mis planes para hacer una visita guiada el próximo lunes al antiguo Convento de la Trinidad.

Antes de que fuera posible visitar ese convento, mi mujer y yo, casi siempre después de una visita al museo de San Pío V, nos asomábamos con curiosidad al patio de ese convento que olía a tiempo antiguo. 'Levante' de hoy precisa la antigüedad de ese edificio histórico, data de 1.446, nada menos, todavía no nos habían descubierto los indios americanos, de ahí el aroma que se nota en su arquitectura al acercarse a ella.

El conflicto de la Trinidad, ahora, consiste en que 'Las clarisas ..dejan el monasterio a una nueva congregación' y esa nueva etapa en el convento, que al parecer será ocupado por una congregación holandesa, deja en una situación de transición el servicio de visitas guiadas, que yo tenía previsto usar, precisamente, el lunes próximo. Así que no se que sucederá cuando me persone el lunes a las diez en ese lugar, si se realizará la visita, o no.
(...)
Nunca he tenido muy claro que es el misterio de la santísima trinidad porque, al contrario de lo que hicieron la mayoría de los niños de mi generación, no fui a un colegio de curas, sino a una maestra roja represaliada, pero me suena a trío. Algo así como Holland, el presidente francés, y sus mujeres que, juntos, son tres. 

Tampoco se que fueron los Triunviratos en la época de la Roma antigua, sospecho que fue un gobierno compartido por otro trío. Tríos han habido tantos, sobre todo en el cine y la literatura, que me armo un lío con esto de la Trinidad. 

Al parecer, las clarisas que hasta ahora han habitado el convento son pocas y de mala salud, por eso el arzobispado ha decidido rejuvenecer la plantilla, por medio de una jubilación no muy anticipada, y destinarlas a otro recinto, en la plaza de Manises, ¡junto a Fabra, que horror!. ¿No podía haber esperado un poco el arzobispado, hasta que hiciéramos la visita que tenemos concertada? También es mala suerte, joder. 

Los conventos de clarisas que hemos visitado en otras ciudades, en Cáceres, en Galicia, todos se han distinguido por una gastronomía sublime aplicada al mundo de lo dulce, no era eso lo que motivaba nuestra visita, sino conocer un lugar histórico que tiene mas de cinco siglos de antigüedad, no quedan muchos así en nuestro entorno urbano. 

De paso, enterarnos del misterio de la Trinidad, ¿Eran realmente tres, como Hollande y sus mujeres? ¿Que papel tuvo cada uno de los tres en la configuración de los mitos religiosos? Esas cosas... 

Ahora vivimos en la zozobra, en la incertidumbre de ignorar si el contrato firmado por las clarisas con la empresa de las visitas guiadas sigue o no vigente, y habremos de vivir con esta inquietud hasta el próximo lunes. 

En todo caso, el lunes espero contar el desenlace de este asunto que me tiene en suspenso, en la crónica de la visita que, incluya o no la Trinidad, se hará por la Valencia de la literatura renacentista, si el tiempo no lo impide. 

En fin. La Trinidad. 

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 14-01-14.

1 comentario:

  1. Hola compi, el lunes a clase, se anula la visita.saludos

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