"Después del saqueo que llevó a cabo el PP en la comunidad valenciana, durante los lustros que gobernó aquí, no solo la autonomía, sino algunos ayuntamientos, y esto no es una afirmación demagógica, ideológica, sino algo que se puede comprobar en los archivos de los muchos procesos judiciales que lo han probado, ha sido un alivio el cambio político que se produjo --lo que ha acontecido ahora en Andalucia, pero al revés-- gracias a la afinidad de la mayoría de los electores con las nuevas formaciones que aparecieron en nuestro panorama político.
Compromís, etcétera,
que unidos a los partidos tradicionales de izquierda, PSOE, Izquierda Unida, y acompañados por formaciones mas minoritarias como el Bloc suscribieron el llamado Pacto del Botánic, bajo cuya bandera siguen gobernando aquí las izquierdas, desde que los valencianos, hartos de sus prácticas corruptas, defenestraron al PP del puente de mando.
Ahora los medios de comunicación locales parecen haberse puesto de acuerdo para subrayar la debilidad de aquel pacto
y la tendencia a que la derecha de siempre se refuerce aquí, gracias al ejemplo del cambio a la derecha en Andalucía,
con la inestimable colaboración de la extrema derecha, que está empujando sus discursos y actitudes, antes más moderadas, a otro nivel dialéctico.
Hablo de afinidades, no de ideología, porque la ideología, mal entendida, mal aplicada, me parece que tiene efectos
perversos sobre la paz ciudadana.
También, porque yo he sentido esa afinidad con los actuales gobiernos de aquí, pese a mi tendencia natural de siempre de negar la jerarquía, defender un sistema social en el que predomine la ausencia de jerarquía, sustituida por el sentido común de la ciudadanía, expresado mediante una elección permanente, cotidiana, sobre aquellos asuntos que por su trascendencia lo merezcan, no se trata de andar todo el día de revolución permanente, solo de habitar foros donde se debatan y resuelvan los asuntos que verdaderamente importen a todos.
Este sentimiento de afinidad lo he extendido a Joan Ribó, el alcalde --ahora me dicen que es un poco vaguete-- a Puig, presidente autonómico, a quien solo reprocho que lleve peluca, --si alguien oculta que es calvo, ¿ocultará algo más?-- a Mónica Oltra, a quien voté en las últimas elecciones autonómicas, aunque no sé si creer lo que leo sobre su deficiente política en lo que concierne a las instituciones que cuidan de los menores problemáticos.
O sea, mi afinidad con los políticos más o menos de izquierdas, es algo que viene de mi experiencia desde la transición y mi deseo de fulminar a quienes ahora siguen a Aznar, ya desde que imputó a Eta el atentado de Atocha, sabiendo que fueron los radicales islamistas, y ahora, este sinvergüenza mentiroso, más radical que nadie, se presenta otra vez como el lider natural de la derecha española.
Una derecha responsable de los miles de millones de Euros, --no hay modo de saber cuántos-- que se desvian de los recursos de la sanidad pública, para enriquecer a los de la privada. (Guayomi, dixit, ayer, en la sexta).
Pues, aunque no me crean, no son estas cosas las que me llevan a evaluar la gestión política de cada cual, antes de emitir mi voto, sino mi experiencia cotidiana en el uso de los servicios públicos, que me lleva a agradecer la extraordinaria calidad, al menos a nivel de ambulatorio, a los hospitales, por ahora, no voy, de la sanidad pública en mi barrio.
Del mismo modo, he de censurar otros aspectos de la gestión municipal en València. La dirección de la EMT demuestra cada día su nivel de incompetencia, hasta el punto de que ha provocado una huelga de autobuses que ayer me perjudicó
directamente, pues los retrasos en el servicio, me obligaron a correr los 300 metros lisos para llegar a la farmacia
antes de que cerraran, la doctora que cuida de mi salud me había recetado una pastillira nueva que tenía que retirar, para iniciar un nuevo tratamiento, anoche.
Por cierto, en ese autobús que tomé anoche, tuve que pagar el billete, porque el duplicado de mi bono bús --el original me lo robaron en una escalera mecánica en Atocha-- se ha roto, al ponerlo en el cacharro del bus salía la luz roja, o sea, aunque lo pagué en enero, ya no sirve.
Pues bien, esta mañana he ido a la junta local, relativamente próxima de casa, para obtener una nueva tarjeta, como hice cuando me robaron el original y, sorpresa, ese trámite ya no se hace en la Junta Local, lo han eliminado de
la carta de servicios, ahora hay que ir a otro sitio, que está a tomar por culo, para sustituir la tarjetita rota
por otra en condiciones.
A mi son estas cosas las que me empujan a votar a unos u otros, no es la ideología, es la afinidad, y empiezo a dejar de ser afín con Ribó, que al parecer va a tardar seis años en concluir las obras del Parque Central, y que me está jodiendo los servicios vecinales de la junta municipal, obligándome a un traslado a otros barrios, encima sin tarjeta para viajar sin pagar.
O sea, que en las próximas municipales, casi seguro que,
si se presenta, no votaré a Ribó, sobre todo porque mi mujer me ha dicho: --¿Sabes que va de candidata Sandra, la sobrina de Amparo?, o sea, no se te ocurra votar a otros candidatos, o te dejo sin tu asignación semanal para ir de bares.
Esta es la realidad, si, de mi pensamiento político, o sea, no pienso para nada en las ideologías, en ocasiones como esta, me limitaré a votar a quien me dice mi mujer, para mi, es mas importante mi ruta barera, que quién gobierne aquí."
Pongo fecha de mañana en esta página, adelanto su publicación porque mañana estaré liado en la cocina, tenemos comida familiar.
Un saludo a los usuarios de España, de momento, los unicos que se han acercado al blog..
Chao, pibes.
En fin. Afinidades/Realidades.
P.S. Además de mis coetáneos, ya han venido a esta página de Italia (73), Alemania, Francia, Irlanda, Australia, Bélgica, Japón, Portugal....y claro, de Región Desconocida (¿de donde coño son..?)
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 26 01 19.
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