martes, 1 de enero de 2019

MADRID

"Hoy, 2 de enero de 2019, he bajado al Maravas, he tomado un café cortado y un agua del grifo, pero no me he entretenido leyendo la prensa, ni me he mostrado tan charlatán como siempre, porque quería regresar pronto a casa, por un compromiso familiar ineludible.

Acompañar a mi mujer a la estación, se vá a Madrid con Mónica y los niños un par de días. Ya tienen los billetes del Ave, la reserva de un apartamento turístico en la calle Huertas,y las entradas del Teatro Alcalá para ver Billi Elliot.

Cuando planearon el viaje, yo me excluí de esa pequeña aventura porque tenía el ánimo un poco bajo. Ahora lo tengo un pelín, o más, alto, pero la cosa ya está hecha.

Después de un contrato convivencial de más de medio siglo, es la primera vez que mi mujer y yo optamos por separarnos, aunque sean solo dos días. Estos días, no ha cesado de darme consejos, instrucciones, sugerencias, porque piensa que no seré capaz de cuidarme solo de la alimentación, la higiene, apagar luces, esas cosas.

Ha dejado en la nevera una tortilla de patatas precocinada de Mercadona, las sobras del potaje, dos tapers con caldo y no sé cuantas cosas más, pero yo, que siento un subidón de euforia al notar que durante dos días voy a hacer lo que me dé la gana, sin dar cuentas a nadie, espero impaciente, el primer día, comer en La Fuente, en su soleada terraza, a base de menú, y pasar de tortillas y sobras.

El segundo, como vuelven ya anochecido, tengo todo el día para mis visitas bareras, podré ir a dos o tres establecimientos, leer la prensa hasta cansarme y mostrarme como el charlatán que soy desde que tengo el ánimo por las nubes, aunque sigo tomando el litio como siempre.

Ellos por su parte, mi familia, se lo van a pasar pipa, así que no tengo ninguna mala conciencia por fundir unos euros estos días con mis disparates,por cierto, he de ir a la biblioteca pública de Abastos a devolver la peli que sacamos para mi nieto, 'El Nombre de la Rosa' y llevar a la tintorería el pantalón del traje de rayas diplomáticas, lo oriné el otro día en el baño de casa de Mónica, porque no había alumbrado en el wc.

Calculo que llegarán a Madrid después de las doce y media, como hasta las dos no pueden ocupar el apartamento, se tomarán un bocadillo de calamares en el Brillante, para hacer tiempo. Por la tarde, la función empieza a las ocho, así que tendrán que tomar algo antes, porque dura un puñado de horas, creo.

Al día siguiente, Mónica ya tiene entradas para el Museo del Prado. Otra vez 'El jardín de las delicias' del Bosco, pero esta vez, el original. Supongo que tendrán tiempo de ir a coger castañas al Retiro, no sé si tomarán un bus para un recorrido turístico urbano, o llegarán a tomar el funicular en la casa de campo, si pasarán por el templo de Debó, por Delicias, por Chueca, por Malasaña, o se quedarán en el barrio de las letras por su cercanía al teatro, al Retiro, la Fundación de la Caixa, esas cosas.

De lo que estoy seguro es de que, debido a la presencia de menores, no disfrutarán de la vida nocturna de esa plaza magnífica que hay al final de la calle Huertas, de las Caipiriñas, que sirven en la propia calle, del jazz que es posible disfrutar sin salir de Huertas, de tantas otras buenas sensaciones que hemos tenido en anteriores viajes sin niños, en esa magnífica ciudad para el ocio que es Madrid, a pesar de las evidentes limitaciones de quienes la gobernaban, de quien gobierna ahora, no tengo opinión, bastante tengo con seguir por la prensa local los lios municipales de aquí, para ocuparme de los madrileños."

Le he dicho a mi mujer que compre en Doña Manolita un décimo de lotería para el Niño. No lo comprará, se dió perfecta cuenta de que lo decía de coña, tiene una habilidad contrastada por el tiempo de nuestro contrato, para saber si me toma en serio, o no me hace ni puto caso, que es casi siempre.

Pues nada, viva Madrid, vivan los madrileños (sin excluir a los catalanes, pobres, con los líos que tienen).

Un saludo cibernauta.

En fin. Madrid.

P.S. Acabo de comprobar, gracias a un usuario que ha pinchado la página 'London', que no es la primera vez que mi mujer y yo nos separamos. Ella renunció a acompañarnos a mí y a nuestros hijos en nuestra estancia en Londres de casi una semana, y así obtuvo un poco de libertad sexual, y de la otra. No he mentido adrede, es que no me acordaba de aquello, al releer la página me han entrado unas ganas de visitar Londres, de nuevo, que ni te cuento. No quieran saber las ganas que tendrá mi mujer de liberarse del pesado de su colega otra semana, pero no caerá esa breva, el único viaje que pensamos hacer este año es a Mojácar, juntos, con Lola y Antoni. El viernes de la semana próxima hemos de ir a Viajes Fina, a pagar el anticipo. Chao, pibes.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 2 01 19.

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