viernes, 23 de enero de 2009

LA PESADILLA

“El viento de poniente ha soplado esta noche con gran violencia sobre Heliópolis. En sueños, lo he oído golpear sobre las persianas del cuarto que da al patio del viejo cuartel abandonado. Dicen que la tramontana fue la responsable de inspirar a Dalí los relojes blandos que pueblan “La persistencia de la memoria”. A mi el poniente me ha sumergido esta noche en un sueño raro, del que no conservo memoria fiel, solo unos escenas dispersas que no alcanzo a reconocer.

He levantado la persiana, sobresaltado por el rugido del viento, y entre una niebla que no podía ser cierta, porque ese viento, aquí, deja la atmósfera con una apariencia translúcida, incluso por las noches, había trece caballeros vestidos con levita, todos con chistera, alrededor de una mesa, en actitud de espera para ser servidos.

Ha aparecido el camarero, un señor vestido con un jersey de color rosa que no le pegaba nada y una bufanda de colorines a rayas. ¿Se han fijado en quienes llevan, ahora, esas bufandas?. El fámulo ha puesto trece copas sobre la mesa. Después, el que llevaba la voz cantante, que se parecía a Botin, ha pronunciado un breve discurso protocolario, en el que ha informado a los demás –al parecer todos banqueros-- de que uno de sus bancos solo ha ganado 250 millones de euros, menos de lo que se esperaba, y luego les ha reconvenido por gestionar mal la morosidad, quedándose con activos inmobiliarios devaluados, en lugar de buscar fórmulas flexibles para recuperar su dinero, sin someterse a esa carga.

No estoy seguro de lo que vi, porque la niebla que envolvía la escena de modo intermitente, no me dejaba ver con claridad. Juraría que, terminado el breve discurso, se llevaron las copas a los labios, pero estaban vacías.

Después entró el camarero de nuevo con una gran bandeja cubierta con una tapa y depositó sobre la mesa su contenido. Repartió tres platos que contenían pollos enteros entrre los que parecían los mas principales. De los trece comensales, solo dos o tres ofrecían un aspecto firme, sereno, sólido. Los demás temblaban ligeramente, dominados por una especie de zozobra. Ante la protesta de los que no habían alcanzado las viandas, el camarero dejó unos cuantos despojos tirados sobre el mantel, sin molestarse en utilizar mas vajilla.

Entonces abrí la ventana, para tratar de reconocer mejor lo que veía, y una masa de niebla me envolvió y me llevó con ella. Después de un rato de navegación aérea miré y me pareció que estaba mas al norte, sobre una isla cuyo contorno me resultó familiar. La masa de niebla se deshizo y vi un paisaje derruído, donde una gigantesca excavadora procedía a una demolición sistemática de los restos de los edificios de lo que parecía la city londinense.

Al frente del equipo de demolición estaba un hombre alto, con el casco puesto, con una flota de camiones detrás, que parecían dispuestos a hacerse cargo de los escombros de toda aquella ruína, con la intención de dejar limpio el distrito financiero. -- ¿Adonde los llevamos?, preguntó un capataz al hombre alto del casco. --De momento carga los camiones, vamos a limpiar esto, luego ya veremos que hacemos.

La niebla se cerró de nuevo y volví, sin apenas darme cuenta, tras la ventana de mi cuarto. Una luna entera iluminaba la escena y el viento arreciaba, llevándose consigo algunas ramas de las palmeras del patio. Los trece hombres de la chistera aún estaban allí. Los afortunados a quienes se había servido el pollo entero eructaban con gesto satisfecho. Los demás, algunos con arañazos en la cara que se habían hecho peleándose por los despojos, no habían calmado su ansiedad y se mostraban trémulos y nerviosos.

El camarero entró con una gran pizarra en la que estaban escritas, con tiza, las magnitudes de la economía española que el gobierno ha dado a conocer como mas probables para este año, y se paseó entre los asistentes para que todos las vieran, ante la indiferencia general.

Después, se escuchó un coro lejano que clamaba, --¿Cuanto durará la crisis de liquidez?, mientras una luz intensa y brillante descendía sobre los comensales y se llevaba al que se parecía a Botín y a dos mas que permanecían a su lado. Los tres ascendieron abducidos por esa luz con una expresión beatífica en el rostro, y eructaron de nuevo, antes de desaparecer.”

Después de eso, las imágenes del sueño desaparecen. No recuerdo nada mas. No he conseguido encontrar ningún sentido a todo esto. Los sueños son fragmentos de realidad compuestos de manera caprichosa por el inconsciente y es absurdo intentar encontrarles algún sentido.

Me habría gustado recordar mejor esa parte del sueño que se me resiste, en la que los coros dijeron algo parecido a esto, -- ¿Cuando volverán a prestar dinero los bancos? Esa cuestión ha quedado oscurecida tras la espesa niebla del sueño. El gobierno solo habla de economía, de cifras macro económicas, pero no da ninguna estimación de cuando volverá a funcionar el sistema financiero con cierta normalidad.¿Porqué no les preguntan a los banqueros y nos lo cuentan? Algunos dormirían mejor, sin sueños, sin pesadillas.

LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 23-01-09.

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