sábado, 10 de enero de 2009

VIAJE AL SUR

Viajar al Sur en invierno es una aspiración universal fácil de cumplir. Te vas dos calles mas abajo de donde resides habitualmente y ya estás en el Sur. Viajas a un lugar que dista una docena de pueblos del tuyo y la experiencia del Sur se vuelve mas intensa. El sur es un concepto y cada cual lo vive a su manera. El sur es misterio, a veces exotismo y casi siempre, la posibilidad de lo imprevisible.

Pensaba que el viaje de recreo que me ha tenido alejado del Blog una semana eran unas simples vacaciones en la playa a la que siempre vuelvo por estas fechas, como un ave migratoria, en busca de un clima menos invernal, y ha resultado ser un viaje a los ojos de una mujer inglesa de tez pálida, cabello moreno y rostro gótico, que canta con acento cockney, pero cuya garganta tiene la textura de una cantante negra del Bronx.

Cualquiera puede comprobarlo mientras se toma un Daiquiri en la cafetería Dracma, que está en la avenida de Filipinas, en Benidorm. Allí, todas las noches, actúa esta mujer, que no se limita a entretener al personal, como otros animadores de esa ciudad que parece un remedo de Las Vegas, sino que da lo mejor de si misma y afirma su personalidad de artista que merece mejor aprecio que la acogida calurosa, pero minoritaria, que recibe por parte del público, mayoritariamente anglo, que frecuenta el local.

Cinco días de sol por uno nublado es un balance climático que raras veces falla cuando eliges Benidorm como destino, por eso, cada año, cuando llega lo mas crudo del invierno, pongo proa a sus playas, a los comedores de sus hoteles, con sus desayunos a base de huevos fritos con beicon y salchichas, café y zumo de frutas, al cálido ambiente de sus salones nocturnos, donde este año he encontrado el verdadero motivo de mi viaje, el exotismo de esa cantante inglesa de la que me habían hablado pero de cuya existencia dudaba, hasta que la he confirmado durante seis noches consecutivas, de lunes a viernes.

Hay una población flotante muy numerosa alrededor de este conglomerado turístico, que flota, es decir que sale a flote, precisamente, siempre que la ocupación hotelera no descienda por debajo de ciertos límites que hacen inviable su actividad. Cantantes, mimos, músicos, trileros, saltimbanquis, escultores que trabajan la arena de la playa, especialistas en aves rapaces, camareras, jefes de cocina, asistentes, ayudantes, travestidos, animadores y vividores varios, dependen, todos ellos, de esa variable de la actividad turística que se llama nivel de ocupación.

En el viaje de esta semana he podido constatar la preocupación de muchos de ellos por su futuro laboral, pues este año, a la amenaza estacional de febrero, habitual de todos los años, se une, --y aquí es una novedad-- la de la crisis, que hace peligrar la continuidad de los contratos. Hay dos detalles que ilustran, de modo elocuente, esa sensación de crisis. El modo exageradamente jovial con el que fue recibida, como algo desacostumbrado, una propina de sesenta céntimos de euro, por parte de un camarero del hotel donde me alojaba, y el descuento que se me practicó en la nota de un restaurante en Calpe, de un 30%, como si se tratara de una tienda en rebajas.

Pero quizás lo mas importante es que Benidorm es uno de los destinos favoritos de los ingleses, además del lugar de residencia de muchos de ellos y la devaluación de la libra no solo rebaja las expectativas hoteleras, sino que limita el poder de compra de quienes residen aquí la mayor parte del año. En el hotel donde me he alojado, la mayoría de los huéspedes eran ingleses, pero me pregunto si habrán contratado sus vacaciones antes de la devaluación, y que pasará con los contratos futuros.

Desde la planta 43 del Hotel Bali, Benidorm parece la misma locura urbanística de siempre. Me faltan datos del producto interior bruto que genera su economía para saber si esa locura funciona a todo tren, como siempre lo ha hecho, o no, pero, en cualquier caso, pienso seguir eligiéndolo como mi destino ideal en el mes de Enero. --En Febrero, si no pasa nada, iré a las marismas de Huelva—Mientras yo procuro huir del invierno, las aldeanas insomnes llaman a los programas nocturnos de la radio para contar la belleza del paisaje del bosque nevado iluminado por una luna enorme. !Que frío!

LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 10-01-09.

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