martes, 27 de enero de 2009

MODELO DE CRECIMIENTO

Se cumple ahora un año desde que incorporé al Blog la página “MODELOS, SISTEMAS, CAOS” en la que decía, al referirme al pensamiento acádemico sobre la realidad económica lo que sigue:

“(...) Creen que Modelos y Sistemas pueden utilizarse como una botella y meter dentro la realidad como si fuera la maqueta de un paquebote (...) y que con ese ritual académico el mundo, controlado al fin por el pensamiento racional, comenzará a tener un sentido, superado el caos de su matriz inicial irracional..”

La lectura de la colaboración habitual de Jordán Galduf, Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de aquí, en el diario “Levante” de hoy, me ha inducido a recuperar esa proposición, que formaba parte de la página en la que expresaba mi punto de vista sobre los hechos económicos, y la percepción de esos hechos desde el mundo acádemico, antes de comentar el artículo de Jordan.

Leo con frecuencia las aportaciones de Jordán desde su columna habitual en “Levante” y he de decir que me parecen rigurosas, ponderadas, objetivas, sensatas, equilibradas y correctas, pero afirmar que “se ha seguido un modelo de crecimiento que ahora debe modificarse” refieriéndose al análisis de los últimos acontecimientos en las economías mundiales de todos conocidos, y a las causas que los han generado, me parece, francamente, un exceso de corrección política, que se deriva del uso de un lenguaje esencialmente académico.

Los modelos, especialmente los matemáticos, dan “imágenes simplificadas de una situación real, en que las relaciones empíricas se traducen en relaciones matemáticas o lógicas entre los entes que configuran esa realidad". Así, cuando se emplea la expresión “modelo de crecimiento” lo que se transmite es que estamos hablando de algo esencialmente racional.

El problema de la especialización del conocimiento es que acaba por generar un lenguaje propio, del que están ausentes otras disciplinas y eso dificulta la comprensión de la realidad, ahormada en las limitaciones del propio lenguaje especializado. La actividad económica, y los espacios en que se mueve, exceden con mucho el enfoque economicista especializado, puesto que, antes que nada, son actividades humanas, y los espacios en que se realiza, ahora no son solo materiales y sociales, sino virtuales.

Cualquier intento de describir los hechos económicos, debería ser multidisciplinar. A la vista de los acontecimientos que se han sucedido en los últimos meses, es evidente que, a los economistas, deberían sumarse los etólogos, los ecologistas, los psicólogos sociales, y los expertos en comunicación ciberespacial, para intentar explicar en que ha consistido en los últimos quince años ese modelo de crecimiento del que hablan en las cátedras de economía.

Tengo para mi que cualquier etólogo, experto en el comportamiento irracional de los animales, en su conducta territorial y depredadora, podría construir un modelo de comportamientos que nos diera mas información sobre la evolución de la economía humana en los años recientes, que los propios especialistas en ese campo.

Pretender aplicar un instrumento racional, un modelo, a medir las proyecciones agregadas de las conductas económicas individuales en la actividad humana, cuando los psicologos han demostrado
que buena parte de las conductas individuales tiene una base instintiva, irracional, solo puede dar como resultado un cuadro de cifras aparentemente coherente, pero incapaz de predecir las consecuencias de las conductas extremas que, inexorablemente, revientan el modelo, en cuyas costuras no caben.

Donde Jordán ve un modelo de crecimiento, algo perfectamente racional y mensurable, lo que yo veo es una jungla nocturna poblada de tigres, que se dan zarpazos unos a otros para quedarse con las presas y una masacre cotidiana que solo termina con cada amanecer, cuando los grandes depredadores se van a descansar a su dominio territorial, antes de comenzar la siguiente jornada depredadora.

Entre las dos visiones, la racional y académica, y la metafórica de la jungla en permanente efervescencia, seguramente hay otras posibles, la de la economía apoyada en la psicología social, (las conductas de los individuos y las organizaciones sociales) en la ecología ( el uso ecológico de los recursos), en la influencia de los espacios virtuales en la economía y sus transacciones, y en los estudios del comportamiento humano, a partir de las experiencias de observación de los etólogos.

En mi opinión, no creo que hoy, en el medio social que nos está tocando vivir, se pueda seguir haciendo ciencia económica como siempre, manejando conceptos tan decididamente obsoletos como “modelo de crecimiento”, sin salir al exterior, sin buscar el enfoque multidisciplinar que la realidad exige, amparándose en la corrección política y en la comodidad académica.

Quizas, ese punto de vista es demasiado exigente y choca con la mentalidad académica, mas dada a las formalidades, las teorías, los sistemas, los modelos, y menos proclive a salir de su habitat y observar el caos de su entorno, con un criterio científico. Que se le va a hacer.


LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 26-01-09.

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