martes, 20 de marzo de 2012

EL BAJÓN

He bajado al Maravillas con el cabello oliendo a pólvora, los calzones con manchas de orín, sin ducharme y, lo que es peor, sin paraguas. Todos los malditos días me doy una ducha caliente para afrontar la jornada con optimismo y energía, pero hoy, concluidas las fiestas falleras, que este año han sido especialmente brillantes y han estado muy concurridas, se ve que me ha dado 'el bajón', lo que se conoce en términos clínicos como 'depresión pos fallera', que, junto a la 'depresión pos parto' y el síndrome 'pos despido' son tres formas del mismo trastorno, derivado de un sobre esfuerzo que nos vacía de la energía necesaria para la vida cotidiana.

No crean que soy el único que nota esta manifestación de fatiga. Ayer, cuando volvía del 'Correfoc', vi a una joven sentada en el borde de un portal. Vestía vaqueros y blusón y llevaba un peinado lleno de moños, rematado por una peineta, por lo que deduje que era fallera. La joven lloraba desconsolada y trasladaba su desconsuelo a alguien por el móvil usando esta misma expresión, 'bajón'.

Por cierto, ni se les ocurra asistir al 'Correfoc', una lluvia de chispas y humo les caerá en la cabeza y les quemará las cejas, o lo que es peor, las pestañas, dejando en su cuerpo un olor a cueva que no se irá en tres días, aunque se duchen.

Las depresiones suelen suceder a periodos de euforia, y de todas las euforias, la mas potente es la euforia festiva. El consumo de alcohol se dispara en estos días y como el alcohol, en contra de lo que se cree por su breve efecto euforizante, es un potente depresor del sistema nervioso, su abuso lleva, inexorablemente, 'al bajón'.

Sospecho que buena parte de los turistas asiáticos que nos han visitado estos días son investigadores camuflados que han venido a comprobar los efectos devastadores de la 'depresión pos fallera' un síndrome muy peculiar, nuestro, del que solo tienen una referencia aproximada en su cultura cuando se celebra allí el nuevo año lunar.

Los variados síntomas de este trastorno se expresan de manera singular en cada individuo, unos bajan a tomar café oliendo a pólvora y orín, sin haberse cambiado, algunas comisiones falleras declaran que el año próximo se disolverán, lo que es un claro síntoma de depresión pos fallera, otros, como la chica del portal, lloran desconsoladamente mientras comunican su tristeza insoportable a través del móvil, pero en todos aflora un sentimiento común de pérdida por la ausencia de emociones eufóricas en un corto espacio temporal cuando la tremenda energía consumida cede a una sensación de vacío.

Este año, la intensidad festiva que se ha vivido en las fallas preludia una epidemia extendida de depresión pos fallera, no solo entre quienes han protagonizado la fiesta mas directamente, sino también entre los miles de personas anónimas que han visto duplicada la población de la ciudad, en una especie de ritual de las muchedumbres y hoy, bajo un cielo gris y lluvioso sentirán que la ciudad está vacía de visitantes.

Contra esta sensación de pérdida y de vacío, hay varios recursos que se pueden utilizar. En primer lugar, no renunciar a la ducha caliente y a ponerse ropa limpia. Después, una buena cosa es comenzar a organizar las vacaciones de primavera. Yo ya lo hago, en los primeros días del mes próximo pienso tirarme una semana en Benidorm, a mesa y mantel, es mejor que los anti depresivos al uso, aunque, atendiendo a las previsiones meteorológicas no parece seguro que Abril vaya a ser mas soleado que Marzo. De momento, hoy nieva en Requena. Me da igual, con sol o no, Benidorm siempre es una alternativa.

En fin. El Bajón.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN)20-03-12.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios