miércoles, 14 de marzo de 2012

NUESTRA POLÍTICA ECONÓMICA

Son tantos los temas que se amontonan para la entrada de hoy que no se por cual empezar. Trataré con brevedad en la introducción el cine y la fiesta, y luego me centraré en el asunto del título.

Ayer vi en la Filmoteca --entrada gratuita-- 'Deudocracia', un documental griego realizado con un punto de vista muy combativo e inconformista. Cuenta la historia de las deudas públicas de diferentes países y cómo su tratamiento ha diferido en función de las influencias de los diferentes gobiernos implicados en ellas, desde los impagos de Estados Unidos a los antiguos acreedores de territorios dominados luego por ellos, para lo que se inventó una doctrina que justificaba ese impago, hasta los casos de Argentina, cuya población fue masacrada por el F.M.I., o Ecuador, cuyo presidente Correa, hizo frente a los acreedores negando la legitimidad de sus deudas, integradas en buena parte por contratos abusivos de multinacionales que esquilman los presupuestos, o por intereses abusivos aplicados sin la transparencia debida. Un punto de vista sobre la deuda muy interesante, que cuestiona su legalidad.

A la salida de la Filmoteca nos metimos en el caos de la calle de Sueca, donde la falla de esa demarcación procedía al encendido de su espectacular iluminación, que congrega a miles de personas, docenas de puestos callejeros, centenares de mesas que invaden las aceras y la calzada
y, en conjunto, alcanza ese máximo de desorden urbano que caracteriza las fiestas falleras.
El momento del encendido fue realmente mágico y nos costó un buen rato salir de aquel follón,
dar una vuelta a la falla cuyo montaje ya está bastante avanzado, y volver a la normalidad.

La tal normalidad consistió en que al llegar a casa, un contenedor de papel ardía en la calle como una pavesa y del capó del citroen cmx aparcado al lado salían llamas como si fuera una falla. Si a esto añadimos que los presidentes de las fallas de Especial han sido advertidos para que extreman
la vigilancia sobre los monumentos a medio plantar, la conclusión es que un batallón de pirómanos anda suelto por ahí. Tengan cuidado donde dejan el coche. Cerca de un contenedor, mejor no.

Ahora ya, me voy a centrar en el asunto del título.
(...)
Antes de asistir a la quema de la falla escolar de la guardería de mi nieto, perpetrada esta mañana con asistencia de bomberos y todo, he bajado al Maravillas y en el artículo de Andrés H. de Sá, publicado en 'Levante' de hoy, preciso y breve, como siempre, he encontrado una expresión que, por si misma, da para una tesis doctoral, o un tratado de filosofía política, si es que tal cosa existe. Se refiere Sá en su artículo a los 'responsables de nuestra política económica'. Sostengo que tal cosa no existe. Para empezar no hay en nuestra comunidad, desde hace años, algo que se pueda identificar como 'política económica'. Solo hay política, por cierto, presenta los rasgos mas rastreros y ruines que quepa atribuir a esa noble palabra, pero nada que justifique que esa actividad tiene algún efecto positivo sobre la economía.

Incluso si asumimos que tal cosa existe, la 'política económica' no sería, en cualquier caso, nuestra, sino un mandato de otros, básicamente. La consecuencia de la dependencia de un territorio sucursalista incapaz de conducir su propio destino.

Vista así la cosa, queda por dilucidar que significa lo de 'responsables'. En la medida que los sujetos que practican esa política dependiente no toman decisiones importantes por ellos mismos, no cabe hablar de responsabilidades. La responsabilidad de un liderazgo implica independencia
de criterio, la capacidad de elección entre alternativas, sin interferencias foráneas, la libertad de hacer lo que mas conviene a la comunidad a la que se sirve. Nada de eso está presente en los procesos políticos dependientes que se practican aquí, sobre todo, desde que la falta de recursos
ha reducido esa autonomía a una mera farsa para el consumo popular.

Cuando comencé a estudiar Economía en la Facultad de aquí, todavía coleaba en los textos académicos una vieja discusión, sobre la existencia, o no, de la Economía Política. La conclusión fue que tal cosa no existía, que solo se podía hablar con rigor, de Política Económica.

Los acontecimientos de los últimos años, creo yo, deberían poner en actualidad, de nuevo, aquella vetusta discusión. Si, como yo observo, la política económica ha dejado de existir, a manos del complejo financiero político que ha terminado con ella, tal vez es el momento de desempolvar
aquel viejo concepto de Economía Política, una concepción de la economía que incluía objetivos netamente políticos y no solo técnicos o científicos. Ya vemos a donde nos han traído la ciencia y la técnica, correctamente utilizadas, con su rigor académico, cuando han sido puestas en manos
de los delincuentes, libertinos e irresponsables que, en lugar de aplicar la política económica en beneficio comunitario, están destrozando impunemente las redes sociales tejidas durante medio siglo. Todo con la excusa de la deuda. Les recomiendo ver 'Deudocracia'. Los países que han pedido una auditoria independiente para conocer el origen y la legalidad de esa deuda, han demostrado que buena parte de ella, está basada en flagrantes ilegalidades.

¿Que opinión tienen sobre eso 'nuestros responsables de política económica'. Al parecer, ninguna.

En fin. Nuestra Política Económica.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 14-03-12.

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