miércoles, 4 de abril de 2012

DECADENCIA

Ya en septiembre de 2007, va para cinco años, publiqué una página en el Blog, que ese año comenzó su presencia en la red, titulada 'Incertidumbre' con comentarios referidos a un artículo de Ángel Ubide, uno de nuestros primeros economistas en olfatear lo que vendría después. En estos años hemos pasado de una situación de incertidumbre, a otra de decadencia.

En ese tránsito, los diversos responsables y especialistas han usado diferentes términos para describir la dinámica de la situación, desde el tan poco dinámico de Solbes, 'Desaceleración' que los acontecimientos convirtieron en una expresión insuficiente, desafortunada, hasta el de crisis, tan poco preciso, pero el mas usado.

En mi opinión, después de casi cinco años, hemos pasado ya la crisis para entrar, primero, en recesión, después en depresión, luego se ha manifestado una mutación, que es un cambio del paisaje antiguo por uno nuevo, al que no reconoce ni la madre que lo parió, y ahora llegamos a la decadencia que, mas que un estado, es una sensación de aquellos que no consiguen reconocerse como parte del nuevo paisaje.
(...)
Toda situación de decadencia genera fantasías de renacimiento, un instintivo deseo de volver al paraíso perdido y ahora tenemos dos testimonios de esas actitudes entre algunas de las autoridades que tratan de influir en el estado de la economía autonómica o nacional. Por un lado, el deseo de que se instale aquí una especie de Estado Libre de las Vegas es una clara manifestación de esa pulsión irracional, el otro es el sueño de convertir el país en una potencia petrolífera.

Ya el hecho de que un solo ministro concentre en sus manos las carteras de Industria y Turismo es algo tan surrealista como encargar a alguien que limpie las playas y a la vez instale plataformas petrolíferas a tres kilómetros de la costa. Cuando le preguntan a Soria, el tal ministro, primero garantiza, como representante de los intereses del sector turístico, que no se extraerá petróleo, luego como representante de Industria, garantiza que no se van a interrumpir las prospecciones. En una situación normal, estas cosas no suceden, en otra de decadencia, puede suceder de todo.

Hoy me apetece echarle una mano al ministro Soria, para completar sus explicaciones, claramente insuficientes y contradictorias sobre el tema. Lo que ha venido a decir el ministro es que hacer las prospecciones es independiente de autorizar la extracción del crudo. Tiene razón, pero le ha faltado decir porqué conviene seguir con las prospecciones.

Es un hecho que la mera existencia de reservas petrolíferas en el territorio de un país, produce un efecto de euforia en la situación de su solvencia internacional. En el marco de la escasez de materias primas propiciada por las economías emergentes, la posesión de reservas 'susceptibles de utilización futura', atraería los flujos de capitales que ahora tienen dudas sobre la solvencia de España como lugar de inversión.

Es igualmente coherente suponer que si esa 'utilización futura' no se materializa alguna vez, el interés inversor desparecerá. Es por tanto una falacia lo que el ministro dice, o al menos, una débil apuesta por el corto plazo, tratar de hacer creer, a unos, que se van a realizar las prospecciones y a otros, que no se realizarán las extracciones.

Ahora está mas claro el término Decadencia. Si bien estimé en una página ya lejana del blog que esta cosa, sea lo que fuere, duraría al menos una década, nunca pude suponer que una de sus consecuencias sería la decadencia de una parte importante del sector turístico que ha definido desde hace cuarenta años nuestro sector de servicios, en favor de una economía semejante a la de los Emiratos. Aún no ha sucedido, pero no les quepa duda que tal eventualidad entra en los planes del ministro de Industria, y de Turismo.

En fin. Decadencia.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN)4-04-12.

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