domingo, 22 de abril de 2012

EL RETRATO

El otro día, leyendo 'Levante' en el Maravillas, vi que anunciaban una colaboración de Ruíz Zafón en el magazine del domingo. Esas cosas no se avisan, hombre, así, yo no habría comprado hoy 'Levante' y me habría evitado la necesidad imperiosa de lanzar una diatriba literaria. (...)

 El retrato de Ruíz Zafón, en la primera del Magazine, sugiere que es un individuo especial, dotado de un cerebro que contiene el mayor número de metáforas tontas y palabras vacías que pueda imaginarse, cuyos fluidos bioquímicos tienen la singularidad de expulsar a la mayor velocidad el encadenamiento de palabras sin contenido que configuran sus libros, en particular, 'La Sombra del Viento'.

 En cuanto al 'universo literario' que se le atribuye como fuente de su escritura, si Zafón no hubiera aprendido en la escuela lo mas elemental de la lectura y la escritura, las condiciones especiales de su cerebro le habrían llevado sin duda a otra actividad semejante, la de charlatán vendedor de hojas de afeitar en las ferias. Como los compradores de sus libros, quienes se hubieran dejado embaucar por la supuesta calidad del producto ferial habrían comprobado que, tras el primer afeitado, debían tirar la cuchilla a la basura. El señor Lara acostumbra a vender basura, como si fuera buena literatura, véase 'La Noche del Tamarindo' de Gómez Rufo, otro ejemplo. Un buen aparato de promoción hace el milagro de que venda miles de ejemplares de esa nada literaria.

 No se trata de Rulfo, de Conrad, de Proust, ni de Mendoza, a quien cito porque también usó de Barcelona como personaje literario, sino de un periodista con esa facilidad innata para escribir, mal, en este caso. Si ustedes se dejan caer por la Feria, compraran, naturalmente, lo que les apetezca, pero deben tener cuidado con las ofertas del vendedor de hojas de afeitar, ya saben que, tras el primer uso, deberán arrojarlas a la basura, a diferencia de lo que sucede con la buena literatura. 

 Al margen de preferencias personales, si hay algo que, a mi juicio, distingue la buena literatura, es su perdurabilidad en el tiempo. Autores como los citados antes tienen la peculiaridad de que dejan una huella perdurable en la memoria literaria de quien los lee. Su visión del mundo, su conocimiento profundo de la condición humana, o su potencia lírica, como es el caso de Rulfo, marcan al lector de un modo indeleble, y lo hacen capaz de distinguir el grano de la paja. Zafón, es pura paja, si. 

Vuelvo al retrato. Su gesto con la cabeza calva ligeramente inclinada. La estilográfica rasgando sobre el folio escrito a mano, tal vez explica su aversión a quienes escriben en Internet, pues en el último artículo que publicó en el magazine afirmaba que escribir en este medio era como lanzar un mensaje al mar en una botella. 

 Desde que Zafón hizo aquella temeraria afirmación, se puede constatar el crecimiento exponencial de la comunicación en la red, y no me refiero solo a los foros nuevos, sino a la cantidad de gentes que se expresan por escrito en multitud de soportes que tienen la condición de la divulgación instantánea y sin límites espaciales. Un fenómeno que no es lógico rechazar por novedoso, sin antes investigar su potencial para albergar y transmitir contenidos de calidad. 

 En el fondo, se trata de un proceso de democratización de la escritura y sus modos de transmisión pública. Quienes lo desprecian, aludiendo a la baja calidad de sus contenidos, es que no lo conocen, no se han molestado en investigarlo.Yo, en cambio, antes de dibujar este esbozo de Zafón, me he molestado en leer alguno de sus libros, para formarme una opinión. Este retrato es solo eso, una opinión, de alguien que leyó su primer libro, luego lo tiró a la basura, y no piensa dejarse embaucar de nuevo por un tiburón como Lara. Por lo demás, se que venderá miles de ejemplares de su libro, Me parece bien. Ha de haber gustos para todo.

 En fin. El Retrato.

 LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN)22-04-12.

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