miércoles, 25 de abril de 2012

LOS GOLFOS DEL GOLFO

'Rover Acisa se asociará con inversores del golfo Pérsico para financiar una parte del corredor' ('Levante', hoy) ¿Que parte, la de arriba, la de abajo? No sabía yo que el vestuario deportivo de un corredor fuera tan caro.

El caso es que ayer estuve en Xátiva, una ciudad con fuerte personalidad, palaciega, conventual, museística y barera y vi el retrato del rey friky boca abajo en el museo del Almudín. Puedo asegurar, que el pie de foto que aparece en 'Levante' de ayer que, casualmente, reproduce el mismo retrato, es inexacto. No es cierto que la posición invertida de esa pintura date de 1.943, sino que, como certifica el documento que se exhibe al lado del retrato, el conservador del museo lo puso así en 1.940.

 Había además un magnífico cuadro de gran formato, una 'Cena' de Vicente López, un par de obras de Ribera, el Españoleto--quien está, en bronce,  encima de un pedestal, en una céntrica plaza, con un perfil que tiene ese inconfundible aire mariquita que le dan algunos artistas a sus esculturas-- y un préstamo de El Prado, un par de cuadros oscuros muy necesitados de restauración. ¿Para que prestáis esa mierda tíos?,  la próxima vez os lo quedáis.

Que mas da, tres años mas o menos, pero a mi me han dado para la introducción de la entrada de hoy..
(...)
Pero, la cosa va de golfos. Este país en el que ahora manoteamos para salvarnos de la inmersión en la crisis --La Seu de Xátiva ha tardado cuatrocientos años en ser construida, esperemos que la duración de la crisis sea menor-- ha recibido de siempre a los jeques del Golfo como si fueran los reyes magos. Cuando aparecían con sus numerosos séquitos por Marbella, allá por los setenta, todo el personal hostelero se ponía de cara a la Meca para recibir las ostentosas propinas en dólares que soltaban por doquier.

Sin embargo, los tiempos han cambiado, y  quienes esperan hacer negocios con ellos, deberían recordar que algún Emirato  se declaró en quiebra no hace mucho, que el jeque dijo en principio que el no respondía de los negocios de las mercantiles de su país, vamos, que el era un particular y no garantizaba nada. Mientras decía esto, centenares de coches de superlujo fueron abandonados en su aeropuerto por una élite de ejecutivos que salían pitando de allí porque la burbuja se había acabado.

Algo pasó luego, que no he seguido de cerca. No se si por presiones de los centros financieros internacionales, o porque el propio jeque reculó de su chulería, el caso es que en los centros comerciales de los Emiratos las escaleras mecánicas siguen transportando compradores a toda máquina, y las jequesas siguen visitando las galerías parisinas y londinenses como si nada hubiera pasado, aunque el proyecto megalómano de isla artificial en Dubay está estancado.

Mientras en Europa, en particular en España, no se si por presiones de los centros financieros internacionales, o porque quienes representan la soberanía nacional han abdicado, los que se dializan en hospitales públicos tienen que empezar a ahorrar para pagar la ambulancia que los traslada cada día a esa especie de suplicio dependiente que es la dialización como única forma de vida a la espera de un trasplante que, de momento, parece que no se privatiza.

Y es que golfos, lo que se dice golfos, no hay solo en el Pérsico, ni son todos Wahabíes, también los hay en Al Andalus, si atendemos al trabajo de la jueza andaluza, y aquí en la comunidad valenciana. Los árabes, golfos y no golfos, estuvieron aquí muchos años, aunque según el guía de Xátiva hay muy pocos restos arqueológicos. En el museo del Almudin, hay un triple arco árabe, pero lo tapa un cartel de la exposición temporal ahora mismo instalada allí, 'Bells Taulells Vells', --me gusta el juego de palabras-- y los sistemas de riego que se atribuyen popularmente a los árabes,  según mi antiguo profesor de Estructura Económica de la Universidad de Valencia, fueron, en realidad, una creación romana.


Lo cierto es que, entre la clase política actual de la comunidad valenciana, si atendemos a los casos que se divulgan cada día en la prensa, tenemos nuestra cuota de golfos, tan importante como la del Pérsico, aunque menos ? enriquecida. Como complemento a esa inflación de golfería, está nuestra creatividad gastronómica.

Frente a la Seu de Xátiva hay un restaurante muy agradable, cuyo nombre me reservo, que fue premiado en el concurso de arroz al horno de la comarca de la Vall D'Albaida. Ayer nos dieron de comer ese plato. Siento decir que el arroz estaba demasiado tieso, no suficientemente engrasado y, según mi vecina de asiento, venezolana y valenciana de origen, llevaba poca morcilla, aunque los trocitos de costilla de cerdo
emboscados entre los granos de arroz medio crudos, tenían un grado de melosidad que los convertía en pecaminosos, hasta el punto de que si Rouco los hubiera probado, los habría prohibido.

Mi mujer dijo que la causa de la insuficiente cocción del arroz era, sin duda, que habían echado demasiado montón de arroz en una cazuela, que tiene una cabida limitada. Éramos diecisiete en la mesa, un número  impar y raro, demasiado para que saliera bien. Me hago el propósito de volver a una escala mas reducida, y probarlo de nuevo, a ver que pasa.

Después de haber visitado sus castillos, el menor y el mayor, pateado sus calles, sus hermosas avenidas y sus plazas, sus museos,  escuchado el rumor del agua de sus fuentes, picado aquí y allá en sus bares y cafeterías, confieso que vuelvo algo enamorado de Xátiva, con deseos de volver a visitarla. No vi a ningún jeque árabe por allí, se ve que estaban todos en la Generalitat, negociando su participación en lo que cuesta la camiseta del corredor ¿Que corredor?. Y yo que se.

En fin. Los golfos del Golfo.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 25-04-12.

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