miércoles, 19 de septiembre de 2012

COLORES

"Total, que he ido al dentista porque ayer me pusieron una prótesis, provisional, y esta mañana he vuelto para que la sustituyeran por otra, también provisional, que dentro de un mes sustituirán por otra que, de nuevo, será provisional, porque a estas alturas de la vida, todo es provisional.

Cuando me pusieron ayer la prótesis, colgada de unas gotas de epoxi, parecía que se iba a caer de un momento a otro pero, esta mañana, la han emprendido a martillazos, con el martillito y el escoplo, o como se llamen esos instrumentos de cirugía dental, y no ha habido forma de quitarla. Es que no se ha movido siquiera.

La dentista, sin inmutarse, ha dicho, la cortaremos. Acto seguido ha cogido un mini serrucho dental y, sin practicar anestesia, se ha lanzado a cortarla. Lógico, no? para que necesita anestesia una simple prótesis. Mientras tanto yo boqueaba sin poder casi respirar, porque por la nariz respiro mal, pero he aguantado estoicamente hasta que la odontóloga ha pronunciado la palabra mágica, enjuáguese.

Colocada la nueva prótesis --provisional-- ha venido lo de, abra, cierre, abra, cierre... hay que pulir un poco mas, y luego el zumbido de la pulidora, una y otra vez, una y otra vez, hasta que, por fin, me han dejado salir del dentista con el consabido veredicto. --Vuelva la semana que viene y le quitaremos la sutura.

He salido huyendo de la consulta, como quien escapa de un secuestro, y me he dirigido al mercado de Russafa, en busca de sensaciones mas agradables.
(...)
El mercado era una exposición de colores barrocos, rococós, góticos, románticos, realistas, impresionistas, cubistas...ya saben; como no me gusta detenerme frente a las vitrinas de la carne, me he dejado llevar por la enorme variedad de los puestos de frutas y verduras.

 La inacabable variedad de verdes, desde los pálidos puerros, hasta los intensos de los pimientos italianos, --esos pimientillos algo retorcidos, que yo creía que siempre son verdes y hoy me han sorprendido con una variedad rojo infierno-- pasando por el verde del brócoli, y los verdes de esas lechugas que son como libros, con la cubierta mas oscura que las páginas interiores.

Los puestos de fruta, el mas aseado con sus pirámides truncadas llenas de frutas multicolores, manzanas golden, fuji, reineta (hay mas de 7500 variedades, dicen), melocotones, ciruelas, naranjas, ese producto de la experimentación con variedades nuevas, nectarina, y las medias sandías, y los medios melones, con su aire de bodegón de pintura española; y los productos de huerta para el caldo del cocido, en las paradas de los huertanos que traen su propia cosecha al mercado, zanahoria, chirivia, nabo, nabicol, puerro, apio.

Lo mas sorprendente de todo me han parecido unas humildes patatas, expuestas en un puesto pequeño, con un papel que indicaba su variedad. Mona Lisa, si. Que algún agricultor creativo le haya puesto nombre a sus patatas, inspirándose en el famoso cuadro de Leonardo, tiene algo de misterioso, no?, como la dimisión de Esperanza Aguirre. 

A una edad en que la gente piensa en jubilarse, Esperanza se pone a trabajar, además de funcionaria, ahora que los están echando a todos. ¿No es algo misterioso, o por lo menos, extravagante?. 

Terminado el paseo por las frutas y verduras, he entrado en el pabellón del pescado, por si me encontraba con mi mujer. En el puesto de la derecha relucían los rapes, los lomos de salmón fresco, los lenguados y las ventrescas, algo sanguinolentas.

Algún puesto, que recibe mercancía gallega, tenía los mejillones, los berberechos y las nécoras junto a los pimientos de Padrón, Padrón, no como la mayoría que son de Murcia. He alcanzado el puesto de nuestro pescadero, pero me ha informado de que Encarna ya se había ido. --Hace un cuarto de hora, ha dicho.

 He salido del mercado con mi humor reconstruido, sin ningún rastro de molestia protésica apreciable. Ahora bien, no se porqué les cuento esto, la verdad." 

En fin. Colores.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 19-09-12.

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