martes, 11 de septiembre de 2012

STELLA/SOLÍS

Cansado de tocarme los huevos --en el sentido figurado de no hacer nada-- esta tarde he ido al IVAM, acompañado de mi mujer. Hemos bajado una parada antes, porque mi mujer ha tenido la feliz idea de mirar en el centro municipal de la calle de San Miguel, por si se fueran a reanudar las clases de teatro que se suspendieron en ese centro el año pasado, a mitad de curso.

Para mi grata sorpresa resulta que si ¡hay teatro! y lo da Patxi, a quien yo creía desaparecido en alguna isla oceánica. Total que el jueves por la tarde, iré a matricularme y, junto con la matricula que formalizaré mañana en Medios de Comunicación, en otro centro, se materializa mi vuelta al cole, que ya estaba deseando que sucediera porque, como a casi todos, se me ha hecho un verano muy largo.
(...)
Total que, en el IVAM, hemos visto tres salas, mas la de la Muralla.La mas interesante me ha parecido la de Frank Stella, un tipo de Massachussets --siempre tengo que mirar lo de las eses, porque es que no me acuerdo, oiga-- nacido antes que yo. Con una vida tan larga ha tenido tiempo de evolucionar desde la abstracción geométrica, hasta un trabajo que se va haciendo "paulatinamente tridimensional y cuyas formas libres lo encaminan hacia la escultura", eso dice el folleto, para mi, lo mejor de la muestra son precisamente sus trabajos escultóricos, de una creatividad absolutamente personal y un cromatismo espectacular. 

Lo contrario que el irlandés de Dublin, Scully. El paseo por sus obras, igual cromatismo, iguales formas, despierta en el profano una sensación de monotonía, aunque percibes que el artista, por medio de la repetición, tal vez busca de manera obsesiva la perfección. Personalmente, encuentro mas gratificante la evolución, que la obsesión repetitiva por la perfección. Cuestión de gustos.

Con una gran capacidad de síntesis, el folleto describe la obra que hemos visto de Mar Solís, en la siguiente sala. 'La escultora madrileña trabaja la línea en el espacio y el vacío como volumen. Sus definiciones del arte también son muy sintéticas, como su trabajo, "El arte es la capacidad del hombre de inventar, interpretar y construir sus ilusiones". "En el comienzo de todo está el dibujo"

Mar trabaja con madera, dándole al final una textura finísima, como de caoba, pero al pie de los enormes volúmenes de vacíos habitados por sus líneas, ha dejado en exposición unos pequeños cuadernos de papel poblados de figuras, que son como una colección de miniaturas, de maquetas, que contienen la proyección de lo que será la obra mayor.

Esos cuadernos, esos objetos mínimos son, en si mismos, ya, una obra de arte, o mejor un conjunto de células madre en las que está ya contenida la vida escultórica que tendrán después.

Al entrar en la sala, me ha parecido reconocer algunas de las formas expuestas. No se porqué, mi memoria visual me ha devuelto ante esa evocación el enorme arácnido que pude ver en una visita al Guggenheimm de Bilbao, en el exterior del museo, hace unos años, pero no, no es lo mismo. El minimalismo de las formas de Solís, parece ajeno a aquella reproducción zootécnica.

Antes de dejar el museo, nos hemos adentrado en la sala de la muralla, que está dedicada a un solo objeto temático. Utopías Posibles. Objetivos de desarrollo del milenio. La muestra expone, con bastante frialdad a mi parecer, las experiencias de éxito en la erradicación de los males del subdesarrollo, junto a los objetivos que no parecen interesar demasiado, ahora mismo, a los casi dos centenares de gobiernos que se comprometieron, hace diez años, con su consecución. 

Es una opinión. Vayan ustedes a verlo y ya me dirán. 

¡Dense prisa! En octubre, lo quitan todo.

 En fin. Stella/Solís.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 11-09-12.

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