Hoy he madrugado un poco mas. En las tierras removidas de los campos de arroz que hay junto a El Saler, he visto bandadas de miles de aves que las sobrevolaban buscando un hueco para la hora del buffet. Al llegar al pueblo (pedanía, lo llaman) he tomado un café y he comprado la prensa.
La foto de primera mostraba, en el canal, un paraje cercano, gran número de peces muertos. A primera vista, son dos aspectos de la misma naturaleza, las aves, vivas, los peces, muertos, la misma dualidad, vida/muerte, que conforma el devenir humano.
Solo cuando lees la letra pequeña adviertes que los peces muertos lo han sido a causa de un vertido criminal. Entonces, alcanzas a comprender que eso no es natural. Lo mismo sucede con la dualidad ricos/pobres, que no parece natural, no viene marcada por la naturaleza de los humanos,
sino por factores sociales, no del todo vinculados a la genética.
(...)
Vean si no la queja del ministro japonés que se lamenta de la excesiva longevidad de sus conciudadanos, --el es rico, y se refiere a los pobres-- se ve que con la dieta de pescado y el tai-chi por las mañanas los japoneses
se están haciendo demasiado longevos, así, esa longevidad, aunque se deba a causas naturales, ha llevado al ministro a sugerir que los mas ancianos desaparezcan --una solución 'social'-- y dejen de ser una carga para el Estado.
Lo de sentirse rico, o pobre, joven, o viejo, es un estado mental, creo yo, mas que otra cosa, si dejamos de lado las variables macro económicas y demográficas. Por otra parte, para sentirse rico, en términos patrimoniales, es necesaria
la existencia de los pobres porque, en ausencia de pobres, ¿quien se sabría rico?.
Por eso no me parece congruente que Montoro, Guindos y los demás estén acabando con los pobres, al llevarlos a otro
nivel, la miseria, pues, cuando desaparezcan, cuando el país esté hundido del todo -fue objetivo declarado por Montoro--
no serán ellos, Montoro y los demás, quienes lo levanten, sino que tendrán que ser otros, para que vuelva a haber ricos, para que emerjan de nuevo los pobres desde la miseria y con su presencia consoliden, de nuevo, la sensación de los ricos de ser mas que otros, es decir, ricos.
La actual reducción de la pobreza, en dirección a la miseria, comienza a afectar a los propios ricos, si atendemos al titular de 'Levante'. 'El número de valencianos ricos se redujo a la mitad en un año'. Ese titular, y la letra pequeña,
provoca tres preguntas. ¿Todavía hay ricos en Valencia?, ¿Alguna vez hubo valencianos ricos en Valencia? (En el sentido
de burgueses ricos e ilustrados, con conciencia de serlo), ¿Se ha reducido el número de ricos aquí, o simplemente ocultan
mas ingresos a la Hacienda de Montoro?.
A mi, en el fondo, me la traen floja los ricos de Valencia. Hace años que me siento rico, no en sentido patrimonial, rico en tiempo, que uso como quiero, aunque solo en el día a día, en un horizonte de largo plazo, es otra cosa.
La riqueza, o la pobreza, se puede medir en términos de acumulación, pero se puede sentir de modo diferente, en función de lo que se acumula. Atesorar tiempo vivido y tiempo vivo, no es menos importante para el sentimiento individual que atesorar patrimonio, aunque no caeré en la exageración de negar las ventajas de la vida regalada de quienes hacen de sus hábitos, gracias a su riqueza, un lujo de vida.
Del mismo modo que la vida ha hecho que me sienta ahora rico, no negaré que hubo un tiempo en que me sucedía lo contrario. Cuarenta años largos de vida laboral y profesional, no siempre son fáciles, sobre todo si la comienzas como meritorio antes de los trece años, como fue mi caso.
Pero lo cierto es que, también en el ejercicio del trabajo por sueldos de miseria, como eran los de aquellos años, hay motivos para sentirse rico. Pienso en las numerosas personas que he tenido la suerte de conocer en los distintos entornos laborales que he habitado, y lo que pude aprender de ellas. En ese sentido, creo que puedo negar el viejo adagio 'trabajando, nadie se hace rico', porque algunas de aquellas personas me enriquecieron con su ejemplo y su dedicación.
Ahora que vivimos tiempos de pobreza, y hasta de miseria, al menos para una decena de millones de personas, hay que abrir mas los ojos, para sentirse enriquecidos con el tiempo vivido, con el tiempo vivo, y con todas aquellas personas que dejaron, o pueden dejar, huella en nosotros.
Sin embargo, hay que decir que una sociedad que abandona a sus miembros a su suerte, sin ofrecerles una mínima renta de subsistencia, no merece que se aprenda nada de ella, pide a gritos ser cambiada de arriba abajo, porque el binomio rico/pobre, no está en la naturaleza, cuando no se usan adecuadamente los recursos, deviene en una deformación de la conducta humana.
En fin. Hombre rico/Hombre pobre.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 31/01/13.
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