sábado, 10 de agosto de 2013

EL BANCO

El próximo lunes iré a una oficina del BBVA y le pediré al director que me devuelva la tarjeta de débito que se tragó el viernes uno de sus cajeros, sin darme el dinero de la limosna semanal, avisando de que estaba fuera de servicio. Y si estás fuera de servicio, mamón, ¿porque te tragas mi tarjeta?.

Una vez la tarjeta en mi poder, le diré al director -me gusta llevar ensayados los diálogos con los bancarios, es una de mis diversiones perversas favoritas- 'No entiendo la política del Banco. Primero me presiona para que use una tarjeta de débito porque si no me cobran comisiones, y luego se la traga una máquina tonta. Absurdo, ¿no?.'

El bancario no dirá nada, pero pensará, acabo de comenzar la jornada y ya entra el primer gilipollas del día.... Tiene razón, porque ese diálogo, que enseguida completaré, yo debía tenerlo con el Consejo de Administración, no con un empleaducho, pero, cómo, si los Consejos de Administración no se celebran en los Bancos.

Los de las Cajas de Ahorros de por aquí, se celebraban en países exóticos, por medio de vuelos charter que llevaban a playas paradisíacas y hoteles de lujo a sus consejeros, entre los que se encontraban representantes sindicales y diputados elegidos por el pueblo.
(...)
Sigo con el diálogo 'Estoy pensando en fundar mi propio Banco debajo del colchón. Total, el tipo de interés que me dais por mis ahorros, considerando la inflación, es negativo...'. El director, sigue en silencio, pero está pensando, 'Tío, llévate tu puta cuenta y déjame en paz, que a esta hora no estoy para estas chorradas..' 

Los directores de sucursal bancaria, desde hace tiempo, no dirigen nada. Son sujetos absolutamente dependientes, que no pueden decir lo que piensan, ni hacer lo que deberían. Se limitan a cumplir, al pie de la letra, las directrices de política criminal que les llegan de arriba. ¿O no es política criminal robar millones de euros en comisiones a los clientes, de los que, después de descontar los que devuelven por las reclamaciones, les queda un pico que les salva la cuenta de resultados?.

Cuando acepté usar la tarjeta de débito, hacía treinta años que había roto la de crédito, como, además, soy tan pobre que no tengo hipoteca, nunca entendí ese infundio tan extendido, 'hemos vivido por encima de nuestras posibilidades', yo, si acaso, he vivido por debajo, por un prudente conservadurismo en materia financiera que mi mujer, con el desgarro que caracteriza la confianza de la convivencia, llama conformismo. 

O sea, que en el momento en que estalló la burbuja inmobiliaria, se manifestó la primera crisis financiera, se extendió y profundizó la crisis económica, y comenzó la política criminal de los Estados contra sus ciudadanos, mi nivel de endeudamiento era cero, ¿se entiende?, cero patatero. De modo que es imposible que yo haya contribuido a eso viviendo por encima de mis posibilidades. Oiga, señor banquero, no. 

Otra cosa que no comprendo es porqué, si El Corte Inglés lo sabe todo sobre nosotros, que día es nuestro cumpleaños, cual es nuestro nivel de consumo y todo eso, es decir, si la información financiera esta personalizada, los gobiernos, a la hora de implantar su política criminal como consecuencia de la crisis, no lo han hecho de forma discriminada, es decir, tratando de modo desigual a quienes si han vivido por encima de su solvencia, y a quienes no lo han hecho. 

No se entiende que en la época de la informática y las comunicaciones personalizadas y portables, cuando Obama lo sabe todo de nosotros a través de las compañías telefónicas y los servidores de Internet, no se haya aprovechado esa burbuja de información para hacer un reparto justo de las consecuencias de la crisis financiera, es decir, que sostengan a los bancos, por ejemplo, quienes han disfrutado de sus favores, promotores inmobiliarios y demás. 

Bueno, si se entiende, si consideramos que 'justo',es un vocablo ajeno al modo en el que funcionan las diversas estructuras de las que nos hemos dotado, la Banca, los Estados, las superestructuras como el FMI, los granujas de Bruselas, y todo lo demás. 

Pero, porqué digo todo esto, que todo el mundo conoce. Se lo diré. Tengo mono del teatro, desde que quedaron suspendidas las clases por vacaciones. La única motivación de la página de hoy, es improvisar el diálogo entre el cliente y el director del Banco, tener preparada, para cuando empiece el curso, una pieza de teatro improvisado. 

Lo mas difícil será encontrar un actor que, sin diálogo, haga de director. Tiene que tener un dominio considerable del gesto para que, sin hablar, exprese, de manera comprensible, 'Este tío es un gilipollas...' , aunque, pensándolo otra vez, tal vez sea lo mas fácil.

En fin. El Banco.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 10-08-13.

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