Hace un día del color del plomo. Gris claro, gris, gris oscuro. Gracias a los números se puede describir mejor el aspecto del día, 11/19, son las temperaturas mínima y máxima predichas para hoy y si consideramos que es 25 de agosto y durante todo el mes las máximas han pasado de los treinta y ha habido muchas noches tropicales, esos números,
11/19, explican mejor lo que quiero decir que usar la expresión el sol no ha salido, que es lo mismo que suponer que está presente, cuando parece que está ausente. ¿Ausente?, que va, el sol está donde siempre, son las nubes gris claro, gris, gris oscuro, las que no dejan verlo. En fin, 11/19.
(...)
Bajo la cubierta gris claro, gris, gris oscuro, de esta mañana dominical, la página 9 de El País Semanal, abierta sobre la mesa del café, presenta la imagen de una mujer desnuda, semi cubierta con un albornoz, cuya carne sólida de papel couché es analizada con minuciosidad de forense en el texto de Millás que la acompaña. Algo bastante insólito en los discursos de Millás.
La carne de la mujer de la foto es, ¿lo adivinan?, de color gris claro, gris, gris oscuro, producto de la mezcla del blanco y el negro.
Las carnes de las mujeres reales que pasan junto a mi, por la estrecha acera entre los veladores dispuestos bajo los toldos que hoy resultan un elemento innecesario debajo de los grises, no son propiamente grises, sino algo opacas, sin brillo, por la falta de luz solar que las haga resaltar en sus rotundas redondeces.
Mientras tomo un café del tiempo, ojeo el contenido del suplemento semanal de El País. Las páginas que contienen anuncios de lencería, las entrevistas a decoradores, la naturaleza de la publicidad insertada y el contenido de la página de Almudena Grandes, las penalidades emocionales del divorcio, sin considerar las de los pobres que no pueden divorciarse por falta de efectivo, infinitamente peores, componen un inequívoco cuadro de revista pija, cada vez mas alejada de nuestra realidad social.
Es evidente que los pijos también forman parte de nuestra realidad social, pero constituyen una minoría y estas páginas están dedicadas, simplemente, a esa minoría, y cuando te gastas 2,50 en una publicación esperas encontrar asuntos que interesen, también, a las mayorías. O sea, no lo compren.
Los grises claros, grises, grises oscuros, no son hoy una presencia provisional de nubes trashumantes, sino que las miras desde abajo de su espesa densidad y comprendes que han venido para quedarse, que, de algún modo, anuncian el fin del verano, esa estación pletórica de muslos brillantes y rotundos, de pechos liberados de la sujeción invernal, de caderas poderosas envueltas en vaporosos pareos que marcan el ritmo del estio con su cadencia exótica.
Hay muchos modos de despedir el verano. Cada uno sabrá hacerlo desde su punto de vista. Me limito a hacer una recomendación. No compren El País. Es una publicación cada vez mas pija. Es mejor Le Monde Diplomatique, o Libre Pensamiento, aunque son de difícil acceso. A menos que ustedes mismos sean pijos. Entonces, si, claro, comprénlo. No encontrarán nada mas adaptado a sus gustos.
En fin. Grises.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 26-08-13.
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