martes, 13 de agosto de 2013

LA ECOGRAFÍA

Hace unos treinta años le metieron a Encarna en el cuerpo, con ocasión de uno de sus partos, una sangre envenenada. Nos enteramos mas tarde, claro, por medio de una exploración rutinaria, y los doctores dieron a elegir a Encarna someterse a un tratamiento entonces muy agresivo o vigilar la evolución de la amenaza latente.

Ella eligió esperar vigilante, y desde entonces cada año exploran su hígado, para ver como evoluciona. El temperamento tranquilo, equilibrado, de Encarna, sin duda ha contribuído a no excitar el bicho que lleva dentro y hemos compartido una vida entera sin enterarnos de su presencia. Le llaman hepatitis C, pero yo siempre lo identifico con aquella agresión exterior, involuntaria, supongo, de los tiempos en los que se hacían transfusiones de sangre sin controlar demasiado su calidad, como hace Mercadona con las ruedas de bonito que tiene expuestas esta mañana.

Al salir del centro de especialidades, hemos pasado por la pescadería, hemos esperado a que empezaran un bonito entero, y nos hemos llevado dos ruedas, dejando en el mostrador las que llevaban varios días allí. Mientras esperaba en la puerta del centro  a que Encarna fuera atendida -Usted no se morirá de esto, ha dicho el especialista- he visto varios enfermos acudir al centro, en silla de ruedas, conducidos por sus acompañantes.

Los rostros de los enfermos presentaban una especie de seriedad difusa, que no he sabido interpretar, hasta que una observación mas aguda y sostenida me lo ha desvelado. No es seriedad, es miedo a morirse. A no ser.
(...)
El miedo a no ser es bastante paradójico, si asumimos que el ser, en tanto significa plenitud, es algo que nunca llegamos a alcanzar. Las personas físicas mueren, pero no siempre dejan de ser, pues la mayoría de nosotros nunca alcanza esa plenitud. 

Con las personas jurídicas, en particular las moribundas, pasa la mismo, creían haber alcanzado la plenitud, y todo era un espejismo, roto ahora por la fragilidad del espejo en el que se miraron. Vean el estado actual de nuestro Consell, que se ve obligado a recurrir a los pagarés. 'El Consell busca financiarse con pagarés de hasta 2000E ante la dificultad de encontrar inversores' (Levante', primera).

El pagaré es el escalón mas vil en los medios de financiación pública. Lo digo con conocimiento de causa. Trabaje con un promotor inmobiliario a quien llamábamos 'Juan el del yate', porque su recurso favorito frente a los acreedores era 'ya te pagaré..' y cualquiera que haya visitado el despacho de un agente financiero, de un broker, habrá podido ver los biombos que decoran su oficina, acciones de Altos Hornos solo con valor de antigüedad, y miles de pagarés pegados junto a ellas, testimonios de promesas incumplidas, extendidas sobre papel timbrado.

Para ser, primero hay que cumplir las promesas, y luego está todo lo demás. Por tanto, si el Partido Popular desapareciera ahora mismo de la vida pública, no podríamos decir que ha dejado de ser el partido mayoritario que nos gobierna, puesto que en su función de gobernar, no ha cumplido ni una sola de sus promesas, es decir, no ha sido.

Esto, en cuanto a la política impuesta desde el gobierno central ¿Y la de aquí? Nuestro gobierno autonómico está enfermo de gravedad, puesto que no puede cumplir las mas elementales promesas de pago de la vida cotidiana. 

Paradójicamente, sus representantes achacan esto a una deficiente financiación por parte del gobierno central, que son ellos mismos, a pesar de que reciben con regularidad transfusiones de sangre para que no se interrumpa el flujo cotidiano del todo.

Otros dicen, entre ellos yo mismo, que no solo están mal financiados, sino mal dirigidos. Ante esta disparidad entre quienes observan los interiores de las vísceras de la política autonómica, es necesario que alguien haga una ecografía, que mire con atención y con los mejores medios tecnológicos disponibles, las tripas de su política.

Que emita un informe, que diga si basta con una revisión periódica para medir su evolución, o por el contrario se precisa de un tratamiento mas agresivo. Cambiar en las próximas elecciones desde el entrenador al masajista, para que se elimine la infección que lo está minando. 

Dejemos la política, ahora. Es hora de dorar en la sartén las ruedas de bonito, preparar una salsa con tomate, cebolla muy pochada, un toque de hierbabuena, rehogar el bonito en esa salsa, y abrir una botella de Verdejo, para celebrar la opinión médica, resultado de la ecografía de hoy, --Usted, no se morirá de esto. 

En fin. La Ecografía.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 13-08-13.

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