miércoles, 28 de agosto de 2013

PRESUPUESTO BASE CERO

La 3 de 'Levante' se ocupa hoy de las áridas cuestiones presupuestarias del gobierno autonómico de Heliópolis. Entre el fárrago de los datos facilitados ayer por Moragues, Conseller de Hacienda, aparece una expresión, 'presupuesto base cero' que merece un cierto análisis.

El Presupuesto Base Cero se nos vendió, hace ya cuarenta años, como una técnica presupuestaria, cuando no era mas que una receta casera para combatir la actitud infantil de los responsables de las administraciones públicas, y de algunas privadas, consistente en hacer los presupuestos copiando del año anterior.

Esa actitud, repetida en el tiempo, suele llevar a que se mantengan activas partidas presupuestarias para necesidades que ya no existen, y que en cambio otras necesidades nuevas, surgidas por la natural evolución de las cosas, carezcan de partida presupuestaria, con lo cual la liquidación de los presupuestos se convierte en un batiburrillo que no entienden ni los encargados de fiscalizarlos.

Contra ese viejo hábito de la indolencia administrativa surgió la tábula rasa de la base cero que consiste en que no se presupuesta nada cuya necesidad no haya sido previamente demostrada, pero que, aplicada sin sentido común, puede llevar a una situación tan caótica como la que pretende combatir.
(...)

Al sentarse para hacer un presupuesto hay dos conceptos esenciales de los que no cabe prescindir. Eficacia y Eficiencia. La eficacia mide la consecución de un objetivo, sin considerar los medios empleados para ello, la eficiencia se refiere a la consecución de un objetivo, con el mínimo medio. Para aplicar la receta de la base cero, antes hay que hacer un detenido análisis de los objetivos a los que el presupuesto debe servir, puesto que algunos reclamarán exclusivamente eficacia, mientras que otros exigiran eficiencia. 

Si hablamos de sanidad pública, el objetivo de conseguir una óptima salud de la población debe estar por encima de cualquier otro, mientras que en otros departamentos la exigencia de eficiencia no tendrá consecuencias iguales entre los usuarios de la administración pública. 

Si se entra a saco en 'todas' las partidas presupuestarias con el criterio de 'base cero', podría ocurrir que los usuarios de la sanidad pública se comporten como los pacientes de la medicina china tradicional, que solo pagan al médico cuando están sanos, mientras que cuando enferman dejan de hacerlo. ¿Para que pagar impuestos que financien la sanidad pública, si no se devuelve al ciudadano la contraprestación adecuada? 

Otro problema de los presupuestos de nuestra administración autonómica es que, en su conjunto, no se cumplen.

Si cuando yo tenía responsabilidades presupuestarias hubiera liquidado un presupuesto con una desviación superior al 2%, me habrían dado una patada para que me dedicara a otra cosa. Aquí, con cientos de asesores, nadie es capaz de presupuestar nada con un mínimo de rigor y acierto.

Para concluir, las técnicas del Presupuesto Base cero, se pueden aplicar, siempre que se haga con criterio, por ejemplo aplicarlas a las partidas de asesores que no se sabe muy bien que hacen ni para que.

En fin. Presupuesto Base Cero.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 28-08-13.

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