DIÓGENES

."Me llamo Diógenes. Soy un filósofo de la Grecia clásica. Mi nombre les sonará porque ustedes, de quienes prefieren vivir junto a la basura, dicen que tienen el síndrome de Diógenes. A ver, yo vivía junto a la basura, pero solo porque la parte soleada del templo estaba junto al basurero.

Yo no disfrutaba de la basura, sino del sol, pero ya saben lo que pasa con los cronistas de la historia, suelen tergiversarla a su antojo.

Soy filósofo, si, pero de la Escuela de los Cínicos. Nosotros vamos al gimnasio, cada día, pero asi como ustedes lo hacen para cultivar sus bíceps, nosotros cultivamos el espíritu, algo difícil en este tiempo corrupto y autoritario, como el de ustedes, tanto, que han dado en llamarnos cínicos por nuestro descreimiento, nuestro escepticismo, hacia los discursos del poder.

Claro, yo viví en otra época, en la que la esclavitud era algo aceptado socialmente, y solo los ricos disfrutaban de los privilegios de la democracia, que nosotos inventamos. En cambio ustedes han hecho de la democrcia un valor socialmente aplicado a todos, aunque, por lo que me cuentan los cronistas venidos de su tiempo, hay millones de personas que no tienen para comer, mientras que nosotros estábamos obligados a garantizar la alimentación de nuestros esclavos, porque eran parte de nuestro patimonio, se compraban y vendían y, nadie quería ver mermado su patrimonio. Que raro es todo esto, ¿no?

Me dicen que va a venir Alejandro a verme. Al parecer está interesado en nosotros, los cínicos, quiere llevarse a alguien a su palacio, para que ejerza de preceptor. Yo, la verdad, no se que hacer. No me gusta estar aquí, junto a la basura, cuando se va el sol,  pero lo prefiero a vivir en la inmundicia de los ricos.

Aquí viene....

 --Diógenes, soy Alejandro, he oído hablar de tu sabiduría y estoy interesado en conocer algo mas. Dime, ¿Que puedo hacer por tí?

 --Oh Magno conquistador, luz del imperio, todo lo que puedes hacer por mi, lo que te imploro, es que te apartes un poco, que me estás tapando el sol..."

Este es el texto que voy a decir esta tarde en el Aula de Teatro, pero distorsionando la voz y dejando temblar el brazo, pues he de interpretar a un anciano decrépito con dificultades para expresarse y tics parkinsonianos, se trata de incorporar un personaje visiblemente ajeno a la condición del actor. Bueno, no tanto.

Pues nada, ya les contaré como ha salido.

En fin. Diógenes.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 13 11 14.