viernes, 21 de noviembre de 2014

NO SMOKING

"No me pregunten porqué, pero esta mañana me he despertado con el irresistinle impulso de no fumar. Será porque tengo un colega mas joven que yo con la salud muy quebrantada por el hábito del tabaco, porque llevo mes y medio resfríado y el tabaco no contribuye a que me recupere, o porque de pronto he tomado conciencia de que, solo hoy, voy a dejar de gastar casi diez euros en tabaco, y me los puedo gastar en café o en una ONG.

Pues no, creo que no es nada de eso. Es un auténtico misterio lo que ha sucedido esta noche en mi no consciencia, pero estoy convencido de que ha sucedido algo, tan definitivo, que me ha quitado las ganas de fumar.

Dicen que tenemos unos, llamemos, dispositivos cerebrales que son los que emiten el mensaje de las ganas de fumar. Pues bien, como tengo la sospecha de que mi cerebro comienza a fallar, la prueba es que el otro día al ir a recoger a mi nieto en el colegio había olvidado su nombre,  ensayo la hipótesis de que ese daño neuronal se ha extendido a los transmisores cerebrales que no dejaban de repetir, fuma...fuma, pues hace horas que me he levantado y no oigo esa llamada.

He metido en el cajón del mueble del comedor el paquete de West con los restos del tabaco que me sobró ayer, y el encendedor que siempre llevaba conmigo y, misteriosamente, no percibo ninguna ansiedad por recuperarlos.

Piensen que fumo desde los dieciseis años, mas o menos, porque en los guateques de mi época, que comencé a frecuentar cuando sonaba Nat King Cole, y dejé de frecuentar cuando Elvis hacía furor, no eras nadie si no llevabas un paquete de Bisonte, y si eras chica, de mentolado, o sea.

En otra página he dejado constancia del cálculo acumulado del coste de ese hábito, unos 30.000 paquetes de tabaco, con un valor equivalente al precio de una casa en Formentera, bueno, una de esas cuevas que están junto al mar para guardar la barca.

A pesar de estas reflexiones, pese a todos los insistentes mensajes que me ha mandado mi mujer incesantemente para que deje de fumar, lo cierto es que nunca ha estado en mi ánimo dejar ese hábito, salvo aquella vez que le pagué 600 euros a una psicóloga y solo conseguí cambiar de marca, hasta que me he despertado esta mañana con el irresistible impulso de no fumar.

Un misterio, si, que quieren que les diga. Ignoro si, dentro de media hora, se habrá agotado la fuerza de este impulso, y volveré a fumar, o será algo duradero, irreversible. Sea como fuere, los tendré informados."

En fin. No Smoking.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 21 11 14.

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