viernes, 14 de noviembre de 2014

EL DISCURSO

Ayer, en el Aula de Teatro, el profesor nos habló del discurso en la cultura romana antigua. Vino a decir que, por sus fines, hay tres clases de discuros, el sacro, dedicado a cuestiones religiosas, el que se usa en política, y el forense, usado en cuestiones jurídicas.

En cuanto a la estructura de los discursos, se refirió a la Introducción, el comienzo con alguna frase que resuma lo que se va a decir y que tenga la cualidad de interesar al público, la narración, mas descriptiva y extensa, el nudo del discurso, si se trata de un discurso político, a continuación vendría rebatir a los contrarios, y por último la conclusión, rematada con alguna frase capaz de hacer del público una masa incondicionalmente afín al orador.

No les suena? La estructura del discurso político ha cambiado poco desde los tiempos de Cicerón, aunque para mi gusto el mejor de aquellos discursos es el recreado por Shakespeare en Julio César, cuando Marco Antonio se dirige al pueblo romano, primero parea elogiar a Bruto y luego para soiliviantar al pueblo en su contra.

He mirado en Wikipedia esto del discurso y esto es lo que he encontrado. Inventio. Que se refiere a las ideas y argumentos del discurso. Dispositio. Orden de las ideas del discurso. Elocutio. Correcta utilización de las figuras retóricas Declamatio. Técnicas para la declamación. A ver, no es que yo tenga que lanzar una arenga en la Asociación vecinal para que voten a Podemos en los próximos comicios, no es eso lo que me lleva a interesarme por la naturaleza del discurso, me dispongo a comentar a continuación un discurso literario, un libro, y me ha parecido que volver a los orígenes del lenguaje, aunque no sean solo literarios, podría ser de utilidad.
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El libro en cuestión es EL TETRAPLÉJICO, de Pajuelo de Arcos, editado por él mismo, y fué presentado en el Salón Sorolla  del Ateneo Mercantil hace unos días, acto al que asistí porque Carlos y yo somos contertulios habituales los viernes por la mañana. 

En la solapa se puede leer, Una novela que rompe el esquema clásico del relato ordenado y lineal. En la contraportada, el prologuista afirma, No crea el lector que este libro es una novela al uso, no nada de eso, se trata de una historia, como tantas hay en la vida, real y novelada. La tarde de la presentación, el periodista que introdujo el libro dijo que se trataba de dos novelas en una.

En qué quedamos, ¿es una novela, dos o ninguna? Queda claro que Carlos tiene la virtud literaria de desconcertar a quien lo lee, lo que a mi me parece muy bien, y también queda claro que cualquier parecido en la estructura de su discurso literario con los cánones del discurso de los clásicos latinos es pura coincidencia. Ni orden en las ideas, ni en su exposición. 

Si se hubiera publicado en los tiempos de la literatura experimental, de Joyce y su Ulises, o de sus epígonos, habría sido objeto de mejor acogida, ahora va contra corriente, y no sé. 

La historia, que no novela, se apoya, esencialmente, en dos pilares. La figura del tetrapléjico, un ex empleado bancario que se cae de una escalera intentando cumplir el encargo de su mujer de instalar un ventilador de techo y queda inmóvil y mudo de por vida, la recreación de los pensamientos del tetrapléjico sujeto a esa inmovilidad y esa mudez, y el relato de un viaje a Suecia del mismo personaje, cuando todavía gozaba de sus plenas facultades.

En ese sentido, si se puede decir que hay dos historias en el libro. La verdad, no he podido pasar de la página 176, de las 267 que tiene el libro, así que no puedo dar una opinión bien informada, pero, en esa navegación por ese mas de un centenar de páginas he percibido una abundancia de frases hechas, tópicos y refranero utilizados tal cual, que parecen una concesión al lector, como si el autor pensara que su nivel intelectual es demasiado elevado y le conviniera descender algún peldaño para facilitar la lectura del libro a todo el mundo. Igual estoy equivocado, no sé. 

La edición del libro, también va en esa línea, el tamaño de los tipos utilizados facilita su lectura y la cubierta me parece una obra maestra de diseño gráfico. Ese perfil lineal del personaje principal, con el ovillo de hilo que representa su cerebro dañado por la tetraplejia, que afecta a determinadas vértebras, en esto, en las descripciones médicas y hospitalarias el libro es muy preciso, pues entre las dilatadas experiencias de Carlos figuró la dirección del suplemento de salud de un periódico local, también son de mucho interés las relaciones que se describen entre enfermo y cuidadora.

En fin, yo diría que el núcleo duro del libro, la parte mas fuerte, está en esas precisas situaciones que Carlos relata con tanto realismo, a veces, crudo.

En cuanto a la edición, tan cuidada en la cubierta y en el tamaño de los tipos utilizados, falla en la corrección de textos, pues las erratas y faltas ortográficas son demasiado frecuentes para un libro que ha requerido tanto esfuerzo, en su Inventio, en su realización material y en el despliegue de medios humanos en la tarde de su presentación 

En fin. El Discurso. 

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 14 11 14.

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