Estoy en la Pedanía de El Saler, tomando un café del tiempo en Ca' Pepe y observo a los gorriones que me rodean. Me sorprende la actitud de estos pájaros, su cercanía, su adaptación a la proximidad humana, son un signo de ausencia de precaución, atentos solo a alimentarse
con restos de comida humana. Me recuerdan al gorrión que ví en la terraza de la piscina del Hotel Orange, en nuestra reciente estancia en Benicassim, cómo se posó sobre un plato y se llevó en el pico una patata frita.
Uno se pregunta por el alcance de la enorme evolución en la conducta de estos bichos, desde que la biología, o la creación, si usted es creacionista, los depositaron en un medio, seguramente, mucho mas hostil, en el que solo comerían cosas encontradas en los árboles, porque las terrazas de los bares no se habían inventado, y concluye que la capacidad de adaptación de los gorriones, y de los humanos, es sorprendente.
Dadas las costumbres alimentarias de los gorriones actuales, propongo --es un chiste fácil, ya lo sé-- que les llamemos Gorrones, puesto que se alimentan a costa de otros, gratis.
Esta introducción, ya lo habrán adivinado ustedes, tiene su origen, además de en los gorriones, en el conjunto de los candidatos a la Generalitat valenciana para las próximas elecciones autonómicas, cuyos rostros aparecen en la página 13 de Levante. 'El último debate antes de las urnas', porque no me quiero privar de intervenir en el debate, que no he visto, aunque solo sea porque la observación de los rostros, de las expresiones de los candidatos, como la de la conducta de los pájaros, da mucha información sobre lo gorrón que es, --perdón,
quise decir gorrión--- cada uno.
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En la página citada aparecen los seis rostros de los candidatos,ordenados de izquierda a derecha, es decir, en órden contrario a sus supuestas ideologías de partido.
Alberto Fabra, candidato del PP, ofrece una media sonrisa, algo forzada, que parece ocultar algo. En mi libre opinión, ese gesto intenta ocultar que, mientras posa para la foto, sus colegas del partido le están dando patadas para que se aparte de la camdidatura. El, en lugar de apartarse, hace como que sonríe, y se queda.
El señor Puig, que fué alcalde de Morella, después hizo colocar en la sede del PSOE, en Blanquerías, un retrato suyo de cuerpo entero, que parecía indicar su deseo de ser el jefe de la bandada, lo comento porque lo ví, se percibía claramente paseando por la acera. Por cierto, enfrente hay unos ficus centenarios que son una maravilla, cuando pasamos por allí íbamos a hablar con los ficus, no con Puig.
Puig debia haber usado aquella imágen suya para la candidatura, porque la que publica hoy Levante es una auténtica lástima. Una sonrisa, no mediada, sino torcida, unas gafas antiguas, pero, sobre todo, un cabello tan bien peinado que parece un peluquín. Esa imágen de Puig, seguramente sin querer, apoya la tonta frase de Albert Rivera sobre los que han nacido antes del 78 y quieren seguir en la política.
Otra cosa es la sensación que da Mónica Oltra. Una mirada directa, franca, enérgica, sin dobleces ni medias tintas, sin trazos de la expresión torcidos o mediados. Mónica representa a Compromís, un grupo al que yo dudaba si votar o no, su imágen en la prensa de hoy me empuja a decidirme por Compromís, aunque es imposible saber si el mérito es suyo, o del fotógrafo.
Nunca he votado a Esquerra Unida, partido al que un colega libertario --y cura-- llama hace años Izquierda Hundida. No tenía nada contra ellos hasta que un concejal de esa cuerda, el año pasado creo, tuvo la ocurrencia de pedir que la Universidad Popular, a cuyas aulas de teatro y comunicación voy cuatro días por semana, se reconvirtiera para dedicarla a la Formación Profesional, como si no hubiera instituciones en este país dedicadas a eso, otra cosa es que funcionen mal.
El concejal fue el precursor, sin saberlo, de Albert Rivera, que también quiere
prescindir de los viejos. Que harían los hoteles y los del profesorado municipal, si este tipo gobernara. El caso es que es una buena persona, el tal concejal, solo que no tiene ocurrencias buenas. De Blanco, el candidato de EU, no voy a comentar nada, su imágen es perfecta, pero, visto lo visto, no confío en sus compañeros de partido.
Carolina Punset tiene un aire intelectual, como corresponde a su apellido, pero, por encima de su aura flota el fantasma del genotipo de Rivera, un candidato destinado, creo yo, a que lo voten los disidentes del PP, y los nostálgicos de la derecha dura. Por otra parte, si es el Ibex 35 quien los financia, después de la faena que me están haciendo los del Gas, facturando cada mes 80 m3 mas de los que gasto, ni harto de vino me gustaría tener una relación electoral, ni aunque fuera virtual, con Ciudadanos. Ahora, la imágen de Punset, muy bien, sí.
Termino esta falso análisis, lleno de apreciaciones subjetivas, con un sincero elogio a Montiel, candidato de Podemos, no solo por la expresión de su mirada en la foto, decidida, sin vacilaciones, impregnada por su experiencia profesional, sino por su discurso que ocasionalmente he leído y no tiene debilidad alguna.
Después de esta experiencia de falso análisis, me quedo como estaba, con la duda
entre Compromís y Podemos. Si van a haber pactos pos electorales, tal vez esta duda no tenga importancia.
En fin. Gorriones.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 13 05 15.
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