sábado, 9 de mayo de 2015

TRAVESTISMO

He bajado al Maravillas, pronto, con el fresquito, antes de que el viento del sur arrase la mañana, mientras mi mujer sigue en un dulce sueño, porque ayer salimos a cenar con Lola y Antoni, luego jugamos una partida al Continental que ganamos Lola y yo, ex equo, y claro, nos acostamos mas tarde de lo acostumbrado, cada uno con la suya.

Al regreso de Tanto Monta, un sitio de montaditos cerca de Xúquer donde cenamos, nos detuvimos un momento junto a unos aparatos de gimnasia que están en un parque próximo a Glasol, adonde íbamos a tomar un mojito, Lola me palpó la pierna, --es enfermera de trauma, no vayan a pensar...-- y me dijo, -No tienes cuadríceps...deberías hacer bicicleta, o pronto tendrás difcultades...-De niño no aprendí a montar en bicicleta...-No seas cazurro, me refiero a bici estática, no ves los aparatos... -Y no vale igual subir y bajar escaleras a pié... -Yo te he dicho lo que debes hacer...ahora, tú, haz lo que quieras.
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En el Maravillas, me he recreado con el periódico, porque había poca parroquia. Consulto las notas tomadas de Levante en un papel y no entiendo mi letra, como le pasa a Rajoy cuando lée un discurso escrito por él mismo.

Hay varias cosas que me han interesado. Un humorista gráfico publica un rectángulo vacío con una nota al pié, se ruega se abstengan de poner aquí propaganda electoral. Me ha parecido un aviso muy educado, no como en el Palmar donde, según el periódico, unos vándalos han arrancado con espátula los carteles de Compromís, y es que estas pedanías del Sur de Heliópolis son un feudo de la Bruja Barberá y es peligroso para los extraños adentrarse en ellas. 

El titular que mas me ha impresionado es el que relata, 'Un brote de tos ferina afecta a los alumnos del IES San Vicente', aclararé por qué, la tos ferina fué una afección infantil muy extendida en los años de mi niñez, finales de los cuarenta, (me jode decir del siglo pasado, no lo digo) solo que entonces se decía tosferina, así, todo junto, en plan iletrado, o sea, que estamos hablando de una afección muy corriente en los tiempos oscuros del franquismo.

Mi alarma al leer el titular viene de la sensación de que un rebrote de la tos ferina podría deberse a un rebrote del franquismo. Las gentes de mi generación teniamos la convicción de que el franquismo se acabó con la transición y luego vino otra cosa, pero, en los últimos tiempos algunos aspectos de la política española parecen indicar que el franquismo no se acabó del todo, sino que se transformó, mediante una operación de travestismo, en algo que al principio parecía nuevo, y que ahora la tos ferina parece un signo que lo hace emerger de nuevo con sus viejas raíces. He dicho varias veces en el blog que la historia no se repite, se mueve en espiral, pues eso.

El travestismo, conviene precisarlo, carece de connotaciones sexuales, nada tiene que ver con la transexualidad, se trata de un simple cambio de ropajes que tuvo mucho éxito en los cabarés de los años treinta, donde los artistas que lo practicaban jugaban a la ambigüedad cambiando su apariencia de hombre en mujer, o viceversa, como parece que hizo George Sand, una baronesa de París, que se llamaba Amandine, acompañó a Chopín en su estancia en Mallorca, y además de mudar de nombre y apariencia, mudó de compañero cuando quiso, que para eso fué una mujer libre de su tiempo, eso sí, travestida. 

Muchas de las medidas que ha tomado el gobierno de Rajoy, por nuestro bien, pero sobre todo por el de los Bancos, han estado impregnadas de principios autoritarios que han profundizado la desigualdad y los ataques al Estado social, si bien, no puede decirse que fueran franquistas porque fueron adoptadas en base a los votos recibidos, si puede decirse que fueron franquistas porque la mayoría absoluta resultó un mecanismo de gobierno demasiado parecido a la dictadura franquista. 

Franco evocaba a los masones como un poder peligroso que había que frenar, y Rajoy justificó sus políticas como una imposición de Bruselas, para evitar males mayores. En el fondo se ha tratado de dos formas de travestismo muy similares, ambos personajes se han revestido de su amor al pueblo, mientras fornicaban con el, Rajoy contra la voluntad de quienes no le votaron, que fueron muchos, aunque no fueran suficientes. No gobernar para todos, es una forma sutil de violentar la democracia.

Lo que no hubo en tiempos franquistas fueron divorcios. Ahora voy a comentar un artículo de uno de los sociólogos que mas respeto me merecen, Alberto Moncada, que, para mi gusto, debería prodigarse mas en la prensa. 

Su artículo de hoy en 'Levante' se titula Divorcio y Adulterio. Para mi sorpresa, según Moncada, el 61% de los matrimonios termina en divorcio, una de las cifras más altas de los países europeos. También estamos en esa línea al contabilizar los adulterios. 

Sorprende que un país que fué nacional católico y llevó bajo palio al santo dictador, haya cambiado tanto en lo social y civil, más que en lo poitico, lo que podría indicar que la condición católica de los españoles de entonces, era travestida, puro ropaje.

En opinión de Moncada, en la iglesia española una cosa es la doctrina y otra la praxis. Los curas españoles, al parecer, han frecuentado mucho los prostíbulos, como compensación al celibato, y han usado, secularmente, de la figura de la barragana, el ama del cura que se ocupaba de su cuidado, en todos los sentidos. 

Quien esté libre de travestirse, de adoptar una apariencia distinta a su condición, a sus convicciones, que tire la primera piedra. Eso.

En fin. Travestismo.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 9 O5 15.

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