jueves, 28 de mayo de 2015

LA TRITURADORA

Después de dejar a mi nieto, con su bicicleta, en el punto de salida de una expedición escolar con mas de cien participantes que celebran su particular día de la bici con un paseo desde el Hotel Exprés, en Valencia, hasta la Pedanía del Saler, he pasado por el Maravillas, con tanta fortuna, que la escasa parrroquia me ha permitido el acceso a la lectura de 'Levante', no solo sin precipitación, sino con algo de regodeo.

Casi todo el periódico, las páginas de opinión, por supuesto, se ocupan de los procesos de pactos políticos que se han convertido en necesarios para el gobierno de la comunidad, después del tiempo de verano que han abierto los recientes procesos electorales.

Su lectura me ha facilitado la entrada de hoy, pero solo me ocuparé, someramente, de un par de páginas leídas, porque otro par de imágenes vistas en los medios audiovisuales me parecen muy  significativas de cómo andan los ánimos peperos después de la debacle electoral.
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Emili Piera tiene la delicadeza, hoy, de dedicar su columna a cuestiones culturales o librescas, desmarcándose así del discurso monocorde de las demás colaboraciones que insisten, casi todas, en si será este o aquel el candidato a la Generalitat, mientras que Civera exhibe en sus juicios, sus prejuicios tan arraigados sobre la izquierda, una lástima pues, cuando contiene esa tendencia, parece más sabio. 

El artículo de R. Ventura-Meliá, 'El Tobogán de los pactos', trata de los mismos temas, pero desde una altura intelectual que no se aprecia en otros autores. He de decir que he compartido con Ventura-Meliá, durante algún tiempo, una tertulia de los viernes que se celebraba en el Mercado de Colón, a la que he asistido ininterrumpidamente, hasta que, con el buen tiempo, he dejado de acudir porque pasamos los fines de semana en la sierra. 

En esas tertulias, Ventura-Meliá mostraba su erudición cultural y periodística, aunque es cierto que cuando lanzaba su discurso era imposible detenerlo. Pero no son estos textos periodísticos el motivo esencial de la entrada de hoy. Lo son, en cambio, dos imágenes vistas en la tele, la primera de ellas da título a esta entrada. 

No se que emisora ha mostrado unas imágenes en las que un gran número de bolsas de basura, llenas de papeles triturados en tiras, esperan para ser transportadas fuera de las concejalías del Ayuntamiento de Valencia. 

Estas imágenes plantean un dilema. ¿Se trata de proyectos de futuro que, dado el vuelco electoral, las fuerzas eventualmente derrotadas por las coaliciones que se formen, no desean confiar a los nuevos gobiernos, para que no se pongan laureles a su costa?. 

Esos papeles destruídos, por el contrario, ¿Son pruebas de contratos prevaricadores, de mordidas ilegales, y su destrucción tiene la finalidad de no añadir al fracaso político, la dureza de las responsabilidades penales en su gestión? No sé. 

Con independencia de cuales sean los motivos del PP para hacer funcionar la trituradora, aquí, ahora, lo cierto es que si atendemos a los datos del INE sobre la situación socio ecomómica de importantes segmentos de la población y su comparación antes de la última legislatura del PP, la política de la derecha ha funcionado, efectivamente, como una trituradora, y esa parece ser la razón, no la tontería de que no han sabido comunicar su política, del bofetón electoral recibido por la derecha, que solo parece un anticipo de lo que ocurrirá en las próximas elecciones generales. 

Quizás las declaraciones de más impacto público en los últimos días, nada tienen que ver con lo que pasa aquí. Son mérito de la Presidenta, ¿ex? de Navarra, de UPN, la marca de la derecha de allí. Esta mujer ha comparado el acceso a la política de nuevas fuerzas emergentes, con lo que sucedió en la Alemania nazi cuando llegó Hitler al poder, por via democrática. 

Ha añadido que la historia confirma su afirmación. A ver, señora mía, sabemos que la historia está ahí, a veces para que los mas deslenguados tiren de ella, sin ningún rigor, para lo que les interesa. Usted ha perdido, y nada tiene que ver con esa realidad, que usted no acepta, la experiencia de Hitler en Alemania. 

Más vale que se retire al calor de la lumbre en su hogar pamplonés, acepte su derrota, y deje de decir barbaridades.

Es una opinión. 

En fin. La Trituradora.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 28 05 15.

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