miércoles, 9 de septiembre de 2015

COMMEDIA DELL'ARTE

Ayer tomé el autobús número 19 e hice una visita panorámica por los poblados marítimos, los barrios mas extensos y poblados de la ciudad de Heliópolis, con destino a la avenida de la Malvarrosa, el lugar donde está el centro municipal donde me pre matriculé para asistir en el aula de teatro, al curso  2015/2016.

El Aula es tres veces mas grande que la del centro del Cármen, a la qaue asistí la temporada pasada. Como se han suprimido las clases de teatro en el Cármen, para oponerme a las tendencias estacionales del otoño que suelen producirme una cierta tendencia a la inactividad,  me he matriculado en Malvarrosa.

Esta mañana he ido a la oficina de Bankia más cercana, para pagar las tasas de matrícula, 18,03. ¿03?, estos tios están locos, no?.

En la oficina no había público, me disponía a ir a la ventanilla para pagar, cuando me han dado el alto. Tiene que sacar número para el turno. ¿Turno, que turno?, si aquí no hay nadie... ¿No estáis un poco majaras? Sin el código, no se puede acceder a ventanilla.

La empleada,muy amable,me ha acompañado hasta el expendedor de números, ha activado la pantalla, en la que han aparecido cuatro modlidades distintas de pago en ventanilla. Efectivo, he dicho yo, y me he acercado a la ventanilla, la empleada, mientras yo ingresaba la tasa de matrícula, me ha preguntado si era cliente de Bankia, a continuación me ha ofrecido las diferentes ventajas cuyo disfrute me estoy perdiendo por no tener cuenta con ellos.

Finalmnte, con una voz muy calmada, le he dicho, toda la pasta la tenemos en operaciones internacionales muy discretas.

Terminada la gestión en Bankia, he tomado el 19 para dejar la carta de pago en el centro. Al pasar por el puerto, un enorme buque destinado a cruceros marítimos asomaba por detrás del edificio del reloj, un barco con una envergadura semejante a los edificios de J.J. Dómine.

Antes de estos días, nunca había hecho el recorrido completo del 19 y no tenía la percepción de la dimensión y profundidad de los barrios del distrito marítimo, una auténtica ciudad dentro de otra, cuyas avenidas lucen una numeración que no se ve en ningún otro sitio de la ciudad.

Pero yo quiero hablar de teatro, de teatro italiano en particular, no el de la comedia del arte, sino el de Pirandello, por ejemplo, en el que seis personajes buscan un autor, mientras que aquí, en el aula, cuando empiecen las clases, el día 22, un autor, el profe, que es el mismo del año pasado, buscará a seis o más personajes, para que digan los diálogos surrealistas escritos por el mismo, que suelen formar parte, junto con los textos de autores consagrados, de los ejercicios habituales.

Eso después de los ejercicios de danza, respiración, canto, relajación, que preceden al estudio e interpretación de textos teatrales. Las clases de teatro son para mi una experiencia sin la que el invierno me parecería mas anodino, mas triste, por eso estoy satisfecho de haber culminado, con éxito, los trámites de la matrícula, a pesar del 03, y de los tipos un poco majaras que he visto en la oficina de Bankia.

Ahora solo falta que, cuando empiece el curso, me reecuentre en el aula de Malvarrosa, con algunos colegas con los que compartí el curso pasado en el aula del Carmen.

Eso ya sería la pera.

En fin. Connedia dell'arte.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 9 09 15.

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