lunes, 28 de septiembre de 2015

SUEÑOS

Los sueños fueron objeto de investigación psicoanalítica durante mucho tiempo, en particular en tiempos de Freud, no sé si también en los de Lacán, y ese impulso se trasladó al cine, la literatura, la plástica, y una serie de discípulos y turiferarios prolongaron esa moda, hasta que el paso de los años diluyó ese interés por la irracionalidad onírica y la psicología se centró en la irracionalidad de las actitudes y conductas de los hombres en la vigilia.

Así surgió el interés por la inteligencia emocional --no creo que haya nada mas irracional que concebir una emocionalidad inteligente-- y el pensamiento positivo, precisamente en unos tiempos que precisan, de manera urgente, del pensamiento crítico.

Claro, se puede considerar que la Psicología nunca fué reconocida como Ciencia por la Medicina y otras ciencias, y que los estudiantes que acceden a las facultades para estudiar Psicología, en su mayoría lo hacen por carecer de méritos para estudiar otras cosas.

Hago este preámbulo porque voy a hablar de sueños, pero yo no los he estudiado, no soy psicólogo, ni psicoanalista, simplemente sueño, como todo el mundo y, en ocasiones, recuerdo lo que he soñado, como me ha sucedido con un par de sueños consecutivos este fin de semana, en la sierra.

Ahora voy al mercado, a mi regreso, los contaré.

He vuelto del mercado, a continuación describo mis dos sueños serranos, pero con el orden inverso.

Sueño 2

Un banquete nupcial, los invitados van todos de smoking, con pajarita negra, los contrayentes no se ven por parte alguna. El que parece el padre de la novia, que es quien lo controla todo, corta a filetes un buey entero, asado a la leña, como si estuviera en una estancia de Mendoza, para obsequiar a los invitados, y sirve unas botellas de vino argentino. Terminado el ágape, ofrece a sus invitados medio centenar de drones, para que salgan al paseo urbano a volarlos.

Entre los invitados hay una mujer, y un hombre vestido de militar. Yo me acerco a la mujer y le sugiero que nos apartemos del follón de los drones y demos una vuelta juntos. Ella lleva puesto un sueter rojo de manga corta, de canalé, con el talle por encima del ombligo, que deja ver un vientre plano, propio de una mujer de veinte años, aunque yo le encuentro cierto parecido con Rosario, una mujer de setenta a la que suelo ver los lunes, en nuestra visita al mercado. Ante mi sugerencia de dar un paseo juntos, ella comenta, he de recoger a los crios en el colegio, pero.....eso puede esperar. Vamos.

Salimos al exterior, seguidos del militar, que hace de escolta, mientras se fuma un gran puro.

Sueño 1

En silla de ruedas, hago la difícil maniobra de encaramarme a un tranvía. Una vez arriba, observo que el tranvía está conducido por mi suegro, que murió hace veinte años.

No se que decir del sueño 2, pero el 1 me parece, claramente, una metáfora de la barca de Caronte,en la que todos hemos de embarcar, cuanto más tarde, mejor.

Aclarado esto, el sueño 2 parece menos oscuro, una reacción relacionada con el Amor y la Muerte,ante la imágen del final de la vida,  se busca consuelo en el amor, y el sueter rojo de manga corta, de canalé, con el talle por encima del ombligo, que deja ver un vientre plano, propio de una mujer de veinte años, es la clave del sueño, solo la pasión nos alarga la vida.

La presencia del militar en el sueño, creo que tiene que ver con una boda a la que asistí hace poco en la iglesia de Santo Domingo, en la que el novio era militar.

Claro, esto lo coge un psicoanalista, y a saber lo que deduce de todo esto.

En fin. Sueños.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN)  28 09 15..

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