"El bosque de castaños y pìnares, iluminado por el sol dorado, tiene un olor a miel y a dulce sombra, me pierdo entre sus frutos y sus sombras, me olvido del pasado, del futuro, y allí quedo tendido, disfrazado de armiño..."
Comienzo la crónica de nuestra estancia en Albarracín, antes de iniciar el viaje. Mientras tomo café en la barra de La Fuente, aparece Rajoy en el plasma, y su retórica habitual me incita a un comentario. Rajoy: Haré lo que crea
que es mejor para España', cuando, en mi opinión, debería haber dicho, 'haré lo que sea mejor para España', porque un presidente de gobierno que se mueve por creencias, no por hechos, está pidiendo a gritos que lo echemos, antes de que
meta más la pata.
Crítiqué, en su momento, en el blog, el exceso de pragmatismo de González, en una de sus páginas más leídas, 'Sabios y listos', pero, como dijo aquel galeno antiguo, el veneno es la dósis, y funcionar por creencias, no por hechos, indica
una falta total de pragmatismo, que es tan preocupante como su exceso.
La primera hora de recorrido hasta llegar a Barracas transcurrió rememorando los anteriores viajes por la misma ruta, con peores carreteras, mientras que ahora vamos por una magnífica autovia, la Mudéjar, lo que da pié para constatar que la política pública puede meter la pata, como ahora lo está haciendo, pero también, entre otras cosas, puede mejorar las infraestructuras como se hizo en las últimas décadas, solo tienen que ponerse a trabajar y rebajar al clima de conflicto.
El tiempo meteorólogico en nuestro primer día de viaje ha sido magnífico, lo que nos ha permitido desembarcar en Barracas sin añadir más ropa a la que llevamos puesta. Mientras mis acompañantes entraban en una tienda a comprar unas zapatillas de deportes, y a una carnicería a por chuletas y longaniza de aragón fresca, para asarlas mañana en la parrilla de un lugar llamado el Algarbe, yo he entrado en un bar cutre, de nombre cutre, y he pedido un quinto de Alhambra y un pincho de tortilla. La cerveza, muy bien, pero el pincho lo he dejado a medias por culpa del tembleque de mi mano derecha.
Al salr del bar, mientras esperaba la vuelta de mis acompañantes, me ha llamado la atención un enorme camión estacionado cerca, porque me ha parecido escuchar mugidos que procedían de allí. Efectivamente, iba cargado de ganado vivo, mientras esperaba, he intentado un diálogo con las vacas, pero creo que no han entendido mis palabtas de consuelo, aunque yo si he entendido, claramente, sus lamentos de cautividad.
Reanudada la marcha me ha impresionado, otra vez, el paisaje desértico del sur de Teruel, hasta que, llegando a la Sierra de Albarracín, el paisaje forestal de las orillas del Guadalaviar, que aquí llamamos Turia, nos ha ofrecido el esplendor de la belleza dorada de sus choperas.
Dejo para más adelante la crónica de nuestra primera visita al núcleo urbano de Albarracín, sus murallas, palacios, sus callejas con tejados que se aproximan unos a otros, con un estilo arquitectónico ausente en otros lugares, antes de concluir esta introducción, me referiré a la impresión que me ha causado la casa que hemos reservado para nuestro alojamiento.
Me ha gustado de la casa, su dueño, muy amable, el arte japonés que cuelga de una pared, el muro de casi un metro que nos aísla del exterior. Me ha gustado menos que las habitacones de arriba no tienen baño, bajar a las tres de la mañana por la escalera a oscuras para usar el baño, no ha sido agradable.
Su ubicación, mejorable, está en la parte baja del pueblo lo que se agradece, pero situada junto a una curva cerrada de la carretera, con una acera de solo dos palmos maL medidos, es un riesgo de cojones.
Continuará: mañana seguiré con las crónicas de las visitas a Albarracín, la visita al Algarbe, a Frías, a Gea,
al pinar de rodeno, las pinturas rupestres, el mirador de la sierra, las piedras, muchas piedras, enormes piedras que hemos visto, y espero hacer algún comentario sobre hongos, no soy un especialista, pero hemos fotografiado algunos, hemos mandado las fotos por el móvil a los que saben, y nos han contestado identificando cada especie.
En fin. Albarracín, 7,8,9 Octubre.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 9 10 17.
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