martes, 31 de octubre de 2017

PALAU DE L'EXPOSICIO II

"Va a ser una mañana muy ajetreada, así que aquí me tienen, a las tres de la madrugada, adelantando la entrada que publicaré luego de la segunda visita al Palau, como me comprometí ayer. Antes, hemos de ir al Banco a ver a Mar, provistos de una copia del contrato de compra-venta del Skoda para recuperar la parte de la prima del seguro del coche que se contrató en su día a través del BBVA con Mapfre.

De paso, aceptaremos la oferta recibida por carta de la misma Entidad para solicitar la Tarjeta Dorada pues, sin coche, pensamos usar, además de un chófer con levita que ya tenemos contratado para que nos recoja en su taxi en la Estación de ff.cc. de Utiel y nos lleve a la casa de la sierra, los oportunos pasajes del tren que hace la ruta València/Utiel, y el ahorro del precio con la Tarjeta, hemos calculado que servirá para pagar al chófer.

Concluida esa gestión, tomaremos el bus 6 y nos iremos al Palau de l' Exposició, para realizar la visita de 2 horas y media, que será el objeto de esta entrada, que publico, de momento, en su parte introductoria.

Estimo que eso será sobre las doce y media. Corriendo, iremos a Muface, antes de que cierren,a por un par de recetas médicas que ya estarán visadas, luego, tomaremos el bus 9, que nos dejará en la plaza de Tetuán, y allí, nuevamente el 6 para volver a casa, pero, de camino, hay que entrar en Mercadona para pillar, bien una red con mejillones del Cantábrico, ú otra cosa, y en la dulcería del barrio para encargar una tarta para mañana.

Tenemos comida familiar (9/10 comensales) para celebrar, por segunda vez, el cumpleaños de mi nieto mayor, y de paso, el mío (setenta y cuatro tacos). Asistirá Natalia, la chica que comparte con Quique los avatares de sus vidas. Un honor que desde aquí aprecio en todo su valor.

Lo dejo, después de cumplir este apretado programa, seguiré... ...
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Quien lo habría dicho. Mira por donde, la laboriosa planificación espacio temporal de lo que íbamos a hacer esta mañana, nos ha salido rana. Todo se ha cumplido, menos la visita al Palau, pues al llegar allí, a la hora prevista, después de las gestiones en el Banco, la amable chica de la Conserjería nos ha dicho que hoy no se puede hacer la visits, porque están desmontando la exposición de UGT y precisamente, esta visita cultural, ahora frustrada, iba a ser la joya de la corona temporal de esta última mañana de octubre.

Este imprevisto me recuerda la Tésis doctoral que nunca terminé: A>P, el impacto del azar en cualquier propósito suele tener mas peso que la planificación. Hemos echado mano de un refrán que por su uso vulgar no exige el pago de derechos de autor, 'No hay mal que por bien no venga", y, después de recoger las recetas visadas en Muface y tomar un café, hemos pillado al bus 9 y hemos aterrizado a las puertas de la Fundación Bancaja, donde, sin haberlo previsto así, hemos dedicado las dos horas libres, no al Palau, sino a sumergirnos en la mayor exposición de arte de Manolo Valdés que se ha presentado jamás en València.

No soy capaz de expresar la tremenda conmoción emocional y sensible que me ha producido sumergirme despacio en el mundo de Valdés. Conocía parte de su obra, pero no con la dimensión y la extensión que se ofrece ahora.

Ante la imposibilidad de dar cuenta con rigor de lo que he visto, reproduzco la introducción del catálogo editado por la Fundación Bancaja.

"Valdés. Una visión personal. La exposición recoge 130 obras que recorren toda la trayectoria en solitario de Manolo Valdés, desde los comienzos de los años ochenta hasta el presente. La exposición presenta todos los géneros en los que el artista se ha expresado: pintura, escultura, obra gráfica, así como muebles y artes decorativas."

Lo dicho, cuando el azar se muestra más activo que la planificación, recurramos al viejo refrán, 'No hay mal que por bien no venga'.

En fin. Palau de l'Exposició II

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 31 10 17.

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