lunes, 8 de enero de 2018

BARES.....QUE LUGARES....

"Bares......que lugares....son sitios para conversar"

Abro así esta página, con la cita de una canción de cuyo autor no me acuerdo, porque, aunque el ámbito de mi experiencia barera se limita a los establecimientos de hostelería del barrio, el Maravillas, en la calle de Sollana, La Fuente, en la Avenida de la Plata, y dos mañanas al año, cuando todos los demás están cerrados, al Bar de Ana la latina, hoy he rebasado esos estrechos límites, para entrar en un mundo nuevo.

 He tomado un excelente, delicioso, Capuchino, por un precio de risa, no ha sido en el Maravillas, adonde suelo ir a conversar, ni en La Fuente, adonde voy a tomar café cuando el Maravillas cierra, ni por supuesto en el bar de Ana adonde solo he ido un vez al año. Resulta que el mejor Capuchino que he tomado nunca, no lo sirven en ningún establecimiento de hostelería. Lo cuento:

Esta mañana, cuando he salido de casa con siete capas de ropa, gorra y guantes, a causa de los premoniciones de los meteorólogos, me he dirigido al centro de salud, para una extracción de sangre, nada, un simple tubo para una litemia. Cuando me he presentado delante de la enfermera para la extracción, vestido de esa guisa, le he dicho, --te importaría pincharme en la mano, es que quitarme todo esto ufffff. La enfermera ha accedido a mi petición, pero ha precisado, tendrá que desabrocharse las siete mangas, para que le ponga el elástico que hace aflorar la vena. Vale.

 Ha sido visto y no visto, la enfermera ha usado una de esas mariposas, nada de las jeringas con las que nos banderilleaban antes como si fuéramos toros de lidia, y me ha puesto un apósito para evitar el sangrado de la pequeña herida de la extracción.

 Me he despedido con un elogio da su capacidad profesional, y a la calidad de nuestro sistema ambulatorio. Después, en lugar de salir pitando al Maravillas, había quedado con mi mujer en el ambulatorio, porque tenía cita con su médico de familia,  unos minutos mas tarde, me he dirigido a la enfermera de recepción y, creyendo que hacía una gracia he preguntado, --Donda está la cafetería?

Para mi sorpresa, pues nada sabía de ese servicio, me ha dicho, allí, junto a la columna. está la máquina de Café. El Capuchino que he tomado, su calidad, su sabor, su precio irrisorio, ha inducido, sin dudarlo, el tema de este página.

Así, ya lo saben, si quieren tomar un buen Capuchino, no vayan al Maravillas, ni a la Fuente, vayan al centro de salud de su barrio, allí está el mejor, y al mejor precio.

Mientras esperaba a mi mujer, me he asomado a la consulta de la doctora Palop  con quien había quedado en recordarle que la litemia estaba hecha.

Al verme, no me ha reconocido. Por su expresióm, juraría que me ha tomado por el personaje del único libro de Kennedy Tool, 'La Conjura de los necios', pero al recordarle desde la puerta, sin entrar, que la litemia ya estaba hecha, su memoria clinica se he puesto por delante de la impresión visual recibida, y ha tomado nota del recordatorio.

Yo quería hablar de bares, y algo he hablado, pero llevo unos días, y lo que rondaré, con obligaciones sanitarias de analíticas, electrocardiogramas, pruebss de anestesia, y ajustes en las dósis de litio, que ni te cuento, y al fin y al cabo, esto es una crónica cotidiana, como indica el título de la sección, 'Crónicas de viajes y lugares'.

Al que le aburra, que se vaya a otra página y ya está.

Aunque debo precisar que este es  mi tercer intento de publicar esta página, los dos textos anteriores, algo más largos, se han perdido. En una de las raras páginas que han intervenido en esa pérdida, ha aparecido la imágen de un tipo carcajéandose. Mira tío, si has tenido algo que ver en todo este barullo, que te den mucho por el culo, sí.

En fin "Bares...que lugares'

LOHENGRIN CIBERLOHENGRIN 6 01 18.

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