miércoles, 24 de enero de 2018

EL EXTORNO

."Me ha despertado a las seis de la mañana una expecie de inquietud kafkiana. Tengo sobre la mesa un montón de papeles dispuestos para hacer una reclamación al banco, en relación con la devolución de parte de la prima de un contrato de seguros formalizado a través de mi oficina bancaria habitual, pero de repente he  recordado lo que le sucede al protagonista de El Proceso cuando recaba la ayuda de los tribunales en un asunto justo,  verme frente a dos colosos como la Banca y una Compañía de seguros, desde mi indefensión de persona particular sin agarraderos públicos, me produce cierta sensación de pánico.

Trataré de ser más explícito con el cuento. Por fin, vendimos el Skoda Octavia, hace meses. Teníamos suscrito un contrato de seguros para cubrir los riesgos de la tenencia y uso de ese objeto, el coche, con la compañía Mapfre.

La prima era anual y se pagaba por años anticipados. En el momento de la venta, documentada solo con un papel con el comprador, sin ninguna gestión en Tráfico, nos personamos en el banco --ese fué nuestro primer error, no contratar directamente con la compañía, sino dejar que lo hiciera el banco en nuestro nombre-- para pedirle a nuestra gestora que reclamara de la compañía, la parte del importe de la prima de la póliza no consumida, puesto que la cantidad pagada por la anualidad de la póliza excedía en unos seis meses de prima la fecha de la venta, lo que se conoce en el lenguaje técnico asegurador como un extorno.

Bien, han pasado seis meses de la fecha de nuestra solicitud, hemos revisado los extractos recibidos y en ninguno de ellos aparece el correspondiente abono por el extorno de la prima de riesgo no consumida.

La gestora del banco nos dijo, avisadme cuando recibais el dinero. Me planteo si habré hecho algo mal, al no aportar ningún documento de tráfico que confirme el cambio de nombre del vehículo, solo el contrato de compra venta. Pero ningún aviso he recibido de la entidad bancaria en ese sentido.

Me planteo si habré hecho otra cosa mal, confiar al banco la contratación de un seguro, en lugar de hacerlo yo directamente pues, en caso de que todo esto acabe en pleito, supongamos que he de demandar a dos gigantes como un banco y una compañía de seguros, yo, un miserable particular, suponiendo que ganara una demanda, es probable que perdiera la otra y las costas del proceso seguro que exeden la cuantía del extorno al que sin duda tengo derecho.

Ya sé, estoy elucubrando, lo mejor es ir a ver la gestora del banco, ahora has de pedir permiso a una máquina para poder hacerlo, con el montón de papeles que tengo en la mesa, comunicarle que a pesar de los meses transcurridos no he recibido un duro en mi cuenta procedente del extorno del seguro pagado de más, y que se ocupe ella de reclamarlo.

Pero, no sé, parece que el asunto ha dejado de interesarme, prefiero acompañar a mi mujer a gimnasia, tomarme una manzanilla doble por ahí, y dar una vuelta por el barrio, una vez que he aprovechado esta mierda del extorno para la página de hoy, con lo cual estoy más cerca de la veintena este mes, esforzarme en recuperar ese dinero, teniendo que enfrentrame a dos gigantes, no me apetece nada."

Por cierto, si no quieren verse en esta tesitura no contraten jamás con Mapfre por medio del BBVA, o mejor, no se hagan nunca clientes del BBVA, no porque esté presidido por Paco González, que también, sino porque están empeñados en relacionarse con los clientes solo con el móvil, para cargarse la mitad de la plantilla.

En fin. El Extorno.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 24 01 18.

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