miércoles, 31 de enero de 2018

FEBRERO

'Loa expertos en predicciones meteorológicas anuncian una ola de frio en Febrero con vocación de quedarse. No me extraña nada, por varias razones. En primer lugar, mi memoria infantil, cada día más presente y activa, será por la edad, me dice que los meses de febrero, casi siempre, han sido los más crudos del invierno.

Los episodios de lluvias prolongados en ese mes están grabados en mi memoria más antigua, aunque mi mujer dice que exagero, que ella recuerda lluvias torrenciales en navidad y en tiempo de fallas. No lo dudo, pero hay un par de cosas que confirman mi argumento.

Primero, que mientras tomaba una manzanilla doble servida por la camarera de siempre de los miércoles, me he informado de que febrero es el peor mes del año en lo que se refiere a la facturación de la hostelería, no tanto porque sea algo mas corto, sino porque sus frecuentes inclemencias hacen que la gente salga menos a la calle.

Segundo, y más importante, febrero suele coincidir con el último arreón del invierno, preludio de la primavera que comenzará a aparecer en marzo. De hecho, ayer, mientras regresaba en el bus del aula de teatro comprobé que hemos ganado una hora de luz vespertina desde navidades, y eso me ha hecho intuir que cuando pase el arreón del invierno, comenzaremos a disfrutar de un espectáculo luminoso que incluye muchas cosas.

¿Las fiestas falleras en Valencia?, también, pero sobre todo el comienzo del predominio de las faldas cortas, los escotes atrevidos y otras innovaciones indumentarias que nos afreceran, de nuevo, el espectáculo masivo de la belleza de las mujeres, oculta durante el invierno.

En este caso es mi memoria adulta la que evoca ese fenómeno estacional de la belleza femenina vinculada a la luz, ojo, he dicho muchas veces que me gustan las mujeres, que me admiran sus muslos, sus escotes, y sus torsos desnudos cuando llega la temporada de playa, pero eso no contradice que de todas las mujeres, me guste más la que acompaña mi vida desde hace más de medio siglo.

Pero, que tonterías estoy diciendo, y no me refiero a los escotes y eso, sino a usar conceptos como variaciones estacionales, invierno o primavera, predicciones meteorológicas, cuando vivo en un lugar que fué en mi infancia de clima templado, y ahora es un batiburrillo de episodios extremos, sean de nieve, de lluvia, de calor, de sequía, que por su repetición, por su intensidad, por su rareza, poco tienen que ver con los tópicos del calendario.

Estoy hablando sí, de la existencia de cambios en el clima, algo tan negado por Trump, no sé si debidos, o no, a una industrialización desmedida en los últimos siglos, a la deforestación de las selvas amazónicas, a los cambios en las corrientes del golfo debido a los deshielos de polos y glaciares, o simplemente, a que estamos entrando en otra era que todavía no sabemos como nombrar.

Por consiguiente, pretender que mi memoria infantil tiene algún valor, cuando se nutre de regularidades que ya no existen o es una tontería, o algo que necesitaría de una confirmación científica que no está a mi alcance.

Lo que si confirmo, sin dudar, es la relación entre el aumento de la luz, y la tendencia de las mujeres, y los hombres, a publicitar más sus encantos, lo asocio, que se yo, con el apareamiento de las mariposas Monarca, pues me parece algo consustancial a la necesidad de reproducción del género más o menos humano.

Yo no tengo ni idea de como será el mes de febrero en lo meteorológico, pero acabo de tener una certeza que nada tiene que ver con esto.

Al volver con Encarna de su clase de gimnasia, ha mirado en el buzón y había una carta dirigida a mí,de Mapfre, la compañía de seguros, que para nada esperaba recibir ya.

En la página Extorno de diciembre, explicité una queja contra Mapfre y contra el BBVA porque, después de meses de haberlo solicitado no me llegaba el dinero que me debían por parte de la prima de seguro del coche, por haberlo vendido antes de cumplir la anualidad de la prima pagada.

Hace una semana que publiqué esa queja, en la que sugería que nadie contratara con Mapfre a través del BBVA, y que nadie se hiciera cliente del BBVA.

Hay que ver la mala prensa que tienen las redes sociales, pues miren, pongo la mano en el fuego, ya que al haber citado en aquella página las palabras Mapfre y BBVA, sin ninguna duda los sistemas que escuchan todo lo que decimos han decidido atender enseguida mi reclamación, en defensa del prestigio de sus firmas.

De otro modo no entiendo que sea precisamente ahora, después de meses de espera, cuando Mapfre me anuncia que ingresa en mi cuenta 229,31 euros, apenas una semana después de mi queja pública.

Pues nada, ya ven, las redes sociales sirven para algo, aunque las regularidades climáticas de mi memoria infantil hayan perdido su vigencia por el cambio de era climática.

En fin. Febrero.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 1 02 18.

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