martes, 11 de noviembre de 2008

DETERIORO DEMOCRÁTICO

Anoche, en el telediario de la 4, Gabilondo contó que Moratinos, ministro de exteriores del gobierno de España respondió, preguntado por algún periodista de esa cadena sobre el coste de la intervención artística de Barceló en un edificio público de la comunidad internacional en Suiza, con cargo a nuestros presupuestos, que “el arte no tiene precio”, una sandez desmentida cada día en las salas de subastas. Pudo contestar que esa era una información confidencial, o que no lo sabía, pero no lo hizo, prefirió echar mano de una respuesta que le pareció ingeniosa.

Siento un gran respeto por Barceló, seguramente uno de los artistas vivos mas importantes de este siglo, pero, a partir de ahora, ninguno por nuestro ocurrente ministro de exteriores. Es cierto que los medios de comunicación usan con frecuencia la información económica derivada de la actividad de los gobiernos de un modo sensacionalista, pero, a pesar de todo, considero un hábito imprescindible para la buena salud democrática la transparencia al informar del uso que se hace del dinero público. Del mismo modo, me parece un síntoma de deterioro, de decadencia, la extensión de la opacidad entre los mandatarios públicos sobre los caudales que administran.

En Heliópolis, el señor Camps, cuando le preguntan por las relaciones económicas y contractuales del gobierno autonómico con su arquitecto de cámara, Calatrava, dice que pertenecen al ámbito privado, por lo que ha de respetar el principio de confidencialidad. Ante tamaña desvergüenza, uno comienza a pensar que el término señor es equiparable a su significado antiguo de dueño de un señorío, y el de arquitecto de cámara, se corresponde con quienes diseñaron las pirámides en el antiguo Egipto, o los sucesivos arquitectos de Giscard D´Estain.

Estos políticos, que tanto contribuyen con esa actitud al deterioro de la democracia, suelen referirse al Presupuesto como el instrumento informativo que garantiza la transparencia democrática en el uso del dinero público, justificando así sus negativas y artimañas para negar la información económica referida a un gasto o inversión concretos.

Presupuesto, la misma palabra lo da a entender, es un supuesto previo sobre el uso que se va a hacer del dinero público, una declaración de intenciones, pero, por desgracia, ese instrumento tiene mil y un vericuetos por los que, como por arte de magia, unas partidas destinadas a un fin, se dedican a otro, otras nunca llegan a realizarse, se autorizan partidas de gasto no presupuestadas, y así como el presupuesto, las intenciones, se definen por la claridad, la justificación final de los gastos, cada vez mas, permanece en la mas abstrusa opacidad. Un signo claro, y creciente, de deterioro democrático.

Es como si usted fuera el accionista mayoritario de una sociedad mercantil, pusiera a un administrador a quien le paga para que obtenga unos determinados resultados, cumpliendo unas reglas previamente establecidas, y cuando le pide que le enseñe los libros de contabilidad para evaluar su gestión, se los negara argumentando el principio de privacidad. ¿Que pensaría usted de su administrador? Como mínimo, que su administrador es víctima del síndrome de la patrimonialización de su gestión, es decir, que ha llegado a creer que la empresa es suya, y se ha olvidado de su condición de administrador temporal.

Ese síndrome, lamentablemente, está cada día mas presente en los administradores de lo público, en particular en Heliópolis. Da igual que preguntes por el monolito dedicado a la visita del Papa, por las cuentas de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, de la Fórmula 1, o de la Copa del América. La respuesta siempre es opaca. Hasta tal punto la idea del carácter privado de la gestión pública ha calado entre quienes mangonean el presupuesto en Heliópolis con casi total impunidad, debido al marasmo del partido de la oposición, que no está en condiciones de ejercer de contrapeso democrático como debiera, que un simpatizante del Partido Popular, ante mi protesta porque se había cedido parte de la superficie del Umbracle, un espacio que yo creía, y sigo creyendo, que es público, a un negocio privado de hostelería, me dijo que eso era un espacio privado, no público, porque quien lo gestionaba era CACSA, una empresa de la Generalitat. Hasta ese extremo absurdo hemos llegado en la confusión de lo público y lo privado.

Lo que no hay duda de que es público, es el origen del dinero que financia los presupuestos vía impuestos y, por no mencionar el grado de corrupción, inmobiliaria o de otro signo, cada día mas presente en las noticias cotidianas, la simple falta de transparencia en las informaciones de operaciones de contenido económico financiadas con el dinero de todos, unida a la debilidad política de las fuerzas que deberían hacer una oposición fiscalizadora eficaz y no lo consiguen al nivel que exige una aplicación sana de los principios democráticos, constituyen un signo manifiesto de algo que está presente, en mayor o menor medida, en casi todos los sistemas democráticos, pero de un modo mucho mas intenso y permanente en Heliópolis, el deterioro creciente del juego democrático y la concepción patrimonialista de quienes solo son gestores de lo público.

Ahora que la llegada de Obama a la Presidencia, anuncia una cierta catarsis en la vida democrática de su país, sería bueno que en España en general, y en Heliópolis en particular, comencemos a exigir a los administradores de lo público, nombrados por nosotros, que se comporten como tales, no como los dueños de un cortijo. Para eso, es necesaria una conciencia ciudadana mas participativa, mas incisiva en la exigencia de responsabilidades a quienes se confía el voto, para que den cuentas de lo que hacen, no para que aludan constantemente a principios de privacidad o confidencialidad, o nos digan, con un cierto cinismo, que el arte no tiene precio.

P.S. En el telediario de hoy, la 4 ha dado los datos sobre los costes totales de la intervención de Barceló en el edificio de Naciones Unidas en Suiza, que no obtuvo del ministro Moratinos ayer, así como la participación de España en su financiación, aunque no cita la fuente. Una búsqueda en Internet confirma que está disponible toda la información para cualquiera que la busque, lo que parece indicar que los medios de comunicación convencionales están cada día mas lejos de poder competir con la Red. Espabilen, o pronto se quedarán sin parroquia.

LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 11-11-08.

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