jueves, 9 de junio de 2011

ADRENALINA

"Ayer tuve un día raro. Por la mañana anduve algo nervioso. Me tomé la tensión arterial y la alta estaba un par de puntos por encima de lo normal. Pienso que todo se debió a un cierto estado de ansiedad por mi participación, esa tarde, en el estreno mundial absoluto de 'Sex Musical' en al Aula de Teatro.

Esa creencia se basa en lo que me sucedió después. Cuando el espectáculo comenzó, Patxi, su director, se quedó en el interior de la sala ocupándose del sonido. Los actores permanecimos fuera con la única indicación de unos carteles pegados en la pared, en los que se indicaba el orden de los números programados, pero no había nadie fuera encargado de llamar a los actores para que comparecieran en escena en el momento justo.

Ante esa situación, mi ansiedad me empujó a realizar esa función, que nadie me había solicitado, y mi nerviosismo no hizo sino aumentar al comprobar un cierto despiste e intentar corregirlo, llamando a las puertas donde las actrices se acicalaban sin prisa, y ensayar esa frase que todos hemos visto en el cine alguna vez, --A escena, sin que, como es lógico, nadie se diera por aludido.

Esa función de traspunte asumida sin que nadie me la asignara me fue poniendo de los nervios, sin motivo, porque, de un modo u otro, todos acudían al final donde eran requeridos.

Mis dos primeras apariciones en escena transcurrieron según lo previsto, pero cuando llegó el momento de intervenir en 'Cantando bajo la lluvia' una evocación del viejo musical de Gene Kelly, el paraguas que portaba se rompió en dos antes de que pudiera abrirlo. Continué el número como pude, con el mango del paraguas roto en el bolsillo y el resto sobre mi hombro, y la presencia del grupo de compañeros que entraron enseguida en escena, le dio una cierta normalidad a la situación, hasta el punto de que algunos espectadores, a los que pregunté después, creyeron que la ruptura del
paraguas estaba en el guión, y lo percibieron como un gag cómico.

Ese incidente, acentuó mi sensación de sentirme raro, pensé en no volver a salir, pero como tenía unas frases con una compañera hacia el final del espectáculo cometí el error de continuar.

El caso es que salí con la compañera y los dos nos quedamos en blanco. Le dije al oído el breve texto que teníamos que decir, pero, ante su falta reiterada de respuesta, no se me ocurrió otra cosa que dirigirme al público en voz alta, --La compañera ha olvidado el texto, lo que tiene que decir es ... De inmediato la compañera y yo dijimos el breve texto recobrado y salimos, yo, con una sensación cada vez mas fuerte de sentirme raro, y enseguida con los números finales en los que aparecíamos todos los actores, el espectáculo terminó con los aplausos del público quien, en general, parecía muy satisfecho por la calidad y variedad del espectáculo ofrecido, y no daba importancia a las pequeñas inconsistencias de algunos momentos.

Cuando terminó el espectáculo salimos a la calle a relajarnos un poco y Patxi, el director, me recriminó con toda razón, ¿Tu, porqué te has dirigido al público? Si hubiera estado sereno, le habría dicho, --Ha sido un reflejo pirandelliano, pero como no era el caso, le dije --Porque me ha salido de los huevos.

Después de una breve pausa, Patxi añadió.--Es la adrenalina, muy presente en los actores primerizos. Lo que tienes que hacer es contar en el blog las sensaciones que te ha producido ese ataque de pánico, y relajarte. Y eso es lo que hago."

Por la noche, intentando relajarme del raro día que había tenido, estaba viendo el programa de Buenafuente, en la Sexta, cuando, el capullo que conduce 'Al Rojo Vivo', la tertulia política que va después, y no veo casi nunca, tal vez sumido en su propio ataque de pánico, irrumpió en la programación suspendiendo el programa de Buenafuente, que ya no se reanudó, veinte minutos antes de su conclusión, con la peregrina excusa de que los acampados de Sol se habían trasladado a la Carrera de San Jerónimo, junto al Congreso, como si ese acontecimiento, en términos informativos, fuera comparable a la toma del congreso por Tejero en el 23-F.

Francamente, aun conociendo que el programa interrumpido se vuelve a emitir en su integridad mas tarde, me parece un desprecio a la audiencia el modo en que se hizo y la débil justificación de ese acto absurdo, dando a entender que los contenidos que se iban a ofrecer eran mas importantes, como noticia, que los suprimidos.

En nombre de todos los que se abstuvieron en las últimas elecciones, que son legión, y de todos los asqueados por el espectáculo rastrero que dan buena parte de los representantes de la política parlamentaria, declaro solemnemente que el humor, el fútbol, el teatro, son mucho mas importantes que las tertulias políticas con las que nos flagelan desde distintas cadenas, generalistas y digitales, y reclamo la dimisión fulminante del periodista que tomó la decisión de mutilar la emisión de anoche del programa de Buenafuente.

A menos que esa decisión tuviera su origen en un exceso de adrenalina,además de la torpeza en la valoración de la importancia de la noticia, que se podía haber comunicado, sin interrumpir nada, por medio de un texto sobreimpreso en la pantalla, y si el responsable pide disculpas públicas a la audiencia por ese exceso, estaría dispuesto a suspender un llamamiento masivo para que dimita.

Un día raro, por lo que se ve, lo tiene cualquiera.

En fin. Adrenalina.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 9-06-11.

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