lunes, 20 de junio de 2011

PERIODISMO CIUDADANO

No comparto la idea de que exista en la Red periodismo ciudadano. Me parece un concepto poco preciso. En mi opinión, lo que hay en la Red es un periodismo profesional que ha elegido este medio para hacerse visible ante una audiencia, en principio, distinta de la que compra periódicos de papel, y ciudadanos que no son periodistas, pero expresan libremente sus opiniones, reivindicaciones y propuestas, las comparten con los demás usuarios de la red y, eventualmente, son capaces de acuerdos y acciones colectivas que exceden el ámbito de lo virtual para manifestar físicamente su presencia en las calles y plazas de nuestras ciudades.

Las crisis son, entre otras cosas, manifestaciones de un cambio de tendencia en la vida social y, además de sus efectos negativos mas visibles, van acompañadas de fermentos que anticipan cambios sociales de alcance imprevisible.

Los fermentos que acompañan la crisis económica y financiera que ya dura mas de un trienio, han aflorado ahora en forma de un incipiente cambio en las relaciones sociales que afecta, entre otros, a nuestros vetustos políticos, obligados a una respuesta que de momento se muestra indecisa, poco decidida, y a los no menos vetustos editorialistas de El Mundo o El País, que continúan pontificando desde su mirada elitista, pero cuyos mensajes se limitan a las exiguas audiencias que aún soportan las tiradas decrecientes de unos medios de comunicación convencionales, cuyas estructuras, como las de nuestros aparatos políticos, no han variado demasiado desde el siglo XIX.

Con esto no quiero decir que el periodismo escrito no tenga un papel fundamental en la sociedad digital. Es evidente que el periodismo tradicional está en condiciones de practicar un periodismo de investigación, un reporterismo especializado que, sin las adecuadas inversiones, no se puede realizar. Es el periodismo de opinión que todavía practican esos medios el que me parece radicalmente obsoleto. La prensa convencional, demasiado vinculada a los aparatos de los partidos, ya no está en condiciones de 'crear opinión'.

La opinión pública ya no necesita de los editoriales de los periódicos para informarse y constituirse en voz pública genuina y al margen de influencias interesadas. Pasó el tiempo del analfabetismo político en este país, el nivel de formación e información de una gran parte de la población ya no proviene de las consignas de los editoriales, sino de un análisis directo de la realidad, sin intermediarios,que les permite leer perfectamente el significado de expresiones manufacturadas por políticos y periodistas como 'El pacto del Euro',que interpretan, sin necesidad de augures ni mediadores, como un ataque de los poderes financieros, por intermedio de los políticos, a las condiciones sociales de vida de la población asalariada europea.

Del mismo modo, políticos como Cayo Lara, que anuncian que van a 'explicar' porqué los comunistas van a apoyar a la derecha para que gobierne en Castilla La Mancha, tienen poco futuro en un mundo hiper comunicado.

Antes aún de que pueda formular su explicación, en la Red se habrá tomado nota de lo que es, ante todo, un hecho, tan evidente, que por parte de la población se habrá evaluado, interpretado y aceptado o censurado, antes de que el lider político lo explique. Una circunstancia que pone en cuestión, según mi parecer, el propio concepto de lider, que habría que revisar si aceptamos que lo que está surgiendo de los fermentos de la crisis es una renovación de la democracia tradicional, que deberá asimilar los nuevos procedimientos de democracia directa.

El periodismo profesional abunda en miradas escépticas sobre los movimientos de base que están surgiendo, sobre sus procedimientos asamblearios, típicos de la democracia directa, un concepto de raíces claramente libertarias, aunque las demandas que conocemos a través de sus portavoces no se dirigen a la consecución de una sociedad libertaria, sino a un cambio en el sistema democrático que incluya la participación e integración de una generación que se siente excluida y sin futuro.

Ese escepticismo, parece mas una reacción gremial, tal vez generacional, que el fruto de un análisis realista. Cualquiera que lance su mirada desde fuera del gremio de periodistas profesionales de la prensa escrita sobre el momento actual del periodismo convencional, lo que ve, son unas tiradas exiguas en relación con la población del país, y una ausencia creciente de la influencia de esos medios en la opinión pública, que se ha emancipado de los pontífices de los editoriales.

El periodismo profesional tiene, y seguirá teniendo, un papel importante en la sociedad digital, pero ha de reconocer que ya no es capaz de crear opinión. Son los ciudadanos, en la Red y fuera de ella, quienes son dueños de su propia opinión aunque, cuando la dan, no se consideran, para nada, periodistas ciudadanos. Solo ciudadanos, que no es poco.

En fin. Periodismo ciudadano.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 20-06-11.

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