lunes, 13 de junio de 2011

BRUGAL

"He bajado al Maravillas a una hora muy temprana. La mañana sin viento le daba al paisaje arbolado un aire de ilustración de cuento infantil, como si el jardín urbano fuera una imitación en papel maché. Los taburetes junto a la barra estaban todos ocupados. Mientras esperaba para ocupar un lugar en el mostrador he descubierto que BRUGAL es un ron añejo. La tercera botella del anaquel de la derecha llevaba ese nombre, BRUGAL, en la etiqueta. Como apenas queda contenido, supongo que esa botella está ahí mucho tiempo, pero yo nunca había reparado en ella.

Me he fijado en ella, seguramente, porque me ha recordado una foto que he visto en 'El País' del domingo. Es un retrato, en plano corto, de Sonia Castedo, alcaldesa reelegida de Alicante y Enrique Ortíz, empresario, ambos implicados en un feo asunto de corrupción político administrativa que los investigadores han bautizado con ese nombre, Caso Brugal, seguramente porque alguno de ellos sería aficionado al ron añejo.

Hace tiempo que no veía una foto tan obscena. La cercanía física de ambos personajes, Ortíz reclinado en el pecho de Castedo para escuchar mejor lo que esta desliza en su oído, es una perfecta representación gráfica del amancebamiento entre el dinero y la política, que merece un texto de Millás al pie.

El cinismo de Castedo es inaudito, cuando declara que vivimos en un estado policial
por haber sido objeto de escuchas (ilegales) y su desparpajo cuando sugiere que el soborno y el cohecho eran prácticas aceptadas hasta hace poco, sin que fueran perseguidas como delito, forma parte de un discurso viejo y consolidado de la derecha, desde los tiempos de Nasseiro, tesorero del PP, que se salvó de una condena a su partido por financiación ilegal, con el mismo argumento sobre la ilegalidad de las escuchas, que determinó el archivo de la causa.

El PP es un partido en el que algunos de sus miembros nos están robando desde hace casi veinte años, y no pasa nada. Uno puede asumir el principio de legalidad en el ejercicio de la acción de la justicia, pero le cuesta mas entender que los electores no apliquen el principio de realidad y premien con mayorías absolutas a formaciones políticas que presentan en sus listas a una decena de imputados, algunos del máximo nivel representativo, como Camps, Castedo y algunos mas.

La derecha acostumbra a pedir públicamente el endurecimiento de las penas cuando algún crimen de sangre perturba a la opinión pública, pero, es una opinión, hasta que se endurezcan las penas de los delitos económicos o urbanísticos, que requieren de la connivencia entre empresarios o financieros, políticos y técnicos, hasta que veamos inhabilitados de por vida para el ejercicio de cargos públicos a sujetos como Castedo, o para el ejercicio de actividades mercantiles o financieras, a Ruiz Mateos o Botín, podemos constatar, es un hecho, que en este país no hay Justicia, o bien, que la Justicia no es igual para todos.

No es ingenuo, creo yo, pensar que una democracia formal no es completa sin un ejercicio universal de la justicia, que alcance también a los poderosos. No es ingenuidad, es exigencia sin cuyo cumplimiento un país no puede considerarse civilizado.

Mientras fijaba en mi memoria estas consideraciones que me había sugerido la etiqueta de la botella de ron añejo, un cliente relataba una historia que me ha parecido muy relacionada con la corrupción político administrativa en Alicante.

Contaba el cliente la peripecia de una mujer guineana abandonada, ella y sus hijos,
por su marido, un opositor a Obiang, que se vino a España y se estableció aquí con otra pareja. La guineana se fue a Marruecos, donde obtuvo un título, no se si de medicina o enfermería y después ha conseguido ocupar un ministerio en el gobierno de Obiang. Hasta aquí es una historia admirable de superación personal.

Según el narrador, la ministra presentó un proyecto para la atención gerontológica
hospitalaria de enfermos con trastornos mentales que entusiasmó a Obiang, lo hizo suyo y facilitó los recursos necesarios para llevarlo a efecto.

El final de la historia es que del presupuesto de ese proyecto, dos tercios eran mordidas, y un tercio costes necesarios. El relator de la historia contaba, muy admirado, que ha visto a la ministra, de visita en España, y estaba forrada de billetes.

¿Son tan diferentes la dictadura guineana y nuestro gobierno autonómico?. En muchos aspectos, sí. En la ausencia de tutela efectiva de la Justicia para la defensa del pueblo de los abusos de los delitos económicos, no sé.

La obscenidad de la foto de Castedo y Ortíz-búsquenla en El País de ayer-ayuda a formarse una opinión."

En fin. Brugal.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 13-06-11.

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