miércoles, 1 de junio de 2011

EL EROTISMO DEL PEPINO

A quienes preferimos en la ensalada un buen tomate de Pinedo, adquirido en una subasta de Sotheby's, en suculentas rodajas coronadas por finas láminas de salmón ahumado o 'moixama' de atún, en lugar del insípido pepino, nos ha sorprendido conocer que los cultivadores de los invernaderos del sur los exportaban por centenares de millones de kilos, antes de que la crisis alimentaria generada por una minúscula bacteria, ahora dicen que hamburguesa, frenara ese negocio, provocando pérdidas semanales, dicen, de 200 millones de euros al sector.

En Andalucía, el pepino es un ingrediente central de la dieta de verano, por el arraigado hábito de incluirlo en una sopa fría, el gazpacho andaluz, y conocimos una familia de origen hebreo en nuestras andanzas de campistas, a la que le privaba la sopa de pepino, pero en casa, de siempre, preferimos la Vichyssoise.

Ha sido muy notable el impacto mediático de esta crisis alimentaria, hasta el punto de que he visto tres programas de televisión sucesivos en los que cada uno de sus conductores comía pepino en público, sin pelar, además. Me pregunto si esta atención al pepino se debe a la importancia económica de su cultivo, o a que, el pepino, además de su función alimentaria, tiene el carácter de símbolo fálico en una sociedad todavía muy falocrática, o falocéntrica.
(...)
No es una afirmación gratuita, esto de la falocracia, sino un hecho constatado por su presencia en el lenguaje. Vean la similitud entre los términos erección y elección. Hay dos escuelas de pensamiento que compiten en la interpretación de la prevalencia de estos términos en los modos de organización de las sociedades humanas.

Los que defienden que el sexo es lo que mueve el mundo, y aquellos que están convencidos de que es la pulsión, y la pasión, por el poder, lo que en realidad prevalece. Me inclino por una posición sincrética. El poder, conseguido a través del triunfo en la elección, es la condición necesaria para gozar del placer que sigue a la erección. El poder sería un medio, el máximo medio, para alcanzar un fin, el sexo al abasto del poderoso. Véase el caso del ex del FMI, DSK, y otros que están saliendo
al rebufo de ese escándalo.

Como en el caso de los miembros viriles cuya erección permite la realización del sexo, después de una elección, la de la pareja que acepte compartirlo, el tamaño de los pepinos es muy variable. En nuestros mercados es frecuente encontrar esos pepinos de aspecto gordezuelo, morcillón, de textura rugosa, granulenta, pero cuya longitud es mas que modesta. Los pepinos que se exportan a Europa, a Alemania, en particular, son de una longitud que dobla la de los de aquí y su piel tiene un aspecto pulido, sin ninguna irregularidad.

Ignoro si la preferencia por una u otra variedad en los distintos mercados, tiene algo que ver con singularidades nacionales, o si es un reflejo, o no, de la morfología física de los consumidores varones. Eso lo dejo para la ciencia. Ayer, el humorista Buenafuente quien, evidentemente, no es un científico, cometió un error garrafal que un comunicador, aunque no sea científico, no se debe permitir. Al dar nombre a la bacteria causante de la alarma alimentaria, olvidó nombrar el código numérico, 104, que distingue la cepa traviesa de la letal, que ha causado, dicen, aunque también en esto hay confusión, mas de una docena de muertos.

En todas las apariciones públicas de ministros, directores generales y parlamentarios europeos que han salido a declarar en relación con esta crisis alimentaria, he percibido un énfasis en el lado económico del asunto, en el perjuicio para los cultivadores de aquí de la irreflexiva actitud de las administraciones alemanas, pero he echado en falta algún consejo sanitario sobre el tratamiento de hortalizas, frutas y verduras, antes de consumirlas.

Es tan elemental que, antes de ser consumidos, estos productos que han estado en contacto con abonos orgánicos deben ser mantenidos en agua con unas gotas de lejía, y en particular, los pepinos, los tomates, y algunas frutas, deben ser pelados antes de su consumo, que me parece irresponsable que este lado del asunto no haya sido
recordado por las autoridades sanitarias, las de aquí y las de allí.

Claro que, también en esto, hay dos escuelas. La de los especialistas en nutrición
que sostienen que las vitaminas y los nutrientes de algunos productos del campo están en la piel, y la de quienes investigan y cuidan la sanidad pública, que siempre están dando consejos para prevenir los efectos negativos del consumo en crudo
de frutas, verduras o pescados, aunque en esta ocasión no han dicho ni pío.

En fin. El Erotismo del Pepino (con un toque escatológico).

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 1-06-11.

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