Elegir el escenario de las Autonomías para escenificar una pelea tan rastrera y cortoplacista como la que ensaya el Partido Popular en Castilla La Mancha puede tener consecuencias muy graves para el conjunto del país, al provocar una respuesta visceral en la que también quedan al aire las vergüenzas de las comunidades gobernadas por el PP.
El tamaño demográfico y financiero de nuestros ámbitos autonómicos de gobierno es tal que la repercusión en la prensa financiera del mundo entero de estos rifirrafes 'a calzón quitado' puede arrojar mas mierda sobre todos nosotros, con consecuencias imprevisibles, tal vez intereses de la deuda mas elevados, mayor prima de riesgo, elevación de los diferenciales con Alemania y mayor presión exterior para forzar recortes sociales aún mas duros.
Sergio Leone, a diferencia de Cospedal, que es quien ha lanzado a los mastines a hacer sangre, permaneciendo en segundo plano, habría elegido una localización distinta para el Spaghetti Western en que se ha convertido, hace rato, la vergonzosa y vergonzante actitud de nuestros políticos mas mediáticos, pero poco cinematográficos.
Para empezar, el escenario elegido no habría sido ningún seudo estado federal, que eso es lo que son las autonomías, sino un territorio mas asequible, en términos cinematográficos, que permitiera una logística de medios de producción, cámaras, sonido, iluminación, mas eficaz, y una unidad de paisaje que, sin grandes desplazamientos, permitiera una textura fílmica uniforme de la acción. Por ejemplo, la provincia, quizás, Alicante.
La presencia en ese territorio de personajes como Ortíz, Diaz Alperi, Castedo, Llácer, o Angel Fenoll, y la posibilidad de incluir un cameo de Ricardo Costa, las localizaciones de Calp o Benidorm, metáforas espléndidas del territorio comanche, permitirían un casting de eficacia ya probada en versiones anteriores.
Bud Spencer podría hacer, sin desdoro, de Díaz Alperi, Salma Hayeck mejoraría, sin duda, a Sonia Castedo, el malo de 'El Bueno, el feo y el malo', con los oportunos trucos de maquillaje podría representar a Ortíz y Fenoll, una tropa de figurantes daría vida a las tribus de Calp y Benidorm, y Clint Eastwood, liberado de sus papeles de revolver, dada su edad actual, encarnaría a la perfección al magistrado encargado de juzgar el Caso Brugal y sus vinculaciones con el Plan general de Ordenación Urbana, llamado PGOU.
Alicante, por su menor peso demográfico y financiero, revestido con el mito cinematográfico, sería menos dañino para nuestra imagen exterior, que el reality show que ha montado el PP en Castilla La Mancha, generando una dinámica de provocación reacción de consecuencias aún difíciles de evaluar.
Aquí, los únicos que tienen un sentido cinematográfico de la política, de la moderación en su interpretación, son los acampados del 15-M. Ayer escuche a uno de ellos, Álvaro, en el programa de Buenafuente, explicar que sus actitudes son, esencialmente, políticas. Álvaro reclamaba para si la condición de sujeto político, en su mejor versión originaria, la de la construcción en la plaza pública de esa política auténtica, originaria, al margen de los argumentos partidarios que los políticos profesionales lanzan como armas incendiarias en los cortes de sus apariciones en la televisión, casi, lo único que hacen.
A diferencia de los políticos profesionales que convierten en oficio permanente la toma de decisiones, Álvaro prefiere la figura del ciudadano que vive y, además toma decisiones políticas que afectan a su modo de vivir, sin delegarlas en malos actores que no conocen bien el alcance de su verdadero papel.
Es posible, no lo se, que, con mas gentes como Álvaro, el vergonzoso espectáculo que ha dado el PP en Castilla La Mancha, provocando una lluvia de mierda sobre el país, sobre todos nosotros, no se hubiera producido.
En fin. Spaghetti Western.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 7-06-11.
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