lunes, 16 de junio de 2014

DAVID Y GOLIAT

Intuyo que las historias míticas que han llegado hasta nuestros días, atravesando la barrera temporal de los siglos, tal vez fueron retocadas, edulcoradas, en algún momento.

La victoria de David sobre Goliat, el débil sobre el fuerte, es uno de esos rotundos mitos que ha llegado hasta nosotros. Nos lo han contado pero, tal vez, no nos han contado que, mientras David, el héroe, ajusta su honda para darle en todo el coco al gigante, alguien se apresura a robarle la mula.

Ha venido esta imágen a mi pensamiento al contemplar en la tele a un héroe que se lanza a la vía del metro para salvar a un semejante, mientras alguien aprovecha el paso del tren para robarle la mochila.

Hay algo que relaciona ambos sucesos, uno real, otro inventado, lo poquito que cambia la naturaleza humana con el paso de los siglos. Si esto es así, tal vez los mitos son un intento, fallido, de mejorar la condición de los hombres a través de relatos trufados de ejemplaridad.
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Por eso no acabo de entender la figura del millonario altruista, un mito que ahora hasta tiene un programa en televisión. Me parece intrínsicamente imposible que un millonario se dedique al altruísmo, a menos que lo haga para eludir impuestos, porque mientras se dedica a esa labor tan absorbente, el altruísmo, alguien tratará de robarle sus empresas. Es así la cosa. 

Cada cosa tiene su lugar. El altruísmo, en los monasterios. Las grandes fortunas, en su entorno capitalista. No intenten mezclar ambas cosas. 

Puede salir un engendro como la Fundación Reina Sofía. Según la Sexta, dicha Fundación ha resultado beneficiaria de bienes inmuebles procedentes de un testamento redactado con procedimientos dudosos, obtenido de un asilado paciente de Alzheimer en otra fundación que ha intermediado en el asunto.

En USA las Fundaciones suponen un elevado porcentaje de las transacciones que allí se realizan, según un librito en rústica que cayó en mis manos cuando estudié Economía. Economía del Amor y del Temor, que bonito título, no.... 

Sabemos de estrellas del fútbol de las que hasta hace cuatro días solo conocíamos sus actividades altruístas, hasta que los inspectores de Hacienda han irrumpìdo con sus caballos en sus lujosas estancias y han encontrado el lado oscuro de su filantropía. 

No todas las Fundaciones son como las vinculadas a Rafael Blasco, el pintoresco político y saltimbanqui que pasó del troskismo a la derecha dura y al parecer se gastó el dinero destinado a los mas pobres de Haití en inversiones inmobiliarias.

Debemos excluir de esta lista vergonzante a las ONG, tengan o no estructura jurídica de Fundación, dedicadas, desde siempre, al altruísmo. Con frecuencia, lo hacen con el dinero de los pobres, o, si se prefiere, de los no millonarios.

Podría ser que el mito renovado de David, el incidente en la estación del metro, el tufo maloliente de la Fundación Reina Sofía, el altruísmo futbolero, la experiencia de las Fundaciones en USA, el rocambolesco uso de las Fundaciones de Blasco, sean expresiones de un fenómeno común de alcance universal. 

La condición humana no cambia en lo esencial con el paso de los siglos, a pesar de los intentos moralizantes de los relatos míticos. No sé..... 

En fin. David y Goliat.

LOHENGRIN )CIBERLOHENGRIN) 16 06 14.

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