REFRITOS

He bajado al Maravillas, vestido con los pantalones meados, luego pasados por lejía, que han quedado con un llamativo tono roseta y, para compensar, me he puesto la camiseta que lleva un lobo asturiano en la pechera, que es de un color un tanto lúgubre, con lo que he conseguido un efecto ecléctico, como a mi me gusta.

Como era tarde, y tenía que ir a por el caldo de pescado de A Bordo, para la fideuá de hoy, he ojeado las páginas de Levante con algo de marcha.

Así, en la columna de Cipriano Torres me he enterado de que los programas de entretenimiento mas vistos de las cadenas de televisión con mayor audiencia están próximos al fin de temporada, no se si porque sus protagonistas se van de nomadismo a hacer sus bolos de verano en lugares mas o menos playeros.

El caso es que, quienes permanezcamos en la ciudad en las largas tardes del estío y caigamos en la tentación de conectar la tele, podemos ponernos en disposición de ver refritos, casi todo refritos, es decir programas ya emitidos que se vuelven a emitir para llenar las horas de emisión y que, cada vez mas, se emiten a traición, sin el preceptivo rótulo, reemisión, que lo advierta.

Algo así me ha sucedido con el artículo de Matías Vallés, en la 34, de Levante, juraría haberlo leído antes.

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No es la primera vez que identifico en Levante algún artículo de opinión, alguna colaboración literaria, que se publica en números sucesivos, como si fuera un anuncio de contactos. Ignoro porqué los responsables de la edición del periódico hacen esto, sospecho que por la misma razón que se hace en televisión, llenar un hueco. 

Lo cierto es que esa práctica produce en el lector o en el espectador una sensación rara, de haber vivido antes una situación, eso que los mas cursis describen con una expresión francesa. 

Mientras vuelvo de A Bordo, cargado con el brik de caldo de pescado, la dilatada espera junto a un semáforo de una vía de circunvalación, me ha impulsado a pensar sobre esto de los refritos, en un contexto mas amplio.

Así, el clima político e institucional de estas últimas semanas, de algún modo con el mismo protagonista de hace casi cuarenta años, me produce una sensación, lo diré, ché, de dejá vu. 

Entonces se nos ofreció un paquete cerrado, que incluía al protagonista de ahora, para que metiéramos nuestra opinión en una urna. Estos días todos los voceros del poder andan repìtiendo lo bien que resultó aquello, en particular para las familias latifundistas y monopolistas vinculadas al franquismo que siguieron vinculadas, incluso con ventaja, a la democracia coronada que salió de aquel invento

No voy a silenciar que la población en general salió beneficiada, hasta que pasó lo que pasó, sino que quiero remarcar que esos beneficios lo fueron porque convino a la oligarquía dominante. 

Ahora, las clases dominantes, que otros llaman castas, y yo caspa, preparan otro paquete cerrado, lo que podría dar la sensación de que la historia es un refrito que se repite, para mangonear las instituciones que se supone que están participadas por el pueblo, pero sin preguntar nada. Que cosas...no....

Vaya, yo no quería meterme hoy con este asunto, ayer prometí no mencionar dos palabras muy sobadas, y no se si lo he cumplido. Lo cierto es que ya me voy a la cocina,  al hacer el refrito para la fideuá, me gusta hacerlo con tiempo y dejarlo reposar para que se amalgamen sus sabores antes de echar el caldo, y he notado esa sensación de dejá vu, el perfume de los ajos secos de pedroñeras, los calamares troceados, el perejil fresco, el pimentón de la vera, el tomate natural y los fideos medianos ligeramente revueltos, para que se impregnen de todos los sabores. 

Si en la vida cotidana tenemos esta sensación de repetición, en particular los que hacemos todas las semanas la fideuá, si percibimos los mismos sabores y olores que nos hacen evocar situaciones anteriores, no es nada raro que cuando aparece una situación que los grandilocuentes de siempre califican de histórica, quienes estamos acostumbrados a ponernos el delantal con frecuencia, percibamos que se trata de un simple refrito, con alguna variante en su composición. 

En fin. Refritos. 

LOHENGRIN )CIBERLOHENGRIN) 12 06 14.