miércoles, 4 de junio de 2014

EL ÚLTIMO ACTO

He bajado al Maravillas, un poco mareado por el vértigo de la sucesión monárquica que nos invade en todos los medios de recurrente comunicación, como una canción monocorde, una especie de nana que trata de garantizar una sucesión tranquila, adormeciendo las conciencias republicanas.

Parece el último acto de una representación Épica, que comenzó y se renovó oportunamente con la presencia de tanques en el escenario, se consolidó después como una Comedia de Costumbres, y luego se ha transformado en un Esperpento, que tal vez le habría gustado escribir a Valle Inclán.

Épica, Comedia de Costumbres, Esperpento, son conceptos teatrales que en ocasiones se apropia la política.Como prefiero, en general, los originales a las copias, hoy me ocuparé del teatro verdadero, no de su copia.
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El próximo jueves mis colegas del Aula de Teatro y yo, ofreceremos en el local de la calle San Miguel, bajo la dirección del profe, Patxi Iglesias, las funciones de fin de curso. Mi grupo, en particular, hará una lectura dramatizada de tres composiciones, una de Tennessee Williams, el caso, o el misterio, no recuerdo, de las petunias pisoteadas, un entremés corto de Jardiel Poncela, y un texto del que es autor el propio profesor. 

Curiosamente, después de asistir a repetidos ensayos de la obra de Williams, en la que no actúo, ha caído en mis manos un librito de poemas, editado por libros de autor, esa edición digital que hay por ahí, maravillosamente ilustrada por María Payá, con poemas de Ramón, cuyo primer poema, Vivir Apenas, es un canto a la vida que conecta, directamente, con la obra de Williams, razón por la que, después de anticipar, someramente, los argumentos de las obras que van a ser representadas, reproduciré en esta página ese poema en su integridad, y tal vez, con permiso de Patxi, lo lea el próximo jueves ante el público del Aula.

En la obra de Williams intervienen seis personajes. Dos solteronas que regentan una mercería rodeada por un arriate de petunias, una pareja, que ahora llamaríamos alternativos, que pisotean las petunias, dos policías que son llamados para que descubran el origen del estropicio en las flores. 

Los destructores de petunias, resultan ser dos representantes de Vida,S.L., que ofrecen a las solteronas semillas para que planten rosas salvajes, y las convencen para que cambien su aburrida vida, por una existencia mas vitalista y la obra termina con la presencia de todos los actores que recitan a la vez, Vivid, vivid, vivid... 

El entremés de Jardiel Poncela consiste en una ascensión a la montaña, en la que interviene una pareja y una guía alemana. Durante la ascensión, la chica de la pareja va perdiendo la cámara fotográfica, los gemelos, la merienda.. La guía alemana es una antigua novia del varón de la pareja, y este trata de pasar desapercibido para que no lo reconozca. 

Al final, cuando el varón es descubierto por la guía, esta lo amenaza y el, asustado, se despeña, solo, por un abismo. La obra termina con el reconocimiento de la chica de la pareja, de que lo ha perdido todo, hasta el novio, porque llevaba demasiado equipaje, y ambas chicas salen de escena, contentas, cantando una canción montañesa.

La obrita de Patxi, Las Agujas del Reloj, enfrenta a una mujer casada con la amante de su marido, con la presencia de un personaje secundario, Sombra, que se dirige únicamente a la mujer engañada ,ese soy yo. Lo gracioso del texto es que la amante suplica a la esposa que la libere de su ligue, porque es un pesado que no la deja vivir. El texto termina con el consejo de la esposa engañada a la amante. Cásese con el, y la dejara en paz.

El poema de Ramón que me propongo leer en el Aula, se titula Vivir Apenas, 

 ¨Ese buen día en que percibes, que no queda mas remedio que vivir, y que es mejor hacerlo por las buenas. Y abrazar el aire en un espasmo, arañando el aliento de las cosas, cuando la historia ha dejado de dolerme, y me rindo al fin, como se rinde el sol ante la tarde. Desnudo de culpa y de pasado, en la inercia opaca de los días, abrumado por el vacío, vivir no más como se pisa, y tan solo tener, una mano a la que asirse, y un puñado de recuerdos, capaces, de despertar una sonrisa. Vivir, vivir sin reticencias, en las aulas de los días despejados. Resignado y resistente, aferrarse a los bares y a los días. Vivir, vivir como se duerme, y soñar, soñar, como sueñan los pájaros, cuando cesa la lluvia, y el aire huele a tierra, a hierba, y a pasado.¨ 

Teatro auténtico, si. Rechacen imitaciones. 

En fin. El ültimo acto. 

LOHENGRIN )CIBERLOHENGRIN) 4 06 14.

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