lunes, 19 de enero de 2015

ARENA

¿Sabían ustedes que la arena necesaria para el hormigón que se emplea en la construcción de los rascacielos en Dubái se importa de Australia, porque la suave textura de la arena del desierto impide su uso en la construcción?.

¿Sabian ustedes que las playas del norte de Marruecos, donde se han construido miles de apartamentos en primera línea, se quedan sin arena porque cada día se la llevan los contrabandistas, ya que la escasez creciente de este recurso natural convierte su posesión en un negocio?.

¿Sabían ustedes que en India se han construído edificios mezclando cemento con arenas muy salinas,sin tratarlas para extraer la sal, con lo que el riesgo de colapso de esos edificios es elevado?. Tal vez,solo tal vez, las noticias que nos han llegado del colapso de algunos edificios destinados en aquel país, o en otros vecinos, a la confección textil, tengan relación con esos procedimientos constructivos.

¿Sabían ustedes que en Maldivas, la extracción de este recurso por empresas ajenas a ese lugar, además de la elevación del nivel del mar, pone en peligro la supervivencia de los asentamientos de los naturales de allí, ubicados en las costas?.

¿Sabían ustedes que la creciente demanda de la arena para la construcción y su progresiva escasez ha llevado a un conglomerado financiero global a financiar carísimas flotas de dragas para extraer arena de los fondos marinos en cualquier lugar del mundo, y que sus procedimientos de extracción perjudican los fondos coralinos, la flora y la fauna de los lugares donde operan?.

Yo, no lo sabía, hasta que esta mañana un magnifico documental proyectado en una dependencia municipal dedicada al Medio Ambiente, me ha puesto al cabo de la calle.
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Lo que yo ya sabía, antes de ver el documental, al que luego me referiré de nuevo, es que en Heliópolis hubo una playa, llamada de Nazaret, frecuentada por niños y mayores, donde se instaló un merendero a cuyo dueño se llamaba 'El Boniquet', un señor muy feo, antiguo estibador, que ponía unas bandejas en sus mesas con gambas y mejillones con tomate frito y setas, que eran una delicia, pero esa playa desapareció sacrificada por las obras del puerto, y nunca mas se supo de ella.

Lo que también sabía, por haber sido usuario de las instalaciones de su Camping, en la playa de Malvarrosa de Corinto, es que Pepa, su dueña, cada año edficaba un muro con bloques de cemento para cerrar lo que ella consideraba su propiedad, y cada año el mar se lo tragaba, al parecer porque también lo consideraba suyo.

Después de varios años de esa pugna repetida, al final Pepa renunció a sus intentos y reconoció que aquel terreno que intentaba vallar cada año, era del mar, no suyo. Como testimonio de aquel absurdo conflicto de lindes, quedó en medio del mar, varada, una bella puerta de cerrajería metálica, que tardó varios meses en desaparecer.

Algo que también supe, gracias a un ingeniero de caminos con quien trabajé, es que en el Mediterráneo existe una corriente norte sur que es la responsable de que, cada vez que se invade el mar con un espigón, el mar extraiga arena de un lado del espigón y la deposite en el otro, con lo que los promotores de la construcción de espigones son responsables a su vez del vaciado de las arenas de determinadas playas.

Luego los alcaldes, gastan una pequeña fortuna del dinero de todos, cada año, para restaurar las playas, faena que se ha de repetir precisamente por la existencia de esas corrientes de las que pocos hablan. 

La escasez creciente de arenas tiene que ver con la brutal demanda de la construcción, pero también con los excesos en el número de instalaciones hidráulicas, embalses y centrales, que impiden la renovación de las arenas que se produce a través de la circulación de los sedimentos de los rios, ahora interrumpida por demasiadas obras de esa naturaleza.

Pero si hablamos de arenas, mi memoria mas antigua me lleva a las playas de El Saler, donde, siendo niño, mi padre me llevaba alguna vez y aquellas visitas dejaron en mi memoria la imagen de las enormes dunas móviles que flanqueaban la playa, y que al urbanizar esos terrenos, para nada, pues finalmente solo se construyeron unos pocos edificios, desaparecieron del paisaje, para no volver.

Las dunas fijas que se han reconstruído después, en un intento de recuperar aquel paisaje dunar, no tienen nada que ver con aquellas colinas de arena que se desplazaban, como en el desierto, porque no había ningún obstáculo urbanístico que se lo impidiera. 

Las playas de Florida, están también amenazadas por la erosión, como otras del Indico, o del Pacífico. Sospecho que, antes de acabar el siglo, todos aquellos que compraron aquí apartamentos en primera línea de playa, bien en el Sur, o en Levante, comprobarán que han comprado en lugares que terminarán por ser inhabitables, a menos que los gobiernos se tomen mas en serio el Medio Ambiente. 

Dicen estar tan ocupados con la crisis que no parece que eso vaya a ser así. Ni siquiera escucho a Podemos hablar de este tema. En Alemania hace medio siglo que los partidos ecologistas hacen oir su voz en sede parlamentaria, aquí, que yo sepa, solo existen movimientos que son extraparlamentarios y carecen de organización política para influir en las leyes.

Francamente, me parece una deficiencia que es urgente superar. Es una opinión. 

En fin. Arena. 

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 19 01 15.

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