domingo, 18 de enero de 2015

DOMINGO DE ENERO

A las 11,33 de hoy, día festivo para los que trabajan, para los que no trabajan, para los niños y los ancianos, para los chaleteros y los urbanos, para todos, excepto los que están de guardia en retenes de bomberos, puestos de policía, urgencias de hospitales y sitios parecidos, me detengo, después de sacar tabaco en La Fuente, frente a la pantalla que indica la hora y la temperatura en la rotonda del barrio, 12 grados.

El sol de invierno comienza a ocultarse tras las nubes, pero todavía nos regala una luz filtrada, de una suavidad que permite que la terraza de La Fuente esté ocupada, digamos, a un veintitinco por ciento de su capacidad, y las calles ofrecen un aspecto agradable, con el arbolado de sus jardines iluminado por esa luz no agresiva cuyo mayor rasgo es la ausencia de sombras en el entorno urbano.

En alguna página he sostenido que el tiempo es un contínuo y su división arbitraria es un artificio de los hombres pero, a pesar de eso,no sé porqué hoy tengo la fuerte sensación de que es un día especial. Es domingo, y el sol sale para todos aunque se esconda tras el abanico de las nubes, y yo, que nunca escribo en domingo, hoy siento la necesidad de hacerlo, para hacerme un par de preguntas tontas.
.....
Porqué, teniendo esta capacidad para la contemplación de la vida como un acontecimiento feliz, me empeño en acortar la mía con el jodido hábito del tabaco que, atacando mi salud, es probable que acorte mi vida. 

No lo sé, lo cierto es que ahora mismo, mientras me hago esta pregunta tengo un cigarrillo encendido en el cenicero de plástico verde, a la izquierda del teclado, encima se trata de un Lucky, esos que una tabaquera de Richmond, Virginia,  con un humor sarcástico, llama Lucky Strike, Golpe de Suerte, cuando lo mas probable es que nos dé, cuando menos lo esperemos, un golpe de muerte. 

Claro, pienso en cuantos cirujanos del pulmón que ven cada día los estragos del tabaco en ese órgano vital siguen fumando, y sospecho que no soy el único imbécil enganchado a ese hábito, tan caro, por otra parte. 

La segunda pregunta es, ¿Que voy a hacer esta mañana?. Entre quedarme aquí, escribiendo, y salir a la calle a disfrutar de esta magnífica mañana invernal, con la temperatura de privilegio obsequio de nuestra vecindad al mediterráneo, cuando las borrascas entran por el noroeste, acercarme al centro histórico y ver los jardines públicos plantados de ciclámen, con el rojo de sus flores y el verde de sus hojas como una metáfora de la pujanza, de la continuidad de la vida, en cualquier estación, en cualquier lugar donde hay vida urbana,  me entra la prisa por dejar esta entrada y pirarme de aquí. 

Esta tarde si sé lo que haré, iremos a casa de Leonor y José Luís, a echar un par de partidas al Continental y tomar un chocolate con churros. Total, que ya me voy, pero antes, voy a encender un cigarrillo y me lo fumaré mientras termino de publicar esta entrada, aunque solo sea como un testimonio de la estupidez humana, al menos de la mía. 

En fin. Domingo de Enero.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 18 01 15.

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