sábado, 10 de enero de 2015

SPASIBA

Nos hemos acercado al Centro Comercial en esta mañana luminosa, --al regreso el termómetro de la rotonda marcaba 23 grados, sin que los que vivimos aquí tengamos mérito alguno en ello-- una vez allí hemos buscado la tienda de Ono, y este es el breve diálogo que hemos sostenido con la persona encargada de la atención a los clientes.

 --Verá, somos clientes de ONO desde hace unos diez años, y claro, el mando a distancia llevaba funcionando todo ese tiempo, hasta que se ha cansado de hacerlo. Nos han dicho por teléfono que viniéramos aquí y nos darían uno completamente nuevo. Aquí tiene mi D.N.I.

 --Han tenido suerte. Los he recibido esta mañana. Aquí tiene.

La señorita encargada de la atención al público me ha entregado, sin cargo alguno, un mando nuevo. Hasta aquí todo ha sucedido con normalidad, hasta qué, juro que no se porqué, en lugar de darle las gracias, me he despedido con una expresión que no había usado nunca, ni en mis conversaciones cotidianas, ni en el blog. --Spasiba
 .....
Juro que le he dicho --Spasiba, y todavía no sé porqué. La jóven, sin duda acostumbrada a las visitas de turistas rusos, mafiosos o no, me ha mirado, ha evaluado mi figura vestida con ropas oscuras, mis gafas de sol en un entorno interior y todavía no sé lo que ha pasado por sus mecanismos de percepción, acostumbrados a las excentricidades del público. O bien, me ha tomado por un mafioso ruso, o, lo mas probable, habrá pensado, --este tío es gilipollas.

El caso es que, antes de entrar al centro comercial ya iba yo pensando en esa palabra, Spasiba, que me parecía de una belleza, de una sonoridad casi musical, y ha debido ser por ese encantamiento previo que se la he soltado a la señorita de Ono, sin venir a cuento. 

Terminado el trámite de telefonía, nos hemos encontrado con Pepe Roldán, un maestro de la dulzaina, y cuando le estaba contando lo que me sucedió el otro día cuando, sentado en un banco al sol, alguien dejó caer una moneda, suponiendo que yo era un indigente, al llegar a la parte del relato en la que yo daba las gracias a la mujer dadivosa y recogía la moneda, no me pregunten porqué, pero he introducido una variante en el relato. En lugar de decir gracias, he relatado que decía -Spasiba. 

Un misterio, no?. Lo curioso de todo esto es que, a su vez, Pepe Roldán me ha contado una anécdota verdadera, semejante a la mía, --falsa-- que le sucedió mientras interpretaba Paquito el Chocolatero con su dulzaina, al lado de un policía municipal tocado con un casco con plumas, junto a la puerta principal de acceso a La Lonja. Pasó un grupo de extranjeros y le dejaron unas cuantas monedas en los escalones. El alzó la voz para aclarar el malentendido de los extranjeros, pero el policía le hizo una señal para que guardara silencio, añadiendo además, tú coge las monedas y luego nos tomamos unos carajillos.

Con ser curiosa esta coincidencia de historias de falsos indigentes, todavía hay una tercera que le sucedió a un amigo ya fallecido, que no voy a citar aquí. Lo que me intriga de todo esto es mi repentino interés por la palabra Spasiba. 

En wikipedia he encontrado una entrada que dice que se escribe Spasibo, aunque la o suena como a. También que su significado es Gracias, en ruso. Por otra parte, como los rusos escriben en caracteres cirílicos, vaya usted a saber como es la expresión original, lo cierto es que Spasiba suena como un fragmento de una sinfonía rusa y evoca las aguas del Moscova, o cualquiera que sea el río que baña San Petersburgo, y el museo del Hermitage, que no renunciamos a visitar algún día en un crucero fluvial. 

Spasiba, para mi, es un misterio inextricable, no comprendo porqué he usado hoy esa palabra, porqué la he imaginado primero en una especie de encantamiento antes de usarla, porqué la he repetido tantas veces en esta página, sin haberla usado, nunca, antes. 

Quiero pensar que lo hago porque es una palabra amable, que a mi se me antoja con un sonido musical, en un día luminoso en el que, sin embargo, todo lo que llevaba el periódico eran crónicas sangrientas. O, tal vez la escribo en agradecimiento a quienes visitan el blog. No sé.

En fin. Spasiba. 

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 10 O1 15.

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